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La vuelta al trono: dentro de la medalla de oro del europeo sub 20 femenino

  • En Solobasket hemos podido hablar con los protagonistas de una nueva gesta de la categoría más laureada del baloncesto femenino

El pasado 16 de julio en Soprón, Hungría, la selección española sub 20 baloncesto femenino sub20 volvió a lo más alto del podio en el europeo sub20 femenino, con la conquista de una medalla de oro, en la que es la categoría que más alegrías ha dado al baloncesto español femenino. Aquella victoria 47-42 frente a la República Checa terminó la sequía con la que se quedó esta categoría en el europeo de 2019, tras diez años consecutivos entre los tres primeros y cuatro medallas de oro seguidas.

De esta forma, esta generación de 2003-2004 ha cumplido las expectativas puestas en ellas, además en un campeonato en el que había ganas tras dos años sin poder celebrarse debido a la pandemia. Y la vuelta no pudo ser mejor, ya que no solo significó el regreso del verano de competiciones de formación, sino que también devolvió a la selección española femenina a su lugar habitual en el podio.

Después de dos semanas de esa medalla de oro, en Solobasket repasamos la hazaña conseguida en Hungría por parte de la seleccion española sub 20 baloncesto femenino con los protagonistas de ese metal, que tiene un marcado color ‘taronja’ con denominación de origen L’Alqueria del Basket.

El camino al oro

Antes de comenzar el europeo sub20 femenino de Soprón, ya había altas expectativas puestas en la generación 2003-2004. Además, el trabajo comenzó ya en el mes de mayo con la primera concentración y los torneos en Lugo, Valladolid y León. Ahí, ya el cuerpo técnico fue consciente del gran talento que tenían en sus manos, y tuvieron que hacer los descartes para quedarse con la plantilla de 12 jugadoras para disputar el europeo.

El día a día de trabajo del grupo fue muy bueno”, comenta Rubén Burgos.“Poco a poco, nos íbamos dando cuenta de lo que estábamos construyendo en lo deportivo, y con una muy buena química del grupo”, añade el seleccionado. Y precisamente esa química entre las jugadoras lo supieron aprovechar desde el staff, ya que se dieron cuenta de que ese era uno de los puntos fuertes. “Teníamos que repartir esfuerzos, que prácticamente todas las jugadoras disfrutarán de los mismos minutos, que tuviesen la misma importancia en el grupo”, cuenta Rubén Burgos mientras recalca que “la fuerza de la colectividad ha sido nuestro mejor valor”.

"Hemos hecho un juego distinto al de otros equipos y hemos conseguido que cada rival contra nosotras tuviera peores porcentajes de anotación", comenta Rubén Burgos

Una vez llegó la competición como tal, España tuvo suerte de quedar encuadrada en el grupo que estuvo, y Burgos reconoce que el haber tenido un rival de menor nivel como Irlanda les ayudó para las siguientes fases: “Sabíamos que el día importante iba a ser en cuartos de final, y por cómo se dieron los cruces, tener un rival como Irlanda en octavos de final nos permitió empezar a pensar antes en Hungría, sin desmerecer a nadie”.

Rubén Burgos y su equipo plantearon una idea de juego que favoreció a la selección y le dio un toque diferencial: “Supimos construir nuestro juego a partir de la defensa, dejando jugar cómodo al rival y eso nos permitió correr y jugar a campo abierto en posiciones cortas. El objetivo era poder realizar más tiros de campo que el rival por tener un ritmo de juego alto”.

Sin embargo, el seleccionador le otorga también importancia al trabajo de sus jugadoras:para nuestro objetivo necesitábamos mucha rotación, esfuerzo y que ellas dieran el cien por cien en la pista, con energía en períodos cortos de minutos”. Y añade: “Esto ha sido básico porque así hemos hecho un juego distinto al de otros equipos y hemos conseguido que cada rival contra nosotras tuviera peores porcentajes de anotación, por debajo de su media”. En cuanto al partido clave en la consecución de la medalla de oro en el europeo sub20, el seleccionador subraya el encuentro de cuartos ante Hungría, pero también la final ante República Checa, al considerar que “ha hecho el mejor baloncesto en el campeonato”.

