Entre el baloncesto y la religión, o al revés, el orden de las palabras no altera el significado. Durante la jornada del pasado martes 8 de noviembre, Ryan Turell hizo historia al convertirse en el primer jugador judío ortodoxo en jugar un partido profesional de la G League, la segunda división de la NBA. Lo hizo con el equipo de Motor City Cruise, filial de los Pistons de Detroit, ante Windy City Bulls, disputando tres minutos.
El alero no drafteado de 1999 de Valley Village, California, saltó al Wayne State Fieldhouse a falta de 3:40 para el final del partido, recibiendo una enorme ovación de parte de sus aficionados presentes en el pabellón de Detroit. Turell no se quitó la kipá para jugar, pero lo hizo personalizado con el logo y los colores del equipo, siendo el primer judío ortodoxo en jugar un partido profesional de grandes ligas, aunque no sea la NBA, se acerca a ella cada vez más.
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Con su entrada al partido, en un momento de pausa, el locutor local comentó, "Para todos aquí, para cada hombre joven, mujer joven de esa fe, al ver a Ryan actuar en la pista, están pensando: "Si él puede hacerlo, ¿Por qué no puedo yo? Esto es algo realmente inspirador para mucha gente aquí".
Su historia se paró cuando no fue escogido en el pasado Draft de junio. El egresado de Yeshira University lideró esa universidad judía ortodoxa, viendo como en el curso pasado ganaron cincuenta partidos de forma consecutiva en la Disivión III de NCAA. Pocos, muy pocos, jugadores han saltado desde esa división a la NBA. Unos meses más tarde, Cruise lo eligió en el pick 27 del Draft de la G League.
En su momento comentó, "Ser el primer judío ortodoxo en la NBA significaría mucho para mí y un sueño hecho realidad, si Dios quiere. Pero, igual de importante, significaría el mundo para otros que nunca vieron esto como una oportunidad". Nativo de Los Angeles y graduado en el Valley Torah HS, puso dirección de Yeshiva a Detroit, que según un estudio de 2018 realizado por la Federación Judía de la ciudad de Michigan, alrededor de 71.000 judíos viven en el área metropolitana de Detroit y un 9 por ciento de ellos se identifican como ortodoxos.
En su año senior con la universidad privada judía de New York, Turell promedió 27,3 puntos por partido, con un gran 58 por ciento en tiros de campo y un 46 en triples. La franquicia de la G League le ayuda en todo lo posible en aspectos relacionados con su religión y así poder seguir con sus tradiciones, como por ejemplo hospedarse cerca del pabellón para ir caminando en el Shabat. "Turell no conduce, no usa su teléfono, ni cocina durante el Shabat", comenta la franquicia. Eso sí, el jugador no se opone en jugar el sábado, pero quiere evitar otras actividades que son parte de la rutina típica que no se relacionen con el partido.