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Sardinia ha sido una isola afortunada. Como todas las del Mediterráneo. Antes del 1.500 antes de Cristo, los denominados pueblos del mar, empiezan explorar nuevos territorios en el Mare Nostrum. Siempre guardando relación con los constantes movimientos bélicos protagonizados por las guerras de sucesión en Egipto. Fue después de la segunda Batalla del Delta (del Nilo) cuando estos pueblos, además de ir asentándose en zonas del territorio de los Faraones, se van instalando en zonas del Mediterráneo Oriental, Península itálica y dos de las islas más grandes, Córcega y Cerdeña. Se atribuye a los Sherden (shardana o shirdania) la ocupación de la isla sarda. Procedentes de los territorios griegos del Asia Menor (Jonia), fueron los creadores de la cultura megalítica de los nuraghi, cuyo testimonio más visible es Su Nuraxi, cerca de Barumini. Las leyendas se refieren también a la llegada de pueblos griegos procedentes de zonas como el Ática, también íberos e incluso pueblos procedentes del norte de Libia (con construcciones que guardan gran relación con los nuraghi (nuraghes en sardo). Fenicios, romanos, italianos, cartagineses, bizantinos, árabes o la ocupación de la Corona de Aragón (l'Alguer es un buen ejemplo) han enriquecido una isla que hoy en día es uno de los paraísos turísticos del Mediterráneo.
Cruzando el Atlántico, unos cuantos miles de kilómetros, en el corazón de los Grandes Lagos, se desarrolló el pueblo de los Winnebagos, que dan nombre al accidente lacustre en el que se asienta Fond du Lac (Wisconsin). Fueron los tramperos franceses los que establecieron el primer contacto con las tribus indígenas y Claude-Jean Allouez el primer nombre propio de la influencia europea. En este territorio que todavía recoge la esencia de los primeros colonos se forjó la figura de Travis Diener, en el seno de una familia eminentemente deportista y apasionada por el baloncesto. Esta circunstancia le condicionó sobremanera y a nadie le sorprendió que su padre ya intentará enseñarle a lanzar la pelota cuanto contaba con tres años de edad. El relevo lo cogería su tío Dick, quien lo entrenaría en el instituto Goodrich.
Después de ser reconocido por USA Today como el mejor jugador de secundaria en el 2000, emprendió una buena carrera en los Golden Eagles de Marquette. El culmen llegó con la participación en la Final Four del 2003. Junto a él, Dwyane Wade y Steve Novak. Diener era Stockton, y Mark Price, con destellos maravichianos. Llegó tarde a un baloncesto que apostaba por otra tipología de jugador. A pesar de su liderazgo en puntos (19.5 pp) y asistencias (7pp) cayó hasta la segunda ronda del draft del 2004 y en la NBA las lesiones tampoco le ayudaron a ganarse la confianza de sus entrenadores y unas franquicias (Magic, Pacers y Trail Blazers) que en aquellos años no pasaban por su mejor momento.
Un mocetón rubio, de 1.85 y sonrisa contagiosa; de baloncesto de alta escuela al que el destino tuvo a bien darle una oportunidad en Europa. Y un talón de aquiles en forma de lesiones, algunas muy inoportunas, que han acabado condicionando el adiós a una de sus pasiones para centrarse en la que es ahora su gran prioridad.
Travis di Sassari
"Algún día seremos capaces de contar a nuestros hijos y nietos que hemos sido testigos de una historia fantástica" (extracto de la carta de los tifosi de la Dinamo a Travis Diener).
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En junio del 2010 llegaba el de Fond du lac para armar el equipo desde la base y no desde el centro. Travis personificaba lo que necesitaba el entrenador. Velocidad (mental y física), dirección, visión de juego y capacidad de ejecución. A esto se le unió una capacidad de liderazgo ya apreciada la Goodrich High School y en sus últimos años en Marquette, pero tapada en esa NBA diseñada cada vez más para los grandes atletas.
AlaDiener, il mago
Aunque el rendimiento de Othello Hunter y el volador White fue superior al esperado en aquella shakespeariana Sassari, TD10 fue el comandante de una temporada de ensueño. De equipo recién ascendido a jugar los Playoffs, en los que las lesiones le impidió ser protagonista. Lo fue desde el primer partido, con 14 puntos y 8 asistencias ante la Juve Caserta. Topes de 24 puntos (Varese), 10 rebotes (Varese) y 12 asistencias (la Teramo de su primo Drake y la Biella de Edgar Sosa). Si en la temporada de su debut fue Olimpia Milano quien les apeó de los Playoffs, en la siguiente campaña el coco fue la Montepaschi Siena. Su primo Drake se unía al proyecto Sacchetti & Sardara y juntos hicieron diabluras, que se extenderían a los dos siguientes cursos.
