el colmo de lo improbable
Existían pocos escenarios más improbables para el re-debut de Mario Hezonja en Euroliga que el de hacerlo frente al Barça. Frente a su club. El conjunto culé aún guarda sus derechos en Europa, a pesar de haberlos cedido al Panathinaikos. El retorno de ‘Super Mario’ es algo de lo que se habla en la esfera del Palau desde hace unos cuantos meses, ya que sería el regreso de uno de aquellos jugadores a los que los hinchas sienten como propios. El cariño que se le guarda es quizás desproporcionado al rendimiento que dio, por debajo del que su potencial demuestra que puede dar, pero el croata se ganó a la gente más por su personalidad que por lo realizado en la cancha. Él se ve reflejado en la afición, y viceversa. Todos los focos lo apuntaban a él, claro, porque viendo la clasificación el favoritismo del Barça era inapelable. Hezonja es, ahora mismo, el principal atractivo de un equipo que coquetea tanto con la deriva que a veces parece estar inmerso en una ola de la que es incapaz de salir.
bolmaro: producto de la confianza
Si bien es cierto que el talento y las condiciones siempre los tuvo, su rendimiento hasta el momento había padecido una irregularidad sistemática que lo alejaba de la rotación. Tenía todo para trinufar: talento, ambición, condiciones… Todo menos la confianza. Esa no se tiene, sino que se gana. Él se la ganó en el último mes, con buenos pasajes en la Copa del Rey, y la coronó con una excelente labor en el derbi frente a la Penya. Su mejora fue la del equipo, porque eso es lo que le faltaba. Con él en cancha el Barça se sintió cómodo y trabajó de forma fluida en sus ofensivas, sin extrañar al cerebro del equipo. Bolmaro repitió fórmula en el OAKA, combinando labores de generación y finalización con las de armador más puro, pero sin olvidar sus orígenes de escolta. En defensa sigue siendo un jugador clave gracias a un físico solvente y una envergadura con la que minimiza el campo visual de sus rivales. Los triples le dieron la confianza, el manejo del equipo le dará la continuidad.
super mario al rescate
Era casi una obviedad que Hezonja iba a querer demostrar su condición de jugador NBA en Europa. Algo así como cuando ibas a comprar alcohol con 18 años recién cumplidos y rogabas que te pidieran el DNI, solo para demostrar estar acreditado para dicha tarea. Así vivió el croata sus primeros minutos en la Euroliga, ansioso y por ende impreciso. Seguir directrices nunca fue su fuerte, a él siempre le calzó bien aquello de ‘yo contra el mundo’. El problema, o virtud, es que a menudo ganaba él. Con ello le bastó para llegar a la mejor liga del mundo, y por supuesto para validarlo en su regreso. Aprovechó el espacio que le proporcionó el acierto de Ben Bentil y Shelvin Mack desde el triple para plantarse incesante frente a la defensa culé. Por derecha, por izquierda, por elevación o entre varias manos. Que no fuera por intentarlo. Algunas de cal, otras de arena. Eso sí, quiso dejar claro desde el primer minuto que ahora el equipo es suyo, lo cual tampoco conllevaba una gran dificultad ateniéndose a la situación actual del conjunto griego.
EL VUELO DEL PIBE
¡SUBEEEEEEEEE QUE TE LLEVOOOOOOOOOOOOO!
— DAZN España (@DAZN_ES) March 2, 2021
No le pongan restricciones de vuelo a este tío. ¡Crack @BolmaroLeandro!@FCBbasket #EuroligaDAZN pic.twitter.com/PkvOqQKFum
la autosuficiencia de cory
Si una cosa ha demostrado Cory Higgins es que vive totalemente ajeno a contextos. Es inherente a lo que sucede ahí afuera. Impermeable. A él no le afecta lo que haya sucedido durante todo el encuentro, si fue el mejor o el peor del partido, para luego agarrar la pelota cuando más pesa. No brilló en los primeros tres cuartos, o no al menos al nivel que nos tenía acostumbrados últimamente, pero le dio igual. 8 de sus 16 puntos llegaron en los últimos diez minutos, castigando las ventajas obtenidas en los bloqueos directos y atacando las caderas de los pívots rivales. Ante un errático Calathes, él acunó la pelota y la distribuyó con el criterio necesario para que el Barça sellara sin sobresaltos su victoria. Higgins no necesita a nadie más que a Cory para brillar. Su autosuficiencia es un valor que el Barça aún no conoce al completo pero que valorará cuando un partido le valga un título.
el talento como antídoto al físico
El partido de Mirotic, más allá de lo que digan los números, fue de una superioridad aplastante. Ante un rival capaz de elevar varios puntos la intensidad defensiva y el tono físico, el montenegrino hizo alarde de su clase para solventar la ecuación. El acierto en el tiro no fue más que la consecuencia de la buena circulación y una excelente colocación. El Panathinaikos arrojó sobre él a todos los perros de presa de los que disponía, infinitamente superiores a nivel físico pero humillados por la calidad del montenegrino. Si bien desde su llegada a Europa lo hemos visto en facetas a priori desconocidas, su partido tuvo un cierto tinte a NBA. Sin apresurarse ni forzar acciones, esperando su momento y castigando las esquinas. La efectividad se volvió su aliada, anotando a ritmo de punto por minuto. La búsqueda de títulos individuales ya no lo obsesiona, aunque no por eso dejaremos de ver a Mirotic brillar cuando el equipo lo requiera. Para Mirotic el talento es el mejor antídoto al físico.
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