60 años de aquel Barça que dominó y desapareció de la élite
Solapas principales

La semana pasada recibí con entusiasmo la llamada de Jordi Bonareu, histórico jugador de los años 50 (anotando en la foto superior con el nº14), acompañada poco después, de una carta del F.C. Barcelona en la que me invitaban al acto conmemorativo del 60º aniversario del primer título y doblete del equipo blaugrana en la liga española de baloncesto. El acto reunirá a todos los supervivientes del equipo, también árbitros de la época com Santi Fernández o periodistas como Justo Conde, y se les entregará una réplica de una camiseta de aquella temporada con sus nombres bordados.
Corría el tercer año de la Liga, la primera fue en el 57, con el precedente de la conquista blanca de las dos edición anteriores. Sobre la Copa... de los últimos 8 años, 5 también habían sido de color blanco. El C.F. Barcelona venía de hacer un muy mal año, con el Joventut de Badalona como mejor equipo de Cataluña (subcampeón de Liga y campeón de Copa).
Después de aquello, aparecía una figura blaugrana decisiva para alcanzar el cielo baloncestístico en todo el país y, rápidamente, estrellarse en el infierno en tan sólo 3 años: Enrique Llaudet. Llaudet asumió la presidencia del club del Barça con un objetivo muy ambicioso en la sección del deporte de la canasta. El empresario quería conseguir un éxito sin precedente y de forma inmediata: desbancar al Real Madrid baloncesto. ¿Cómo? ¡Este hombre está loco!- Muchos pensarían-. Arropó al mejor y más prometedor base de la Liga, Nino Buscató de tan sólo 18 años, con los dos mejores pívots de la misma: el hombre de los ‘40 puntos' y ya nombrado anteriormente, Jordi Bonareu, era repescado del Orillo Verde de Sabadell y venía de ser el segundo mejor anotador de la competición. Eso, por un lado, Alfonso Martínez, que venía de ser el mejor cañonero y reboteador con la, ni más ni menos, elástica del Real Madrid también caía en las redes de Llaudet. Y es que el nuevo 'presi' había sido tan astuto como perseverante, siguiendo a rajatabla aquello de que los mejores equipos empiezan por un gran base y acaban en un gran pívot. En este caso, por partida doble. La avispada jugada de Llaudet, -y muy costosa, dicho sea de paso, en tiempos en los que el profesionalismo era encubierto-, tenía dos incentivos: haber convencido a Martínez para que volviera a casa para reforzar al Barça con el hombre grande más dominante de España y, paralelamente, mermar a su máximo rival. Con él, inseparables los hermanos maños, venía en el lote de su fichaje José Luis Martínez, un alero alto que aunque tuviera poco peso con los blancos la campaña anterior, en Barcelona volvió a brillar siendo decisivo en la Copa conseguida. De esa Copa se cumplen este día 20 de junio 60 años y venía precedida de una Liga que ya había sido ganada y finiquitada 3 meses antes por el maravilloso equipo que dirigía Jaime Isal.
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A los jugadores nombrados se unían los héroes Juanet Canals (uno de los mejores defensores de la liga e internacional), Joan Miró (pieza fundamental el curso anterior), Raúl Cano, Jaime Mateu, José María Meléndez y Roberto Plana. Para refrescar escogieron a Jaume Isal, entrenador de la casa, quien tenía conocimiento de la progresión de los más jóvenes.
En la 1959-60, Isal perdía a Jordi Bonareu, -seguramente mejor jugador de la Copa anterior-, recién casado, decidía retirarse para meterse de lleno en el negocio de su padre, una empresa textil de Mataró que aún vive mientras sigan 'pedaleando' sus hijos. Llaudet tenía que volver a hacer una gran inversión y se trae a los puertorriqueños Hiram Ruiz y José Ruaño, la mayoría de ellos aprovechaban la ocasión para completar sus carreras de medicina. El Barça, por derecho, iba a competir por primera vez en la Copa de Europa, la cual tan sólo llevaba pocos años funcionando. Sin embargo, el único puertorriqueño que volvió a despuntar fue Johnny Báez que vestía por segunda temporada la camiseta del Real Madrid. El doblete les pertenecía ahora a los madrileños.
Los blaugranas caerían en semis, eliminados precisamente por Báez, en la liga quedarían 5º con un pobre balance de 11-11. En Europa no pasarían de cuartos de final. La siguiente temporada, bajaron el presupuesto de la sección ante el agujero dejado por las inversiones de los dos años anteriores, en la ejecutiva surgían las primeras dimisiones y el olímpico Buscató dejaba el equipo para fichar por el Aismalíbar de Montcada. El equipo queda 3ª pero, como era de prever, vuelve a no gana ningún título. Una vez acabada la temporada, Llauret decide dinamitar la sección pero Canals decide seguir con el equipo jugando en el fango del baloncesto español pero defendiendo el mismo escudo, algo que le reconocen los más grandes del momento. Desastre, los blaugranas no volverían a la máxima categoría hasta un buen puñado de cursos más tarde y como equipo humilde, aceptando la mirada, por encima del hombro, del Picadero de Barcelona.
A muchos de los citados, mientras escribía el libro Historia del Baloncesto en España, ya tuve la ocasión de conocerles, en breve me reeencontraré con ellos y conoceré a algunos más de aquellos jugadores y entrenadores que dieron los primeros pasos para que el deporte que tanto amamos sea lo que es hoy: el más trepidante y espectacular del mundo. Bueno, en mi opinión.