El juego de Travis alcanzó su plenitud en su tercer año de reinado (2012-13). Sus promedios en Lega se elevaron a 16.4 puntos, 7.1 asistencias, 1.3 recuperaciones y 20.3 puntos de valoración. Superó la decena de pases ganadores en 8 ocasiones destacando un nuevo récord de la competición con 14 asistencias ante la Reyer Venezia. Se fue hasta los 42 puntos de valoración contra la Montepaschi, en la última jornada de la liga regular y antes de recibir a un Lenovo Cantù que se encargaría de borrar el sueño del pase a semifinales tras una intensa serie disputada a 7 partidos. Aquella temporada los sardos debutaron en la Eurocup, quedando últimos clasificados del Grupo H en el que jugaba el Cajasol (y al que ganó en los dos enfrentamientos). Espectacular el partido de los primos en San Pablo, por cierto.
El italiano de Wisconsin
"Queremos que nuestra hija Karina crezca aquí porque es un lugar hermoso para vivir".
El final del curso 2012-13 trajo consigo su nacionalización, conseguida gracias a la ascendencia siciliana de su mujer Rosamarie. La lesión de Danilo Gallinari se tradujo en un puesto para el roster del Europeo de Eslovenia. Italia acabó en octava posición en su reentré a la máxima división de selecciones y el de Wisconsin promedió 3.1 puntos y 1.7 asistencias en 14 minutos de juego. El hotel Las Tronas fue escenario de la renovación de los votos de matrimonio con la Dinamo. Firmaba un contrato por cuatro años que le vinculaba definitivamente al equipo sardo.
Su último curso ha venido marcado por un juego oscilante fruto de un cuerpo mellado por las incisiones de las lesiones que choca de bruces con las exigencias del run&gun de la Dinamo. Romeo le fichó al diminuto Marques Green (veloz e incisivo como Travis aunque más 'amasador') y añadió músculo para afrontar con éxito el salto de calidad que ya empezaba a reclamarse en la isla después de tres eliminaciones consecutivas en primera ronda de Playoff. El equipo no andaba demasiado fino en la competición doméstica pese al excelente rendimiento de Caleb Green y Drake Diener. Por abajo, Sacchetti no encontraba al Hunter del primer año y Diener, como indicamos, no pasaba por su mejor momento físico (los esfuerzos extras del verano se acaban pagando). Sin embargo, un buzzer beater suyo ante el Chalon francés les metía en los octavos de final de la Eurocup, siendo posteriormente eliminados por el Alba Berlín. Luego llegaba un título grande, campeón de Coppa y MVP de la Final Eight. Los problemas físicos siguen presentes a lo largo del curso, pero decide darlo todo. Su equipo finalmente vence el fantasma de Cuartos para caer ante el potente EA7 Emporio Armani Milano. La final estaba tan cerca...
"Hasta luego Sassari, nos vemos pronto"
"...mi dispiace solo che l'ultima partita di Travis Diener sia stata caratterizzata da un infortunio". A Romeo Sacchetti se convertía en el portavoz de una noticia que se barruntaba, pero que no se quería aceptar. Travis, entre lágrimas, abrazado a su esposa y junto a sus dos hijas, recibía un más que merecido baño de multitudes en el PalaSerradimigni.
Humilde, alegre, talentoso, comprometido y adorado. TD12 inicia ahora una nueva andadura volviendo a sus raíces, en Marquette, con quienes contactó hace un tiempo. No ha sido una decisión meditada, fruto de una reflexión junto a su familia y amigos más cercanos. Ya durante el pasado verano pasó dos meses sin ver a su hija y hecho que le hizo pensar sobre lo que realmente quería ¿Jugar a gran nivel, pero lejos de los suyos o desempeñar un tipo de trabajo que le permitiera estar cerca de su familia? En una entrevista a 'La Nuova Sardegna', Travis indicaba que la necesidad de estar cerca de su familia ha pesado más en su decisión de dejar el baloncesto activo que su estado físico: "Creo que podría jugar un año más a gran nivel". En Marquette estará bajo las órdenes de Steve Wojciechowski. Intentará copiar lo mejor de Sacchetti: "la libertad que da a sus jugadores tanto dentro como fuera de la cancha". Y también pulir su principal defecto, la "falta de paciencia".
¿Quién sabe si dentro de unos años se le vuelve a ver por Cerdenya, dándole el relevo a su mentor italiano?
Cuestión no sólo de talento sino también de genética, y de haber contado con un gran maestro.
Comentarios
Gran artículo para uno de los mejores bases americanos "puros" que hemos podido difrutar en Europa en los últimos años.
Imborrable su despedida hacia el público de Cerdeña.
Gracias por ésta joya JRSan