John Stockton, ¿el yin?
Jugar con John Stockton (1.85/1962, Spokane/Washington) en los Utah Jazz durante la temporada 91-92 fue muy especial, porque precisamente sabía que estaba jugando con un jugador diferente a los demás. John no era un hombre de perfil espectacular y siempre suspiró lejos de la atención de los focos. Sin embargo, ese camino le condujo a los libros de los récords. Quería ser recordado como uno de los mejores bases que hubieran jugado en la NBA. Y como saben tuvo éxito, lo consiguió, es por ello que está en el Salón de la Fama. Les diré que para ser un jugador de su tamaño, era uno de los jugadores más duros del equipo. John se conocía a la perfección y sabía cuáles eran sus principales habilidades y no paró de trabajar por convertirse en mejor jugador durante todos el tiempo que fue profesional. Era un gran compañero de equipo. Debo compartir con ustedes, que él nunca solía firmar autógrafos. Así que si alguna vez encuentran algo firmado por John Stockton, que sepan que puede valer millones de dólares.
Dennis Rodman, ¿el yang?
Jugar con
Dennis Rodman (2.01/1961, Trenton/New Jersey) y los Spurs de San Antonio durante parte de la temporada 94-95 fue una experiencia muy buena para mí. Tuve la oportunidad de ser compañero de equipo de uno de los jugadores más dinámicos de la historia de la NBA.
Les diré que Dennis Rodman tenía una ética de trabajo como nunca había visto antes. Él se presentaba horas antes a los entrenos y a los partidos. Corría en la cinta durante 1 hora o más, a continuación a entrenar o jugar. Él siempre arrastraba una actitud ganadora a los entrenamientos, lo que luego se veía reflejado con grandes esfuerzos en los partidos. A menudo me decía que él ya sumaría 10 rebotes antes de que él saliera por la puerta del vestuario. Sabía cuál era su trabajo, y lo hizo mejor que los mejores. Él era un defensor implacable y, claro, también acabó en el Salón de la Fama como excelente reboteador. De todos los compañeros que he tenido durante mis años como profesional, fue con Dennis con el que aprendí más lo que me permitió luego tener una carrera larga como jugador- me retiré con 37 años. Él me hizo asumir la importancia de la preparación antes de los partidos y la manera de afrontarlos luego, me refiero a todo aquello que estaba fuera del tiempo de juego. La gente, todos, sabíamos al verle fuera de la cancha que él dominaba perfectamente la forma en la que venderse así mismo y cómo hacerlo funcionar. Es cierto que tuvo algunos altercados y problemas, pero les diré algo, si tuviera que ir a la guerra, yo siempre lo querría a mi lado.