Sobre el jugador de formación. El NO por el camino

Buenas a todos, quiero presentaros este blog, enfocado con un punto de vista muy personal. Como no podía ser de otra manera (y además escrito por mi), será sobre jugadores jóvenes, cantera, pero no sólo nacional, sino también internacional, para acercar un poco todos los baloncestos, habidos y por haber, con el fin de generar un buen e interesante debate entre todos. 

Llevo prácticamente y si no me falla la memoria, escribiendo de cantera y jugadores de proyección, desde el 2008 ininterrumpidamente. En Solobasket poco más de 3 años. Como podéis pensar, mi forma de ver el baloncesto ha cambiado mucho. Por mis ojos, o escrito por mis dedos, han pasado miles de nombres de jugadores, previsiones, posibles futuros, estrellas de la NBA y mucho más. Pero si alguien me pregunta ahora mismo si tal jugador de formación llegará a la ACB, no tendría la seguridad para afirmarlo o negarlo. Le expresaría mi opinión, pero nada más. Digo esto, porque me encontrado tantas excepciones o me he podido equivocar tantas veces, que no sería honesto si no lo reconociera. Lo fácil sería decir que no. Mira tú que invento.

El NO es la palabra que más va a escuchar un jugador de formación. Por parte de su entorno, por parte de todos los compañeros (que en algunos casos serán demasiados), por parte de sus entrenadores, por parte del club aunque no lo reconozca, de sus rivales y mucho más. Es complicado desenvolverse con tanta negación de por medio, pero es una realidad. Lo fácil y lo que puede hacer cualquier hijo de vecino, es preguntar a ese jugador si está dispuesto a sacrificar todo, por el baloncesto. No hay medias tintas, cuando me refiero a todo, es a todo. Tiempo de ocio, familia, posibles relaciones personales, entre otras e incluso así, nadie tendría garantizado nada. Cierto es que la genética de un jugador ya supone prácticamente el 50% de las posibilidades, pero como bien sabéis, no lo es todo. Facetas como la técnica, la preparación física, o el entendimiento del juego, son vitales para desenvolverse hoy día. Cada vez más. 

Creo que el jugador debe ser honesto consigo mismo y también hacerle consciente, que una cosa es participar en el baloncesto de formación de alto nivel, en donde no todos tienen acceso y otra cosa es ser profesional. Hay tanta competencia y tantas variables a tener en cuenta, que para sacar un modelo científico, que le pueda asegurar llegar,  tardaríamos muchísimos años en poder desarrollarlo. Lo poco que hay hoy día, ayuda, pero no certifica nada. 

Yo he sido embajador del NO. Muy a mi pesar. Supongo que porque en su momento realmente lo pensaba y porque tenía las estadísticas en mano, que me ayudaban a dar esta afirmación. Pero me resulta triste que, en un espacio donde hay que ser tan creativo y aflorar las ilusiones, haya tanta negación. Os aseguro que lo estoy dejando, pero a veces puede conmigo. Cada temporada que pasa, me sorprendo menos, eso es cierto y cuando alguien me habla sobre algún jugador, siempre digo lo mismo CUIDADO. Pero eso no puede ser. Las expectativas lo matan todo. Crucifican a las personas antes de tiempo y a posteriori, tampoco pedimos disculpas por ello.

¿Qué podemos hacer para solucionarlo? En primer lugar, no hacer caso a lo que te digan, sea bueno o malo, porque te estarán engañando, ya sea por ignorancia o por mala fe. Trabajar y darlo todo, que al final todo dura dos días. Y luego...el futuro dirá. Él no se equivoca nunca. Que envidia...  

Comentarios

Hola, estoy totalmente de acuerdo en tu primer párrafo, y lo que no sea trabajar así, es "pan para hoy y hambre para mañana". Pero esto que comentas, ¿se consigue más sobre una metodología de entrenamiento, y así lo podriamos tener todos los que quisieramos, o sobre una serie de valores del entrenador o del club, y entondes ya dependería de cada caso particular?
Respecto a lo que comentas en tu segundo párrafo se da sobre todo en selecciones, nacionales o territoriales (que "necesitan" un rendimiento inmediato), hasta la edad cadete, ya que a partir de cadete los físicos del primer semestre del año se han equiparado con los del segundo semestre del año.
Un saludo

Hola @mingueller, pues yo creo que se consigue con una metodología que requiere gente "trabajada" en ese sentido, que la tenga interiorizada. Seguramente son metodologías que uno no ve posibles si no tiene ciertos valores y las miras abiertas. Como es un problema de raiz exige de formación también para los entrenadores claro.

Saludos

Para mi este tipo de reflexiones deberían también guiarnos hacia otro debate. ¿Por qué no ponemos en el centro de la formación al jugador? El modelo actual, como el de la propia educación, no gira entorno a la persona sino al resultado. Esto además de ir en contra de lo que realmente se desea, tener jugadores mejores a largo plazo, genera mucha insatisfacción y malas experiencias a muchos de los actores que participan en la formación.

Jugadores con sueños rotos, entrenadores frustrados, clubes estancados y selecciones que dependen de que los astros se alineen para disfrutar de una generación de nivel superlativo. 

En el terreno educativo ya hay muchas voces que se cuestionan los modelos de la escuela que muchos de nosotros hemos recibido. Muchas escuelas y corrientes pedagógicas ofrecen modelos muchos más flexibles y personalizados, orientados a maximizar los talentos innatos de los alumnos. ¿Para cuando algo así en el baloncesto? 

Como entrenador y profesor me gustaría que profundizaras en tu comentario, en la escuela tradicional se están añadiendo otro tipo de pedagogias a parte de la clase magistral (aprendizaje cooperativo, basado en la resolución de problemas etc), en referencia al baloncesto ¿A qué te refieres?
Gracias

Hola @mingueller, no soy ningún experto pedagogo ni tampoco entrenador pero si vivo de cerca una pedagogía que no está orientada a cumplir un curriculum, que no tiene necesidad de etiquetar al alumno y no lo responsabiliza del "fracaso escolar". No sé en qué metodología debería convertirse en el baloncesto en concreto y en el deporte en general, pero sí me parecen pedagogías mucho más respetuosas con la persona y que intentan dotar a la persona de herramientas básicas para tener confianza en uno mismo, espíritu crítico y empatía. Valores que se me antojan primordiales también en un equipo, que como reflejo de la sociedad, cada vez cuesta más vislumbrar entre nosotros. 

Me refería también a fomentar el aprendizaje espontáneo, a respetar el proceso de maduración de cada jugador. Por ejemplo me explicaron que en la carrera hacía el profesionalismo, los jugadores nacidos en la segunda mitad del año tienen muchas menos posibilidades de continuar por su obvia maduración tardía en edades menores. Solamente con este planteamiento: ¿cuánto talento de esa segunda mitad de año se habrá desaprovechado simplemente por no dar a cada persona el tiempo que necesita para alcanzar su nivel máximo?

Espero haberte podido responder, aunque sea desde mi perspectiva poco experta :)

Un saludo y gracias por participar en el debate

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