Recuerdo como si fuera ayer el Mundial de Madrid de 2014, bueno, creo que se le estiló con otro nombre. El caso es que España tenía un equipazo para la ocasión. Sin embargo, el cenizo de turno, o sea yo mismo, advirtió que la selección española tenía malas referencias como anfitriona y que aquella gira de tantos fuegos artificiales orquestada por José Luis Sáez (con un inexperto Juan Antonio Orenga en el banquillo) podía volverse en su contra como había pasado en otras ocasiones. Más de un palo me cayó.
5 años después, la situación en el Mundial que nos toca es antagónica. Se celebra en China, de presidente tenemos a Jorge Garbajosa, Sáez sigue con un proceso judicial abierto, y España jugará sin Pau Gasol, Sergio Rodríguez, Nikola Mirotic, Álex Abrines y Serge Ibaka afrontando el difícil reto de combinar a una de las selecciones con más ‘jugadores de equipo’ de los últimos años. Buenos jugadores pero, venimos del Olimpo de la Generación del 80, los Garbajosa o un joven Rudy... aquello nos puede parecer un sueño. Algunos de nuestros entrañables ‘currelas’ incluso, albergan poca o ninguna experiencia. Por otro lado, tenemos a veteranos de rango y con experiencia pero ya sin la explosión y salud de antaño como el nombrado Rudy (34 años) o Pau Ribas (32 años), este segundo de impacto histórico más discreto pero decisivo en aquel Europeo del 2015 después de la retirada de la selección de Abrines por lesión.
En la última década y más allá, era de costumbre atesorar una de las mejores parejas de bases de los campeonatos (sin desmerecer a un jugador tan consistente como Quino Colom), unas de las mejores parejas de interiores del momento… y ya saben, todo empieza por un gran base y acaba por un gran pívot ¿O eso ya no funciona en el baloncesto moderno? Puede ser, el caso es que esas dos posiciones, para completar el pastel, siempre estaban arropadas por peligrosísimos e imaginativos escoltas, aleros y ala-pívots.
-Es cierto que han habido numerosas bajas en el resto de las selecciones y que este año los EE.UU. son más batibles que nunca (Australia los tumbó hace nada) contando con sólo dos All Star. El evento se anticipa muy igualado y emocionante. No obstante, por plantilla, en mi humilde opinión, y sobre el papel; los mismos Estados Unidos y Serbia están por encima de los de Sergio Scariolo aunque... no sería ninguna locura ganarles. Francia y Grecia, por plantilla y tener al mejor jugador de Europa los primeros y los segundos, por plantilla, y por tener al jugador más valioso del planeta... es muy posible que encajen teóricamente en un combinado algo más potente que el de España.
-Con un nivel muy parejo tenemos a Lituania, para mí el equipo tapado de este Mundial: completos en los todos los puestos, con oficio, recorrido y calidad. También la durísima Australia con un Bogut al mejor nivel físico de los últimos años, con jugadorazos exteriores como Mills y Ingles, y roles muy bien definidos.
-Levemente por debajo, veo a una ultracompetitiva Argentina con un perímetro genial pero un juego interior limitado. Una Canadá efervescente, una Alemania con timón asesino y entorno equilibrado, una Italia de mucho talento pero con el indomable (y no entrenable) Alessandro Gentile o una Turquía con un potente quinteto pero poco fondo de armario.
En breve, publicaremos una encuesta de numerosos personajes del mundo del baloncesto y podremos ver si mi diagnóstico es más o menos acertado. ¿Cuál es el vuestro?
Hay que tener paciencia y asumir que la columna vertebral de los de Scariolo ya no son 4-5 jugadores, son 2-3. Al menos a día de hoy. Es por ello que hay tres hombres y un factor clave vitales para poder doblegar a cualquiera de esos 3-4 equipos que pueden estar por encima pero que no son imbatibles y no perder por detalles por otros del mismo nivel o no ser sorprendidos por los que tienen nivel próximo. Esas serían las tres categorías que he fijado en este ensayo y en la encuesta que les ofreceremos en Solobasket.
La progresión de los Hernangómez va a ser decisiva para el buen balance del equipo. Ambos han jugado muy pocos minutos en la NBA este año y, seguramente, están más fuera de ritmo que en el Europeo de 2017. En dos años no han tenido los minutos y por consiguiente, la progresión esperada pero la calidad y la juventud están ahí, hay esperando entonces. Este Mundial les puede servir para ‘hacerse jugadores de impacto’. ¿Se acuerdan del caso Marc Gasol en el dorado Mundial de 2006? En Willy necesitamos un relevo de garantías para Marc y mucha dureza y rebote dentro, finalización y creatividad en el pase en el otro lado, vamos, que les complique la vida a sus rivales. En Juancho, una amenaza exterior consistente que rompa en carrera y ayude al rebote en ambos lados de la cancha. La otra pieza de este puzzle es Sergi Llull, y su situación es relativamente parecida a la de los anteriores. Sergi, después de la grave lesión, no ha conseguido alcanzar el nivelazo de su juego la pasada temporada ni de finales de la anterior. El listón estaba muy alto: era el mejor jugador de Europa. De nuevo tenemos a otro componente del que su evolución en el campeonato va a dictar el devenir de España. Si Llull se acerca a aquel Llull clutch time, las defensas van a tener que ‘soltar’ a los Ricky, Marc y a los finalizadores. Sobre el factor clave, sabemos que el punto más débil es la discreta amenaza ofensiva de nuestros 4… así que ¿qué nos queda? DEFENSA (¿y probar de tanto en tanto con Juancho en el 4 y pasar a Claver al 3?). Ante la falta de aquel acentuado talento, bajar el culo. Jugadores como Ricky (aunque no podrá dedicarle tanto esfuerzo viendo su dedicada tarea anotadora) Xavi Rabaseda, Claver, Ribas u Oriola pueden/deben marcar el ritmo en ese aspecto. Poner una marcha más que el otro equipo cada vez que salten al parquet. Manos, líneas de pase, cargas, dos contra uno, faltas inteligentes que devuelvan el balón a la banda ante algún desequilibrio… un gran estratega como Scariolo seguro que está en ello y también tirará de zonas alternativas.
Llevamos sumando medalla en los últimas 3 citas (Una plata y un oro en los Eurobasket y un bronce en los JJ.OO) pero, siendo realistas, sólo se puede optar a medalla si todas las piezas encajan a la perfección, más rotaciones y saber que... o se juega al 100% o muchas de las selección de este campeonato les puede complicar la vida. Nadie se va a relajar contra España así que el reto es enorme. Llegó el momento de sufrir muy mucho para conseguir un bronce o estar entre las 4 mejores selecciones o sorpreder rascando metales de más arriba. Veamos de qué son capaces esos corazones que lo han ganado prácticamente todo y como lo transmiten a las nuevas incorporaciones. ¿Y vuestros corazones? ¿preparados para sufrir?