
Vitoria se vistió de rojo en este domingo de mayo. Sólo metafóricamente, porque no ha habido una masiva presencia de aficionados rusos, pero sí por teñir del color de la plaza de su capital el panorama baloncestístico europeo, conquistando su octava Copa de Europa, y celebrándolo a lo grande sobre la pista del Buesa Arena.
La inédita final entre Anadolu Efes y CSKA comenzó a un ritmo frenético y con mucho acierto por parte de ambos equipos. Los moscovitas tenían prisa por impresionar a su inexperto rival, pero fueron los de Estambul los primeros en golpear, de la mano del genio de su lámpara, Shane Larkin. Al primer triple del base respondió Will Clyburn con otro marca de la casa, es decir, en estático y con su defensor delante. Empataba a 10 y daba comienzo un festival triplista que duró todo el primer cuarto para ambos (4/7 Anadolu Efes y 6/8 CSKA Moscú) y todo el partido para los rusos (14/22).
Al ecuador del primer acto se llegaba con el partido igualado, pero justo ahí comenzaba a cambiar el choque, en el momento que el Cory Higgins (hombre de moda y quizá futuro barcelonista) anotaba su primer triple. Digo “su primer” porque sólo en ese primer cuarto se fue a los tres de tres, sumando 11 puntos. Por parte de Anadolu, sólo habían comparecido dos hombres: el de siempre, y James Anderson. A base de triples (Kurbanov, Hackett, Clyburn, Higgins…) fueron cogiendo ventaja hasta los 12 a favor, minimizados por un triple final de Beaubois, que cerraba el cuarto 20-29.
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El segundo acto arrancaba con un triplazo de Sergio Rodríguez sobre final de posesión que caía como una losa sobre el equipo turco, que encadenaba hasta seis errores consecutivos bajo del aro, dando muestras de estar tocado anímicamente. La ventaja se disparaba de nuevo y ascendía al +14 (20-34), coincidiendo con el mal momento de Larkin, que erraba tres tiros y se marchaba al banco. Era el momento donde los de Itudis podrían asestar un golpe definitivo, y dejar a los casi 14.000 aficionados del Buesa sin partido. Pero a veces las cosas extrañas suceden y lo que parece llevar un cauce hacia el mar, acaba tornándose en remolino y desvía la corriente: Krunoslav Simon, un secundario de manual, anotaba cinco puntos seguidos y abría un parcial 0-8 para Efes coincidiendo con su estrella y potencial MVP en el banquillo. La mecha turca estaba encendida, y Micic anotaba un triplazo “a lo Doncic” que golpeaba a los moscovitas, que no sabían quién les había quitado la magia. Larkin salió para forzar una personal de tres sobre la bocina y dejar todavía más cerca a los otomanos: 42-44 al descanso y la final revivía, por suerte para el aficionado neutral.
Micic, con un triplazo tremendo. #F4Eurofighters pic.twitter.com/aWyRTXdhwV
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Simon, ese elemento extraño que había acaparado los focos, se gustaba en el papel de protagonista, arrancando el tercero con un triple que volvía a poner a Efes por delante casi un año después. Un triple de Clyburn (La constancia) y un 2+1 de Hines volvían a iniciar la escapada rusa, que se ponía de nuevo en +14 tras otro triple del futuro MVP. De nuevo, un panorama que pintaba rojo, como la Plaza Roja de Moscú, se tintaba morado con el azul del Efes, que otra vez reaccionaba en los instantes finales del cuarto, situándose a seis con un estratosférico triple del Dios Larkin (62-68).
El último parcial comenzaba de nuevo con CSKA intentando una nueva escapada. Tampoco sería la definitiva, porque los +9 que tuvieron en este tramo se quedaron en nada con la enésima irrupción de Larkin, que con tres tiros libres y una brillante asistencia a Dunston les dejaba de nuevo muy cerca (69-73) y a los aficionados, la jugada del partido.
Bryant Dunston in the paint?
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Pero lo cierto es que faltaba un genio por aparecer. Nando De Colo había anotado solamente cuatro puntos hasta el descanso, pero como hiciera frente al Madrid, apareció al final para decidir el partido con su magia habitual: triplazo mortal y de nuevo +9 a menos de 5 minutos. Siguieron intentándolo honrosamente los de Estambul. No será por perseverancia. Incluso volvieron a ponerse a cuatro, pero los rusos resistían firmes y no hubo milagro final pese a los triples de Simon, Micic y a la exhibición de Larkin. El mejor jugador de Europa hoy por hoy se quedó sin trofeo porque CSKA resistió desde la línea de libres.
Gloria moscovita y frustración turca. Muy digna FinalFour de Anadolu Efes, que pasa de ser último de la regular season la pasada campaña, a un más que digno subcampeón. Y premio a la constancia, a la fiablidad y a la Historia para CSKA: 16 Final Four de las últimas 18, las últimas ocho sin fallar, y cuarto título en este formato, sumando ocho en total. Enhorabuena al CSKA y viva el basket!
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La Soledad del genio: la primera clave de esta final debe ir para el mejor jugador del campeonato. Shane Larkin ha anotado 59 puntos en los dos partidos disputados en Vitoria (30 y 29). Toda una exhibición de liderazgo, calidad, presencia y el claro ejemplo de cuando un genio está inspirado, es imposible de frenar. Si Anadolu Efesha tenido alguna oportunidad de ser campeón, ha sido única y exclusivamente por el estado de forma y la calidad de su jugador referencia. La temporada regular fue buena pero no sobresaliente (12 puntos por partido), pero llegada la hora de la verdad, se ha quedado solo: destrozó al FC Barcelona en cuartos y ha sido el único que alcanzado su momento álgido en la fase final. Ahora tendrá que elegir destino: quedarse en Turquía, volver a la NBA, o buscarse un nuevo destino donde reinar en Europa. Le sobran cualidades al que ha sido el MVP sin trofeo.
El bombardero ruso: No se entiende esta final sin el acierto exterior del CSKA. Durante todo el partido sus porcentajes fueron de escándalo: 6/8, 8/10, 14/20… acabando el partido con un 14/22 (64%), algo prácticamente imposible de contrarrestar. Cory Higgins (4/5), Will Clyburn (4/6), el Chacho (2/2) y De Colo (2/3), estuvieron brillantes desde la distancia en el partido más importante de la temporada. Bajo esta batería de tiradores, Anadolu no pudo más que ir a remolque todo el partido, al son que marcaba la estrella más rutilante, que era Larkin, pero que no pudo competir contra este elenco de jugadores top tan inspirados, principalmente un Will Clyburn que ha estado espectacular durante toda la Final4, siendo fundamental frente al Madrid, y el mejor de su equipo en la final. Digno MVP del torneo.
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Más vidas que un Efes: Hay que dar el valor que merece a este equipo. Después de reconstruirse este verano, en el que llegaron Larkin, Micic, Moerman, Beaubois, Pleiss… pero siguió Ataman, comenzaron una temporada con el objetivo de pasar el corte de Euroliga, que superaron con creces, y tras derrotar al FC Barcelona, se plantaron en su primera Final Four ya con la temporada más que amortizada. Pero tumbaron a Fenerbahce de la mano de su dupla de genios, y se metieron en la gran final frente al favorito CSKA. Los rusos han tenido que matar varias veces a Anadolu, que ha logrado resistir a amplias ventajas durante todo el partido (dos veces -14, una -11 en el último cuarto, donde se situaron de nuevo a 4…), pero no consiguieron asustar al CSKA, que gestionó bien los últimos segundos y se llevó el trofeo. Enhorabuena también a los turcos por su temporada.
