la exigencia de resultados
La apuesta realizada por el Joventut este año es la más ambiciosa que se le recuerda en el último lustro, y hasta quizás en la última década. La llegada de jugadores con cartel como Ante Tomic, Pau Ribas o Ferran Bassas devolvió la ilusión perdida tras la marcha de Nicolás Laprovittola. Con estos nombres en la plantilla, no solo se recuperó la ilusión, sino también una exigencia acorde al esfuerzo realizado. Aquella lucha por el descenso y el recorrido por limbo de la quiebra económica forman ya parte de un pasado lejano que la Penya no quiere siquiera recordar. En la relativa abundancia económica en la que viven ahora, los títulos deportivos se plantean cada vez más como objetivos reales. La Eurocup, por ello, es la gran meta del conjunto verdinegro. Conquistarla devolvería al equipo de Badalona al primer plano europeo.
prisioneros de los nervios
Para ambos conjuntos se trataba de un duelo crucial. Tras el duelo de la primera vuelta, que se saldó con victoria del Joventut por siete puntos de diferencia, quien ganase este cruce dejaría sentadas algunas de las bases para el resto del TOP 16. La magnitud del encuentro fue, quizás, lo que condicionó la toma de decisiones de los jugadores, imprecisos durante el primer cuarto. Los primeros minutos se tiñeron rápidamente de verdinegros, con un parcial de 0-10 de inicio en el que volvieron a hacer alarde del talento ofensivo coral que poseen este año. Luego le tocó el turno de respuesta a los jugadores del Mónaco, que con un 18-2 lograron girar el marcador gracias al ingreso electrizante de Rob Gray que descalabró al conjunto de Badalona. Junto a él, Marcos Knight, Bost Dee y Jaleel O’Brien se las ingeniaron para castigar la fragilidad defensiva de su rival.
el ataque como salvavidas
Si algo está consiguiendo Carles Durán este año es competir en encuentro en los que no se encuentra particularmente cómodo con la defensa de su equipo. A pesar de que sigue siendo este el baremo a utilizar para medir el rendimiento de su equipo, la identidad ofensiva desarrollada por el Joventut con la llegada de Bassas, la explosión de Xabi López Aróstegui, la sublevación de Neno Dimitrijevic y la categoría de Ante Tomic le permite plantarse de cara ante las mejores ofensivas de la categoría. Ya dejó atrás el equipo aquellas épocas de dependencia excesiva de la individualidad de Laprovittola o de Prepelic, ahora la responsabilidad ofensiva tiene más hombros sobre los que recaer, y por ende dispone de más recursos. Con la capacidad de los generadores del equipo, Joel Parra encontró su lugar como ‘jugador de espacios’, escabulléndose de su defensor para atacar los huecos generados por sus compañeros.
LA VIVEZA DE JOEL PARRA
¡El periscopio de @FerranBassas20 y @AnteTomic404! ¡JUGONES!
— DAZN España (@DAZN_ES) February 2, 2021
¡Regalazo para @joelparralopez3! @Penya1930 #EuroCupDAZN pic.twitter.com/jfOjEI3Hja
apagón verdinegro
Toda la ofensiva que había sustentado al Joventut en la primera parte se desvaneció en la segunda. El ritmo impuesto por los jugadores del Mónaco obstaculizó las vías de creación y anuló a los generadores blanquinegros, que acabaron acusando las 16 pérdidas de balón por las 5 del Mónaco. En esa coyuntura emergieron Bost Dee y Rob Gray, dos jugadores decisivos para la anotación de su equipo. La ofensiva del equipo del principado se cimentó en el talento de sus hombres exteriores y la lucha de sus internos. El Joventut se vio sobreexpuesto debido a las -malas- basculaciones de sus jugadores en las segundas y terceras ayudas, lo que permitió al Mónaco explotar con éxito el rebote ofensivo. Con un acierto más alto de lo normal desde el triple y la zona rival invadida, el equipo de Mitrovic tuvo el control absoluto del partido durante toda la segunda mitad. Solo Neno Dimitrijevic intentó tirar del carro para la Penya, aunque se halló huérfano ante superioridad rival y su equipo acabó regalando también el ‘average’.
el 'big 3' del mónaco
Los arreones anotadores de Mónaco colapsaron por momentos la capacidad de respuesta del Joventut. El acierto desde la media distancia sumado a la convicción en las acciones cercanas al aro fueron las principales armas con las que Bost Dee y Rob Gray castigaron la defensa de la Penya, sumado a la incidencia de O’Brian en el rebote ofensivo y el acierto desde la larga distancia. Los de Durán no encontraron forma alguna de defender a uno de los anotadores más explosivos de la competición como es Gray ni tampoco anular la capacidad de generación de Dee, muchos menos rotar con coherencia para no regalar ventajas a Jaleel O’Brien. El trío ofensivo del Mónaco encontró el equilibrio necesario para alternar acciones cercanas al aro con triples que obligaron a la Penya a estirar su defensa. Ahí fue cuando se le vieron todas las costuras que luego acabó castigando Rob Gray.
ESTADÍSTICAS
