
- Los de Aíto vencieron en un partido trabado y marcado por la dureza
- El final de partido de Pangos y el carácter amarillo, claves
EL PARTIDO EN CLAVE:
1. AL RITMO DE DELLA VALLE, A RITMO DE TRIPLES: Nadie discute el talento que Amadeo Della Valle atesora, pues es una cuestión que deja patente en cada encuentro que disputa. Aún así, su buena mano se dejó ver desde casi el primer minuto, anotando nueve puntos de forma casi consecutiva que daban a su equipo la primera ventaja medianamente importante. Su baloncesto se unió al buen hacer de sus compañeros en el lanzamiento, algo que dejaba tocado al Granca. La entrada en pista de los hombres de refresco ayudó a los de Aíto a asentarse en el partido, pero los triples del Reggio Emilia y la velocidad sin criterio en el juego seguían siendo el quebradero de cabeza recurrente para los locales.
2. INCONSISTENCIA EN EL JUEGO, DESACIERTO, PERO PAULÍ: A pesar de que la circulación de balón estaba siendo buena y rápida, los lanzamientos no eran lo suficientemente efectivos, algo que estaba lastrando los ataques del Gran Canaria. El Granca se estaba mostrando bastante más banal de lo que acostumbra, cuando lo que necesitaban era un poco de control, los claretianos se empeñaron en correr como pollos sin cabeza. No obstante, cuando Oriol Paulí volvió a pista, las cosas cambiaron bastante; el catalán asumió responsabilidades en la distribución del juego y en los rebotes, consiguiendo darle un vuelco al partido de forma contundente. La realidad es que, da igual de lo que juegue, de base, de escolta o de alero, Paulí se está ganando importancia en este Granca de forma espectacular.
3. UN PARTIDO CALIENTE, UN PARTIDO IGUALADO Y CON FALLOS: Que nadie se engañe, el paso por los vestuarios mermó el baloncesto de los dos equipos hasta límites insospechados. Los fallos se sucedían en una y otra canasta, dejando paso a que las individualidades sobresalieron por encima de cualquier cosa. Además, los árbitros calentaron al público del Gran Canaria Arena y al propio Aíto García Reneses, que no estaba nada conforme con las decisiones tomadas sobre la pista. La realidad es que los colegiados estaban permitiendo mucho contacto, algo que trabó el partido para igualarlo mucho más si cabe. Todo se había quedado en una lucha de poder a poder, de cuerpo a cuerpo donde cada equipo intentaba sacar músculo a relucir. El Spaghetti Western estaba servido.
4. UNA DE SPAGHETTI WESTERN: Con los árbitros siendo muy permisivos con el contacto, el Reggio Emilia se hizo muy fuerte, consiguiendo llevar el partido al punto donde querían. Los italianos se sentían cómodos con el tipo de encuentro que se estaba desarrollando, llegando a ponerse hasta seis puntos por delante sin apenas oposición. Con todo en contra, y teniendo que remar para salvar el culo, el Granca se reencontró con su versión más fuerte mentalmente hablando para enseñarle los dientes a los italianos. Con Pangos y Omic como principales armas ofensivas, y con Rabaseda haciendo el trabajo sucio atrás, los de Aíto se vinieron arriba llevados en volandas por sus aficionados. A base de carácter se cenó spaguettis en el Gran Canaria Arena.
5. Y KEVIN PANGOS APARECIÓ, Y OMIC LE AYUDÓ: Kevin Pangos cuajó un partido realmente malo durante más de tres cuartos, el canadiense no estaba, se le notaba algo fuera de partido y bastante fallón. El base encadenó una racha malísima en el lanzamiento, pero supo aparecer en el momento perfecto para ser una ayuda importantísima para ganar el partido. El ex de Gonzaga se sacó de la chistera puntos cruciales, acabando con su mala dinámica y metiendo un triplazo dedicado a Kuric que levantó al GCA. Asimismo, ayudó muchísimo en defensa, robando balones y siendo muy intenso, lo que borró todo lo malo realizado anteriormente. En ese sentido, el carácter mostrado hoy por Alen Omic también ayudó en el final del choque, algo que cimenta la teoría de que este chico tiene algo especial. Su partidazo vuelve a reflejar que no ha venido aquí de paso, sino que quiere ser alguien importante.
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