Noa Djiu, una de las promesas que brilló en el europeo y formó parte del quinteto ideal, también destaca el encuentro de Hungría como uno de los más complicados porque “costó romper el partido”, mientras opina que también el de Italia por su difícil comienzo en la primera parte.

De hecho, la mayoría de las jugadoras coinciden en que las semifinales contra Italia fueron uno de los encuentros más complicados de este europeo para la selección española sub 20 de baloncesto femenino. Claudia Contell, que acabó como MVP del campeonato, reconoce que tuvieron dudas al irse por debajo al descanso pero que el trabajo en defensa les ayudó a remontar. “Ahí fue cuando nos dimos cuenta de que podíamos ganar”, añade Contell. 

Por otro lado, Elena Buenavida, que vivía su primera experiencia en un europeo con este grupo de jugadoras, nos relata que dentro del equipo existía la sensación de revancha de las semifinales del europeo sub16 en el que perdieron ante las transalpinas, y aunque ella no formó parte de aquella plantilla, se contagió de ese espíritu gracias a sus compañeras. “Fue el partido en el que estuve más nerviosa y el que más nos costó sacar”, relata la jugadora. Pero Buenavida comenta que tampoco el equipo estuvo cómodo al enfrentarse a República Checa en la final, al ser ambos parecidos en varios aspectos.

Rubén Burgos, el capitán de un buque bien armado

Era el primer campeonato oficial con Rubén Burgos como seleccionador principal de la selección española sub 20 de baloncesto femenino y acabó coronado con la medalla de oro en este europeo. El entrenador cuenta con experiencia en el alto nivel con Valencia Basket, y ahora ha logrado brillar también en el baloncesto de formación.

Su andadura en las categorías inferiores de la selección española de baloncesto comenzó en aquel europeo sub20 en 2019, con Eric Surís como seleccionador principal y con Anna Montañana como compañera ayudante. Las cosas no fueron tan bien para la selección, que se bajó del podio después de cuatro oros consecutivos, pero para Rubén Burgos aquella experiencia fue el inicio en las categorías de formación. “Me enriqueció mucho y me ubicó en lo que eran los campeonatos de formación”, comenta Rubén Burgos sobre su primer europeo.

La pandemia frenó su progresión y fue en el verano de 2021 en el que ya pudo trabajar como seleccionador principal en el torneo Challenger, y que sería clave para el oro conseguido en este europeo sub20. Y es que en él ya trabajó con su equipo técnico, Raquel Romo y Javier Torralba. “Ahí aprendimos mucho de la metodología de lo que querríamos del equipo para el verano”, afirma Rubén Burgos.

Rubén Burgos ha conseguido medalla de oro en su primer campeonato como entrenador principal. Foto: FEB

Precisamente, el entrenador no duda en alabar el trabajo tanto de Romo como de Torralba, siendo los dos claves para la consecución de esta medalla de oro en el europeo sub20 de Soprón. “He aprendido mucho de Raquel y Javi. Raquel es una excelente profesional, y está preparadísima para cualquier reto. Y Javier en formación está en un nivel top, tanto nacional como europeo. Él ha sido quien nos ha guiado en el conocimiento de estas jugadoras y de esta generación con la que ya lleva años trabajando”, reconoce Rubén Burgos. De hecho, el técnico reitera en más de una ocasión que el trabajo del staff técnico fue clave para la victoria ante Hungría en cuartos de final, que abrió la lucha para las medallas.

Una vez comenzado el campeonato, conscientes desde el staff de la buena generación que tenían con ellos, sabían que el reto estaba presente, pero que el podio era un objetivo. Y comenzaron a ver que podría ser posible cuando comenzaron las victorias solidas en el campeonato: “pese a las lesiones, que es lo más duro de este trabajo, vimos que podíamos ser competitivas y aspirar a mucho, y es una gran satisfacción que así nos ha hecho saber también la Federación, con su agradecimiento y reconocimiento”, comenta Rubén Burgos al respecto.

