• La inevitable comparación con Nowitzki en el análisis del impacto del finés

Y dígame, ¿qué sabe usted de Finlandia? Unos segundos de pausa infinita, una risa nerviosa y lo primero que viene a la cabeza: “Pues que hace mucho frío, ¿no?”. Resulta que de ese frío y de aquellas anécdotas emerge la que, previsiblemente, sea la promesa más firme del baloncesto europeo de estos nuestros tiempos. Así, tal cual. De ese país plegado al hockey hielo, de afamados pilotos de rally y de elegantes atletas surge uno de los proyectos de jugador más esperanzadores del basket continental.

Palabras mayores para un chico de apenas 20 años y poco bagaje profesional. Y decimos poco, pecando incluso de generosos. Básicamente, el que se refiere a los partidos jugados con su selección en este EuroBasket. ¡Pero qué partidos se está marcando el chaval! Para empezar, victoria ante la (todavía por aquel partido) perezosa Francia, con 22 puntos y 7 rebotes y un triplazo para finiquitar el partido en la prórroga como carta de presentación.

Lauri Markkanen (22 points) was magic against France!

Después, la derrota y el descaro en forma de pérdida en la última jugada ante la Eslovenia de Dragic para otros 24 puntos. Y por ahora, ante Polonia, galones nuevamente de jugador-franquicia para alcanzar las dos prórrogas primero y la victoria después, con 27 puntos, 9 rebotes y acumulando casi un 54% de acierto en el tiro de tres para un 56% en tiros de campo. Y es que ya lo advertía nuestro compañero Carlos Afonso en su análisis de la figura finesa allá por mayo de este año. 

En un país de tiradores (Finlandia es el tercer equipo que más tira de tres de la competición hasta ahora) Markkanen hace muchas más cosas en la cancha. De cara y desde sus siete pies es capaz de poner el balón en el suelo con ambas manos y penetrar para finalizar con éxito a partir de su interminable envergadura. Sus imberbes 20 años le permiten correr la cancha con el hambre que inspira a jugadores marcados para destacar. De espaldas, ya ha demostrado al mundo del basket como es capaz de resolver partidos y su tiro de tres es simplemente mortal de necesidad, como demuestran sus porcentajes de acierto. Quizás sea por el compromiso de jugar para su país o por ser su primera ventana a los focos como jugador destacado, ese plus de agresividad que le estamos viendo percutiendo el rebote ofensivo le hace, por ahora, un jugador completo. Eso sí, esa pluma estilizada que deslumbra en ataque le pasa factura a la hora de contener las embestidas de jugadores más corpulentos en defensa, pero todo se andará, sobre todo en una NBA más preocupada del gimnasio que del parqué. Con estas credenciales en Chicago están viendo cada partido de Finlandia con la ilusión de las buenas elecciones y con el recelo de que el infortunio no se cebe con su pick de primera ronda del Draft 2017.

Con la vista puesta ya en Estambul, al menos el cruce de octavos se atisba en el horizonte de los fineses. Comprobaremos ahí, en citas mayores, el empaque de un jugador en formación al que, de repente, se ha inyectado la presión del balón caliente y las últimas posesiones. En esas anda, por ejemplo, Koponen, pensando que el balón iría a sus manos en esos últimos ataques fineses y ni las huele el escolta del Barça ante las nuevas virtudes venidas desde la Universidad de Arizona. Todos los finales apretados pasan por sus manos. Tanto los que gana (Polonia y Gielo sabrán y penarán mucho sobre ello) como los que pierde (hacerle un cambio por delante a Randolph es quizás demasiada temeridad). Veremos cómo responde el joven Markkanen a esa nueva situación en la que la jugada decisiva es pintada para el nº10 de Finlandia.

Las comparaciones son, por supuesto, odiosas, injustas y hasta antipáticas, pero también necesarias. Aquella suspensión que llevara el partido a la segunda prórroga contra Polonia nos trajo a la memoria de inmediato la figura de Dirk Nowitzki.

Lauri Markkanen's (27 points) HUGE game vs. Poland

Se replicaban movimientos y resultados para poner tinta a borbotones sobre el papel y paralelismos y equivalencias sobre ambos jugadores. Esa suerte de analogía le vendría bastante bien parada al finés, si acaso acaba por parecerse, de alguna manera, al jugador de los Mavericks. En el camino anda. Y muy bien, por ahora. Veremos cómo le va ante jugadores de mayor empaque físico, de mejor presencia en la zona y de superior conocimiento del juego a los oponentes que ha tenido hasta ahora en la competición.

El mundo del baloncesto estará pendiente de él, por ahora en este Eurobasket, hasta donde llegue su selección y a partir de noviembre, en la ciudad del viento y la NBA, para seguir llenando páginas de aquellas concordancias y asimilaciones, que eso gusta mucho. Careos de esos odiosos pero necesarios, ahora que su predecesor está en el crepúsculo de su carrera deportiva y hay tantas ganas de buscarle un sucesor. Antes de eso, Markkanen tendrá que seguir peleando con su equipo por meterse en octavos y seguir bajo el foco. Palabras mayores aún desde la fría Finlandia para un chico de 20 años y tres partidos como profesional. ¡Pero qué tres partidos!

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