Nacido en la ciudad italiana de Brescia el 1 de abril de 1961, a Sergio Scariolo se le debe comenzar a considerar como uno de los mejores y más exitosos entrenadores de la historia del baloncesto de selecciones tras un nuevo éxito con el combinado nacional español. Con esta nueva medalla de oro demuestra una vez más que sabe tocar la tecla correcta en el momento justo, sea antes de comenzar el torneo, preparando un partido o durante el mismo, gestionando el grupo, siendo sinónimo de éxito y mirando las expectativas como nadie, junto a un elemento primordial cuando hablamos de la figura de un entrenador: riqueza táctica que hace construir caminos a un nuevo campeonato.
Scariolo en diez campeonatos como seleccionador español, ha ganado cinco oros, cuatro en Europeos y un Mundial, una plata olímpica y dos medallas de bronce, tanto en Juegos Olímpicos como en un Eurobasket. Y el seleccionador siempre pone en valor la fuerza del grupo, de los jugadores que son los protagonistas, pero él es parte capital en los éxitos de la selección española, comenzando por la decisión de llevar a Tbilisi a estos doce jugadores campeones, por ser parte importante en la nacionalización de Lorenzo Brown y porque tácticamente desarbola a cualquier equipo, sobre todo cuando los partidos pasan a ser decisivos, a vida o muerte, y así se pudo ver ayer en la final ante Francia, que demostró una enorme superioridad táctica sobre Vincent Collet, o previamente ante Lituania, Finlandia y Alemania.
Este nuevo oro quedará en el futuro como el MVP de Willy Hernangómez, la conexión entre Brown y el jugador de Pelicans, la garra de Rudy, la defensa de Díaz, los triples en la final de Juancho, pero también en el ADN competitivo que nunca se puede negar de la selección y de la pizarra de Scariolo a sumar la defensa como seña de identidad.
La selección ha sabido ganar y lo ha hecho juntado táctica, el aspecto mental y el competitivo, tres elementos claves que los han llevado al triunfo final. Se llegaba al Eurobasket 2022 hablando de un equipo de transición y pensando en el futuro y finaliza en Berlín alzando el título de campeón. Scariolo ha sabido implementar un sistema rico en defensa, plagado de variantes, que será recordado en el futuro, sabiendo anular a jugadores rivales clave, como pasó ayer ante un Gobert impotente, viendo como España supo sacarle de la zona y lo tuvo controlado en todo momento para acabar solamente con seis puntos. Las opciones de España en defensa han sido casi infinitas durante estas dos semanas, con zonas diferenciadas, pasando de la 2-3 a una defensa individual, o a una caja más uno (box-and-one), como pasó ante Schröder en semifinales. Si a esta defensa, donde todos tienen un protagonismo y un rol determinado, se le une la química entre ellos, hace más fácil el camino recorrido entre Georgia y Alemania.
El coach ha sabido reciclar la pizarra mágica en cada momento, como ha ido haciendo estos últimos años, con un Luis Guil como pieza clave dentro del staff, además de Víctor García y Jorge Lorenzo como entrenadores ayudantes. A base de trabajo, de analítica, de orden táctico, se ha impuesto en la final con un bloque compensado, con jugadores que han creído que era posible lo imposible, con jugadores que salen reforzados de este torneo europeo, como Juancho Hernangómez y su enorme final, además de ser el primero que realizaba la apertura en pista que ahora pondrá rumbo a Toronto Raptors con la duda del rol que tendrá en la franquicia canadiense; con el MVP Willy Hernangómez sabiendo que seguirá como segunda unidad dentro del entramado de Willie Green en Pelicans o de los gladiadores españoles como Alberto Díaz, el intimidante Usman Garuba o muchos otros, sin olvidar el gran campeonato de Lorenzo Brown que se unirá a las filas del Maccabi Tel Aviv.
El actual entrenador de la Virtus Bologna de la Serie A del pallacanestro, fue campeón de un anillo de la NBA como ayudante de Nick Nurse en Toronto Raptors hace unos años, ha sabido idear, construir y cimentar un proyecto que ha ido remodelando. Ya sin el talento de los hermanos Gasol, sin la dirección de Ricky Rubio en pista por lesión, sin Llull descartado antes de comenzar también por lesión, Scariolo ha depurado la táctica y la estrategia, además de una defensa brillante, con un Alberto Díaz, jugador de Unicaja Málaga, majestuoso e incisivo y faro de esa parcela, descargando de responsabilidades a Lorenzo Brown, más centrado en construir el ataque a partir de buenas defensas. España se ha sabido acoplar a los cambios que marcaba el staff de la selección y eso ha hecho apagar a muchas selecciones, sobre todo tras dejar la fase de grupos y verse las caras ante rivales como Lituania, la Finlandia de Markkanen, Alemania o Francia en la final.
España ha tenido elementos que se han podido ver a lo largo de los partidos, comenzando por sus cambios en defensa, ya sean defensas mixtas o zonales, por la presión sobre el base rival, por el negar puntos en los referentes interiores rivales, viendo ejemplos como Gobert o Sabonis.
Decisiones que ha ido cambiando desde el banquillo que modificaba el rumbo y ha llevado al oro a la selección. Muchos catalogarán de hazaña este oro, pero el colectivo ha trabajado durante semanas para esto, para el éxito, con un equipo capaz para desbordar y desarbolar a cualquier selección e incluso de superar situaciones críticas que han ido teniendo durante la preparación y sobre todo en el torneo, como las dudas posibles que pudieron surgir tras la derrota en la fase de grupos ante Bélgica.
Con el título logrado ayer como seleccionador español, Scariolo se convierte en el segundo entrenador más laureado en la historia del Eurobasket. Solamente le supera el soviético Aleksander Gomeski que logró siete oros como entrenador de la extinta Unión Soviética.