Claudia Contell, la continuación de la saga de las MVPs

De entre las 12 jugadoras que se coronaron en Soprón (Hungría) con la selección española sub 20 de baloncesto femenino, una de ellas brilló, y esa fue Claudia Contell. La escolta valenciana fue designada MVP del europeo sub20 femenino de baloncesto tras promediar 10’9 puntos, 3’6 rebotes y 1’9 asistencias por partido, con actuaciones como los 14 puntos frente a Italia en semifinales o los 21 ante Irlanda.

Me ilusionó muchísimo, al principio no me lo creía, pero acabé super contenta”, afirma la jugadora al preguntarle por las sensaciones tras ser MVP del campeonato. “Llevamos muchísimo tiempo trabajando para esto y que al final haya sido la más destacada te alegra mucho más”, añade Contell.

De esta forma, Claudia Contell continua la estirpe de MVPs españolas en los campeonatos sub20, siguiendo la estela de jugadoras como Queralt Casas o Leticia Romero, con las que ha compartido equipo este año en Valencia. “Ver jugadoras que están siendo tu referente y que tú hayas conseguido algo que ellas hicieron, pues algo que motiva mucho”, declara Claudia Contell, todavía en una nube tras el europeo sub20.

Claudia Contell continua la estela de jugadoras españolas que son designadas MVP de torneo internacional. Foto: FIBA

La valenciana afirmó que trabajar con Rubén Burgos, quien la ha entrenado este año en sus partidos con el primer equipo de Valencia Basket en LF Endesa, le ha dado “un plus de confianza porque es una persona que sabe lo que eres capaz de hacer, y esto ayuda mucho”. Precisamente, la experiencia de haber podido disputar la liga del máximo nivel del baloncesto español le ha hecho ser una mejor jugadora: “me ha ayudado muchísimo a crecer, tanto físico como mentalmente, y lo he notado mucho en el aspecto de juego, pues ahora veo cosas que cuando no había entrenado con ellas no podía”, afirma Contell.

Noa Djiu, fortaleza en el juego interior

Junto a Claudia Contell, hubo otra presencia de la selección española sub 20 de baloncesto femenino en el quinteto ideal del europeo con la interior Noa Djiu. La jugadora mallorquina fue una de las `pequeñas’ de la concentración, pero otro de los nombres propios de la medalla de oro conseguida por este grupo. Ella misma afirma que sus compañeras le hicieron sentir a gusto y fueron clave en su juego: “A pesar de tener dos años menos que algunas me he sentido muy acogida y cómoda por parte de mis compañeras, y de aquí los resultados tanto individuales como colectivos conseguidos”.

Noa Djiu, que tiene el baloncesto en las venas ya que su madre es la jugadora Sara Morro, viene de debutar en esta temporada en LF Endesa con el primer equipo de Valencia Basket, dónde coincidió ya con el seleccionador Rubén Burgos. “He sentido su confianza en mí, en todo el campeonato, y eso me ha hecho sentir más segura de mí misma. Siempre ayuda tener un entrenador con el que ya has estado en alguna ocasión durante la temporada”, comenta la jugadora al respecto.

Noa Djiu valora de forma muy positiva este europeo, tanto a nivel deportivo como personal: “me llevo una experiencia inolvidable, en la que he aprendido mucho tanto fuera como dentro del campo, y me ayudarán en el futuro para formarme como la jugadora que quiero ser”, declara.

No es oro todo lo que brilla: el europeo de Laia Lamana y Elena Buenavida

Este europeo de la selección española sub 20 de baloncesto femenino, sin embargo, también ha tenido cara de esfuerzo y momentos grises en el grupo. El ejemplo son dos jugadoras que aunque no estaban al 100%, se han involucrado en el equipo y fueron clave en la medalla de oro. Este es el caso de Laia Lamana y Elena Buenavida, dos jugadoras con mucho futuro y talento en el baloncesto español, y que el año que viene compartirán equipo en el NB Paterna.

