Roger Grimau firmó a finales de junio del año pasado como nuevo entrenador azulgrana cogiendo el testigo de Jasikevicius. El que fuera durante ocho temporadas jugador del Barça, firmó hasta 2025 como head coach del primer equipo blaugrana, llegando con el claro objetivo de luchar por todos los títulos, siempre en paralelo a la precaria situación económica que vive la entidad que preside Joan Laporta.
dudas sobre la continuidad de grimau
Los despachos de los grandes clubes de Europa sacan humo mirando al curso 24-25 y el FC Barcelona no es menos. Juan Carlos Navarro y Mario Fernández buscan colocar todas las piezas, sin olvidar posibles y potentes fichajes, sabiendo que Oriol Paulí y Oscar Da Silva no seguirán, dejando las dudas de la continuidad de James Nnaji y Rokas Jokubaitis que podrían coger vuelo directo a la NBA.
Tras caer en la final de Copa ante Real Madrid, de nuevo se encienden las alarmas sobre la continuidad de Roger Grimau al frente de la nave blaugrana. Su trabajo se puede considerar de notable, ocupando la segunda posición en Euroliga y dejando un buen sabor en la pasada edición de Copa en Málaga. Pero todo se acaba midiendo por títulos y Grimau no ha conseguido los dos en juego hasta el momento.
A favor tiene su gran conjunción con el vestuario y un staff potente junto a Sada, Marco y Rafa Martínez, sumado al aspecto económico y su contrato firmado en la pasada offseason. Pero acabar una temporada en blanco podría llevar a Laporta y Cubells a poder ir a buscar y firmar un viejo conocido del Palau y el deseo desde la salida de Jasikevicius.
el deseado
La llegada de Ricky Rubio ha generado una espectacular ilusión para este tramo final de temporada, pero hay un nombre para los banquillos que sobrevuela por el Carrer Aristides Mallol: Xavi Pascual. El actual entrenador de Zenit de la VTB League, llegó en febrero de 2020, siguiendo allí tras el inicio de la guerra entre Rusia y Ucrania. El catalán firmó la renovación, pero siempre surge la opción de volver, sabiendo que fue uno de los grandes artífices de la Euroliga de 2010 con Ricky Rubio dirigiendo en pista.