Pau Gasol y Solobasket: 18 temporadas soplando las velas juntos

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Los cimientos de la que iba a ser la torre más grande que jamás haya visto nuestro país comenzaron a forjarse en los 29 últimos segundos de un partido que se jugó en el Pabellón Quinto Centenario de Cáceres, el 17 de enero de 1999. Un tiempo tan relevante en la historia como descuidado por parte de los protagonistas presentes en aquel encuentro entre el Cáceres y el F.C. Barcelona. Apenas unos meses antes, nacía Solobasket, que, sin quererlo, se convertiría en compañero de aniversario del mejor jugador de baloncesto nacido en España. Carlos Jimenez recuerda lo poco que se sabía de Gasol por aquel entonces: “Pau empezó la temporada midiendo 2.09 y su verdadero equipo (no tenía ficha ACB) era el Barça B, que competía en el grupo 'Norte' de la liga EBA donde jugaban con Juan Carlos Navarro, Jordi Ginesta, Alfons Alzamora, Jordi Rodríguez, Chema Marcos, Nicolás Fernández, Adolfo Sada (hermano de Víctor), Javier Rivero y Robert Hernández. El entrenador era Quim Costa, con el que tuvo bastantes roces porque Pau era tozudo e intentaba jugar 'su' baloncesto.”

Hoy por hoy, ningún tercero podría relatar cómo fue la entrada al partido de un “larguirucho” más que debutaba con la camiseta blaugrana, hace ya dieciocho años. Protagonistas de ese encuentro como Aito García Reneses, Jose Antonio Paraíso o Roger Esteller, a los que acudimos para preguntarles por esos 29 segundos, reconocen que no recuerdan prácticamente nada. Seguramente será esa inevitable tendencia del ser humano de esperar que suceda algo extraordinario que recordar toda la vida. Cuando la vida, en realidad, puede cambiar radicalmente con momentos tan efímeros como la quinta falta personal que cometió Derrick Alston, con el partido ya sentenciado, que propició la entrada de un alero imberbe, prácticamente desconocido para todos los asistentes: Pau Gasol. ¿Quién iba a pensar que estaba entrando en escena un niño que, dos años después, sería el MVP de la Copa del Rey? ¿Cómo explicar a los aficionados cacereños que celebraban una victoria ante el todopoderoso Barça que esos segundos de la basura eran el principio del cambio en el curso del baloncesto español?

En estos dieciocho años en los que Solobasket y Pau Gasol han soplado las velas juntos, el de Sant Boi ha vivido hasta seis debuts más. Unos momentos que, al igual que el caché de Pau, han ganado magnitud de forma progresiva. En 2001 se enfundó la camiseta de la selección española como debutante y como estrella en una irrupción internacional sin precedentes, apenas unos meses después de ser escogido como el Nº3 del Draft de la NBA. Un chico de 20 años que, en su primer torneo oficial, el Eurobasket de Turquía, se fue hasta los 17,3 puntos y 9,7 rebotes de media para colgarse la primera de las diez medallas que ha conseguido vistiendo de rojo y blanco.

Apenas tres meses después, fue Memphis quien vio debutar a su futura promesa, siempre con la etiqueta de la duda por su procedencia europea. Es quizás el caso más similar al que ocurrió en Cáceres, ni tres años antes. Sus 4 puntos con 2 aciertos de 5 en tiros de campo y 0 de 2 en tiros libres, más 4 rebotes y 4 faltas personales no pusieron los focos precisamente sobre él en ese momento. Él mismo afirmó sentirse “Decepcionado. Sabía que había mucha gente en España que se había quedado despierta para ver el partido”. La situación es tan caprichosa que resultaba imposible imaginar que se convertiría en uno de los grandes culpables de la reducción de horas de sueño entre los españoles; que después de esos 4 puntos vendrían 8.962 más que le convertirían en el máximo anotador de la historia de esa franquicia; y que, cinco años después, volvería a sentirse como cuando todo empezaba. 

Su primera presencia en el Partido de las Estrellas, en febrero de 2006, trasladó a Pau Gasol a la cobertura mundial del baloncesto y acabó con la inocencia casi infantil del debutante: El jugador profesional que había “nacido” en Cáceres se había convertido en un astro. Y lo hizo sin anotar ni un solo punto en aquel encuentro. Pero no le hizo ninguna falta. Ya no habría nadie que no supiese quien era ese español de 2,16, considerado por muchos como un alero con cuerpo de pívot. Ahora sí. Desde ese momento, “yo he visto jugar a Pau Gasol” se convirtió en una frase de fortuna. Los Angeles, Chicago y San Antonio, han sido los otros tres escenarios testigos de una nueva resurreción del fénix.

Es imposible señalar cuál ha sido el culmen de Gasol en estos dieciocho años. ¿Ser elegido como MVP del Mundial sin jugar la final? ¿Sus dos anillos seguidos con los Lakers? ¿Los 40 puntos que endosó a Francia en el Eurobasket 2015? El “¡Vamos Pau!” que le dedicó Kobe Bryant en su último All Star es el mejor resumen de la magnitud Gasol en estas casi dos décadas. Así fue como 29 segundos de un partido, acabaron convirtiéndose en lo más extraordinario que ha dado nuestro baloncesto.  

Pau Gasol debutó, como lo hizo Solobasket hace 18 temporadas. Sorteamos una camiseta suya de la selección de este verano. Estad atentos porque tendréis que hacer  RT al tuit que anunciemos el sorteo con el hashtag #18AñosdeBasket 

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Evelio Reillo@ereillo11De los que les late el balón dentro del pecho

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