Laia Lamana sufrió un fuerte golpe en un encuentro en el torneo de Lugo de la concentración previa de la selección española sub 20 de baloncesto femenino previa al europeo que hizo temer por su participación en el torneo. Lamana, sin embargo, el día después avisó que todo era solo un susto y que tenía un latigazo cervical. Así, tocada, la jugadora disputó el europeo sub20, aunque afirma que todavía no se cree lo conseguido y que está muy contenta con la medalla de oro.

"Cuando te cuelgas una medalla no te lo crees, porque estás de celebración y es una sensación muy rara de felicidad", comenta Elena Buenavida

Me tenían que infiltrar antes de los partidos porque la parte baja de la espalda me dolía, pero el staff y los servicios médicos me ayudaron un montón”, declara Lamana sobre su estado físico en el europeo sub20. A pesar de no estar físicamente en su mejor forma, Laia Lamana comenta: “jugando estaba súper cómoda, daba mi 100% y estoy contenta con el trabajo que he hecho”. En esto, la jugadora da un valor importante al staff: “he recibido mucha confianza de los entrenadores, porque sabían que no estaba al 100% y me daban minutos para jugar”.

La jugadora relata que el grupo aceptó desde un principio el sistema creado por los entrenadores con “un juego que se basaba en la defensa y a partir de ahí correr para jugar transiciones rápidas” y que ellas lo aceptaron rápidamente, imponiéndolo en cada encuentro. Lamana concluye que de este europeo sub20 se lleva que “trabajar es el camino hacia el éxito”. “Había muchos partidos que se nos ponían cuesta abajo y parecía que no los íbamos a sacar, pero no nos dábamos por vencidas, al final un partido dura 40 minutos y hasta el final todo es posible”, relata Laia Lamana.

La medalla de oro en el europeo sub 20 de baloncesto femenino tiene color 'taronja' con seis integrantes de Valencia Basket y L'Alqueria del Basket. Foto: FEB

Elena Buenavida, por su parte, es otra jugadora de futuro y con mucho talento en el baloncesto español. Sin embargo, Buenavida reconoce que no ha estado en su mejor momento en este europeo sub20: “nunca me he sentido cómodo, no he podido dar todo lo que sé”. A pesar de ello, la jugadora ha dado mucha importancia al grupo en su papel en el campeonato: “un detalle claro en mi rol dentro del equipo es que a pesar de que no podía darlo todo y no me salían las cosas como tenía previsto, intenté no restar y no dejar al equipo tirado”. “Eso me ha ayudado al final a que el entrenador confiase en mí, y me diera los minutos de importancia que me dio”, añade Elena Buenavida.

Justamente sobre el entrenador, la jugadora cuenta que “el trato con las jugadoras ha sido excelente, es una persona que dentro de la pista sabe llevar al equipo y combinarse muy bien con su cuerpo técnico”. Buenavida, que empieza nueva etapa en Paterna esta temporada espera volver a coincidir con él, y añade que le proporcionó una confianza importante que le puso “más fácil el camino”.

La adaptación con su grupo fue vital para la consecución del oro, tal y como nos relata, se dio gracias a la madurez de las jugadoras, a pesar de que algunas eran más pequeñas, de otra generación. Elena Buenavida afirma, además, que “un oro marca para toda la vida”. “Cuando te cuelgas una medalla no te lo crees, porque estás de celebración y es una sensación muy rara de felicidad”, añade. “Incluso me pareció surrealista, me costó aceptarlo después de estar en casa. Es muy ilusionante y emotivo a la vez”, expresa Elena Buenavida, quien declara que “conseguir el oro fue cumplir con nota excelente con los objetivos propuestos”.

 

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