Petrovic y la Cibona: la pesadilla del Real Madrid de los años 80
- Los Cibona-Real Madrid de los 80
Después de haber sido dominador absoluto del baloncesto español y de cosechar siete títulos de campeón de Europa entre los años 60 y los 70, el Real Madrid se enfrentó en la década de los 80 del pasado siglo a la realidad de que debía superar a nuevos y más numerosos rivales para mantenerse como uno de los grandes del continente. El decenio no había empezado mal, haciéndose con su octava corona continental en 1980 venciendo al Maccabi en la final pero a partir de entonces le esperaban años más complicados.
Después de aquel gran partido celebrado en Berlín pasarían cuatro años sin que los blancos se asomaran a la final de la máxima competición europea, años en los que ganó dos Ligas y perdió otras dos a manos de un emergente Barcelona. Tras ganar el título liguero en 1984, el Real volvía a la que siempre ha sido su competición favorita con el objetivo de ganarla, pero en el camino se toparía con uno de los jugadores que más amarguras le iban a causar en toda su historia.
Drazen Petrovic había llegado a la Cibona de Zagreb esa misma temporada, tras abandonar el equipo de su ciudad y pasar un año sin jugar por el servicio militar. Ya llevaba algunos años dando que hablar en Europa, llevando a su Sibenik a dos finales de la Copa Korac, ambas perdidas, y subiendo al tercer cajón del podio en los Juegos Olímpicos de Los Ángeles. En la liguilla semifinal de aquella Copa de Europa de 1984-85 el Real Madrid perdió tres partidos, dos de ellos contra la Cibona de Petrovic y no de cualquier manera, sino desesperados por la arrolladora actuación y por los malos modos del entonces yugoslavo. Naturalmente, la Cibona no era sólo Petrovic, que estaba acompañado de grandes jugadores como su hermano Aleksandr, Nakic, Cutura o Knego, pero todos los ataques pasaban por las manos del escolta, que tenía licencia para tirar cuando se le antojara.
En el vídeo del partido celebrado en Zagreb se puede ver a los jugadores blancos desquiciados (en especial Iturriaga y Fernando Martín, pero también el más calmado Jackson). No hay más que ver los últimos dos minutos de partido para comprobar las reacciones de frustración de los madridistas.
Cuenta Iturriaga en su libro Antes de que se me olvide que, tras uno de estos partidos y de camino al vestuario, Fernando Martín tendió la mano a Petrovic para zanjar lo ocurrido en el campo y éste le obsequió con un escupitajo en la cara y varios compañeros tuvieron que parar al pívot madrileño para que no se la emprendiera a golpes con el croata.
Después de las dos duras pero ajustadas derrotas en aquella añorada liguilla que se jugaba en los 80 entre los campeones de las mejores ligas europeas, el Real Madrid confiaba en tomarse la revancha en la final, a la que llegaron ambos equipos. Pero el resultado volvió a ser el mismo: victoria de los azules y recital de su número diez, perseguido por unos defensores blancos que no podían con aquel joven descarado y provocador.
En la temporada siguiente, más de lo mismo, pero sin final. Dos nuevas victorias yugoslavas en la liguilla semifinal, con más frustración para los madridistas. Si la temporada anterior los partidos habían sido igualados, en la 85-86 los blancos asistieron impotentes a dos nuevas exhibiciones de “Mozart”, quedaron cuartos en la liguilla y tuvieron que ver por televisión cómo los de Zagreb revalidaban el título frente al Zalgiris de otro de los enemigos favoritos de Drazen: Arvydas Sabonis.
Después de proclamarse campeón de Europa, la Cibona perdió sorprendentemente el título de Liga ante el Zadar, lo que hizo respirar de alivio al Madrid, que sí lo ganó en España, por no tener que enfrentarse de nuevo a su bestia negra en Europa. En ese sentido la 1986-87 fue un año de trgua, aunque no sirvió de mucho: con la ausencia de Fernando Martín por su aventura NBA, los blancos no tuvieron un buen año y no jugaron ninguna final en España y ni se acercaron a ella en Europa.
En la 1987-88, después de que ni la Cibona ni el Real Madrid conquistasen la Liga en su país, los dos clubes volvían a coincidir, esta vez en la Copa Korac. Los madridistas no se la tomaron como una competición menor: por una parte, suponía la oportunidad para el club (y para su entrenador, Lolo Sáinz) de poner en sus vitrinas el único título que les faltaba; por otra parte, querían tomarse la revancha ante quien tanto dolor les había provocado en sus últimos enfrentamientos. Aunque ya era conocido que Petrovic jugaría al año siguiente con los blancos, conociendo al croata todo el mundo tenía claro que iba a querer despedirse de Zagreb venciendo una vez más al Real Madrid.
Ambos aspirantes alcanzaron sin grandes dificultades una final que se disputaba en formato de ida y vuelta. En el primer partido Petrovic estuvo discreto y la gran actuación de Fernando Romay permitió a los blancos obtener una renta de 13 puntos. El de vuelta se presentaba emocionante, como así fue.
