"La pequeña Serbia, con 6,8 millones de habitantes, tiene al mejor tenista del mundo y al mejor baloncestista del mundo", dijo Novak Djokovic tras convertirse en el primer tenista de la historia en ganar 23 Grand Slams. En sus dichos, sintetiza el orgullo balcánico junto con una afirmación tan cierta como llamativa.
Nole nació en 1987 en Belgrado, mientras que Nikola Jokic lo hizo en 1995 en Sorbor. Ambos son hijos del conflicto bélico, de las luchas armadas y de las tragedias sucedidas en una zona que históricamente se destacó por sus crisis sociales.
Décadas más tarde, el país se destaca en los deportes a pesar de su baja población. El nacimiento de dos estrellas deportivas en el lejano sureste europeo no fue casualidad.
Los orígenes de Jokic y Djokovic en Serbia
El país fue golpeado por los daños que causó la guerra civil en la década de los 90. La cicatriz que dejó esa herida fue la construcción de una identidad nacional que defendió el orgullo de ser serbio y que cimentó las bases de un espíritu competitivo que tuvo una presencia destacada en el deporte.
El deporte, ya sea el fútbol, el básquet o el tenis, se convirtió en la vía de escape de niños y adolescentes que querían alejarse de la triste realidad en la que vivían. Los dramáticos sucesos que los marcaron, junto con ese patriotismo competitivo, fueron el caldo de cultivo que generó una generación exitosa.
"Prácticamente, vivíamos en el sótano. Nos despertábamos todas las noches a las 2 de la madrugada por los ataques", contó alguna vez el tenista número 1 del mundo para describir su niñez. Jokic, vivió una experiencia similar: "Las luces de casa siempre estaban apagadas. Vivíamos en la oscuridad y recuerdo claramente el sonido de las sirenas".
Jokic y Djokovic, los mejores en sus disciplinas
Como si se tratara de dos vidas paralelas que luego fueron unidas por el cariño y el respeto mutuo, los "Jokers", Djokovic y Jokic, fueron forjados por el mismo fuego, ese que sacó lo mejor de ellos y que despertó ese orgullo balcánico que los hizo trascender en el deporte.
Nikola Jokic, dos veces MVP, logró el título de la NBA el año pasado, cuando lideró a Denver Nuggets a su primer campeonato en casi 50 años de historia. Nole, por su parte, número 1 del mundo después de más 400 semanas consecutivas, es considerado el mejor tenista de todos los tiempos y presume de ser el máximo ganador de Grand Slams en el circuito.
El proyecto de Serbia para potenciar el deporte
Jokic y Djokovic son las caras de un proyecto serio, que planea llevar a Serbia a los primeros lugares en otros deportes. La actuación de los deportistas serbios en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 fue la mejor de la historia del país. El éxito deportivo no es casualidad y surge de una planificación a futuro.
El año pasado, la inversión que el Gobierno Serbio hizo en el deporte ascendió hasta los 42 millones de euros, una cifra que ha ido aumentando en la última década, donde se han conquistado más de 340 medallas en disciplinas olímpicas (JJ.OO de verano y de invierno) y paralímpicas.
No solo hay un aumento en el presupuesto destinado al deporte, sino que el Estado serbio tiene una política de premiación a los deportistas. Por ejemplo, los que consiguen medallas de oro en Juegos Olímpicos disfrutan de una pensión de por vida a partir de los 40 años. Además, se repartieron becas a más de 420 deportistas mayores de 15 años, valoradas en más de 3 millones de euros.
¿Cómo hizo un país con menos de 7 millones de habitantes para tener dos número 1 en dos deportes que generan miles de millones de dólares? Con un plan sostenido, que desarrolla la competitividad y estimula el orgullo nacional para que los niños se reflejen en sus ídolos, ese par de Jokers que dan que hablar en el mundo.