No nos vamos a engañar: Serbia ha sido una de las selecciones candidatas a todo en prácticamente todos los torneos que ha disputado en los últimos años. No obstante, por lo menos en el último lustro, ha sido ese combinado nacional del "quiero y no puedo". Parece mentira, pero hay que remontarse hasta 2017 para tener presente la última medalla de los serbios en un campeonato de la FIBA.
Serbia, una selección candidata... ¿a todo?
Siempre damos por hecho que los balcánicos pueden llegar lejos en los grandes eventos internacionales. Por calidad, por plantilla, por tradición... Pese a que no se han alzado todavía con ningún Eurobasket, ningunos Juegos Olímpicos ni ningún Mundial de baloncesto, siempre aparece en las quinielas.
Debe ser por la tradición. Como Yugoslavia siempre ha tenido un hueco privilegiado en el medallero, Serbia también debe estar ahí. Por eso nace la pregunta de si verdaderamente debemos considerar a Serbia como candidata a las medallas en cada torneo. Visto lo visto, y con las bajas que -casi- siempre tienen, sí. Ya no solo en esta Copa del Mundo, sino en los próximos compromisos. ¿Por qué? Petrusev, Jokic, Jovic... La lista de jugadores con un talento innato que van saliendo de la cantera serbia es inagotable.
No parece que vaya a frenar en seco esta producción de diamantes en bruto, así que lo más lógico sea que Serbia sea un país dominante en el panorama baloncestístico a nivel mundial.
Sin Jokic, pero con su mejor versión
Cuando se anunció la baja de Jokic para el Mundial, hubo gente que le dio menos opciones a Serbia. Es normal: un jugador diferencial que venía de ser MVP de las finales de la NBA se caía de la lista, y no había nadie de su calidad para reemplazarlo. Además de la ausencia de Micic, también renunció Nemanja Nedovic.
Svetislav Pesic afrontaba el reto de formar una plantilla en condiciones para luchar por todo pese a las circunstancias. Tampoco fue Teodosic. En cualquier selección, todos estos nombres hubieran mermado cualquier roster, pero Serbia ha demostrado poseer un fondo de armario muy amplio. Arrancó la fase de grupos con paso firme y, con un pequeño susto en la segunda fase cuando cayó derrotado ante Italia, se plantó en cuartos donde logró un cómodo triunfo frente a Lituania.
Pocos se esperaban que Lituania sucumbiera de esa manera. Casi 20 puntos de diferencia y otra vez con Bogdan Bogdanovic como líder ofensivo del equipo. El jugador de los Atlanta Hawks está cumpliendo con lo que se esperaba de él y está apareciendo cuando Serbia lo necesita. Pero no solo en ataque, porque en defensa se está exprimiendo otro tanto, sobre todo en el uno contra uno. Su lectura ante el jugador que tiene delante está siendo brillante y su mirada asesina está contagiándose al resto de la selección.
Estos días en los que hay tanto partido y tanta vorágine de noticias, es fácil olvidarse que los de Pesic están sin un -casi- quinteto que, por sí solo, podría causar estragos a cualquier selección del Mundial: Teodosic, Micic, Nedovic, Jokic. Por eso, y porque se han plantado en semifinales barriendo a la única selección que ha batido al Team USA, se merecen todos los respetos. Ahora, la esperan a la Eslovenia de Luka Doncic o a la Canadá de Shai Gilgeous Alexander para intentar colarse en la final. Ah, y no nos olvidemos que sigue estando entre nuestras favoritas para llevarse el oro, como no podía ser de otra manera.