El encuentro disputado en Zagreb fue un partidazo digno de una final de Copa de Europa más que de la tercera competición continental. Petrovic salió decidido a enmendar su discreta actuación de la ida y realizó un gran partido y en el Madrid, con la baja de los dos hermanos Martín, Lolo Sainz dejó atrás su vieja costumbre de jugar con los titulares hasta la extenuación y varios jugadores cuajaron una gran actuación. Entre ellos, Del Corral, Corbalán, e Iturriaga, que al finalizar la temporada abandonarían el equipo, demostraron los galones que aún conservaban en su última temporada de blanco.
Podéis ver más artículos y vídeos de partidos de la época en mi blog, Aro Pasado.
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Comentarios
arg ha respondido el
muy buena pagina- Saludos gran basquet el español.
caiman69 ha respondido el
Y os olvidáis del Barcelona de los 80s, con Epi, Solozabal, Sibilio y Andrés Jiménez "Jimix".
En la temporada 1986-87, el Barcelona tenía la mejor plantilla de Europa, pero no podía jugar la Copa de Europa (esa temporada ganó Liga-Copa-Copa Korac), tampoco lo hacía la Cibona por la estúpida norma de la FIBA (gran manipulador de competiciones) y el Tracer de Milán esquivó de golpe a dos de sus principales rivales antes de empezar la competición.
Petrovic, estuvo a punto de recalar en el Barça, pero el gran Aito, en uno de sus polémicas decisiones no quiso romper la estructura del equipo liderado por Nacho y Epi y desechó el fichaje que estava muy avanzado.
Como me hubiera gustado ver a este quinteto: Petrovic- Epi - Jimenez- Trumbo y un segundo americano
Y en el banquillo: Solozabal, Costa, Ferran y Sibilio
uriz ha respondido el
Jolines con Aito ni quiso a Robin Hood ni quiso a Mozart...
pelolovic ha respondido el
¿Porqué no jugo la Cibona la copa de Europa de 1986-87, por no ganar su liga? Eso no había pasado en 1984 cuando jugaron Cantú y Milan.
El FC Barcelona de los 80, en Europa compite dignamente, pero solo llega a la final en 1984 y ya no vuelve, a pesar de dominar la liga doméstica durante unos años, a ninguna final hasta 1990 (formato final four). En cuanto al equipo de 86, yo diría que algo mejor era el del 87 y 88 ya con Audie Norris.
uriz ha respondido el
En la 84/85 hay dos representantes de Italia: Virtus Bologna, como campeón de Lega, y Roma en su condición de vigente campeón de Europa. Es cierto que en la 86/87 no participa Cibona pese a ser el campeón en ejercicio, habría que averiguar por tanto cuándo cambió la norma.
a.walker ha respondido el
Petrovic, un genio al que todos odiábamos cuando jugaba contra nuestro equipo, pero al que todos queríamos en ese miso equipo...
pelolovic ha respondido el
Petrovic era el típico jugador que amabas en tu equipo y que odiabas a muerte si estaba en el equipo rival.
Los años 80 en las competiciones europeas fueron años interesantes, donde los históricos encontraban rivales con gente como Petrovic que les sorprendían día si y día también, fue el ocaso del Real Madrid en Europa al igual que Varese (ambos dominadores en los 70).
Llegó el Maccabi, la Cibona, la Jugoplastika y Olimpia de Milán o Cantú. Dominaban los italianos y los Yugoslavos. Que tiempos..., igual que ahora.
caiman69 ha respondido el
En la temporada 86-87, el Barça era el mejor equipo de Europa. Había derrotado claramente en la Supercopa de Europa a la Cibona, y no había una plantilla igual en Europa, pero tenía un grave hándicap psicológico, el haber perdido la final de 1984.
En 1987, compite en la Korac y gana la competición arrasando (te recomiendo ver la semifinal vuelta contra el Snaidero Caserta).
En 1988 vuelve a la Copa de Europa, pero tuvo un comienzo desastroso que le pasó factura 0-4 (en los primeros partidos). Y al posterior campeón, la Tracer de Bob McDoo, la ganamos fácil en el Palau y también les ganamos en Milán.
De hecho, estos fueron los resultados del Barça en Europa en la década de los 80s
1984: Finalista Copa de Europpa
1985: Gana la Recopa frente al Zalghiris de Sabonis
1986: Gana la Recopa al Scavolini, jugando en pista italiana
1987: Gana la Korac al Limoges
1988. El equipo no se mete en la final four, pero fue el equipo más ofensivo y el que tenía mejor básket average de la fase previa (el equipo llevaba 5 años consecutivos llegando a la final europea y esta tendencía tenía que romperse tarde o temprano)
1989. Llega a la final four, pero cae ante la Jugoplastika de Kukoc y compañía
El resto de la historia todos la conocéis.
Saludos
quain ha respondido el
La kryptonita del equipo blanco, era tremendo por mas jugadores "anti" que fichaban , mas derrotas les caian, era tal el temor que infundia, que muchos jugadores ya salían con cara de derrotados, en muchos casos la violencia era el único recurso que quedaba con tamaña imposibilidad ante el descomunal talento y repertorio de mala educación del croata.
Cesar Cornejo ha respondido el
Sileno ha respondido el
Pues que me perdonen mis amigos madridistas: pero yo me lo pasaba muy bien viendo cómo Petrovic se descojonaba de Iturriaga a la puta cara..., y es que el palomero nunca me ha caído bien...