Según el diccionario millennial, Thug Life es un término que "se utiliza cuando alguien hace algo inesperado para provocar un vacile. Al principio solo aparecía en los vídeos, cuando ocurría a la persona en cuestión le caen unas gafas de sol del cielo mientras suena una canción de Snoop Dogg".
Para iniciar esta nueva entrega de nuestras 18 Historias ACB toca una anécdota personal: no tenía claro a que jugador de Movistar Estudiantes dedicaría el artículo de esta serie y dudaba entre Edgar Vicedo, jugador currante, que aporta en todo desde la sombra y que está realizando una gran temporada con un destacado paso por las ventanas, o nuestro protagonista. Incluso pensaba en dedicárselo a los dos como pareja, dada su reconocida y pública amistad y el contraste de sus estilos de juego y físico. Pero mientras estaba cubriendo el partido Monbus Obradoiro contra Estudiantes en a Caldeira do Sar, al observar como se mueve Darío por la pista, con esa actitud de descaro y esa chulería de jugón ya empezaba a tenerlo claro. Entonces en un lance del juego en el que acabo al lado de la mesa donde estamos algunos compañeros de prensa, se fijó en nuestro sustento habitual a base de gominolas, nos robó una y se la comió. No contento con eso, un par de minutos más tarde volvió a repetir la jugada, agradeciéndonoslo con el pulgar hacia arriba. Realmente parecía que le iban a aparecer unas gafas de sol en los ojos e iba a sonar Snoop Dogg.
Podría tratarse de una anécdota aislada, producto de la adrenalina de estar realizando uno de sus mejores partidos con la camiseta de Estudiantes, con 24 puntos y 26 de valoración, y, sobre todo, ocupando el lugar del lesionado Landesberg como si fuera el mismo el máximo anotador de la ACB. Pero hay más datos que nos hacen pensar que este chico tiene un carácter especial, como su cuenta de Twitter que es @basquemanba o sobre todo recordar esto:
Encarándose con nada menos que Sergio Llull y Don Felipe Reyes. Palabras mayores, sobre todo si pensamos que acababa de cumplir 21 años (23 actualmente) en ese momento. Este tipo de detalles siempre tiene un buen número de fans y de detractores, que uno de los argumentos que utilizarían es si el jugador en cuestión es tan bueno como para justificar su actitud. En el caso de Darío, lo mejor para responder a las preguntas de si es siempre así en su forma de jugar y si tiene el talento para andar por la pista como si levitase o se sintiera el dueño de la cancha es verlo jugar:
Claro que los vídeos de highlights no son una fuente fiable del todo y habrá quien diga que Brizuela solo tiene unas estadísticas de 7'3 puntos y 5'9 de valoración. Pero también se puede decir que solo tiene 23 años, solo juega 19 minutos en un equipo que tiene al máximo anotador de la liga y es un escolta de solo 1.88, que compensa con sus buenas piernas y su capacidad de salto.
En Europa estamos menos acostumbrados a este tipo de actitud, o quizás menos en España, porque en algunos países de la antigua Yugoslavia es más común, empezando por el mito de los mitos, Drazen Petrovic, pero desde luego en EEUU podría decirse que esta actitud forma parte del juego. El trash talking, el vacile, el uno contra uno buscando pequeñas humillaciones, las bromas y demás comportamientos que favorezcan el espectáculo son el pan de cada día en la NBA. De hecho por allí tienen un término que nos explicaba nuestro redactor experto en la liga americana, Alejandro Gaitán en un artículo dedicado a Mario Hezonja: "Traducir cocky al castellano es complicado. Puede ser prepotente, gallito, incluso engreído. Pero en este contexto, nos vamos a quedar con chulesco, que se adapta mejor". Y Predag Stojakovic lo definía con otra palabra inglesa: "Mario es chulesco, pero un tipo de chulesco bueno. Necesita ese tipo de swag y dureza mental para sobrevivir en la NBA". Swag es un apócope de la palabra swagger, con la cual se hace referencia a una manera particular de caminar, insolente y arrogante, aunque también se podría traducir por "tener estilo". Es un término proveniente del hip-hop y el rap. Viendo a Darío sobre un pista, la palabra swag vendría pronto a la cabeza. Y también podemos pensar en aplicarle lo que Predag decía de Mario: no es fácil llegar a la élite y menos mantenerse siendo un escolta de 1.88. Se necesita esa dureza mental.
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Pero en el título le añadimos un "on the court" al "thug life" porque, al contrario que en el caso de Hezonja, ese estilo chulesco se reduce a la pista. Si repasamos entrevistas y declaraciones de nuestro protagonista veremos que siempre habla de trabajo y de ganarse todo lo que venga con humildad:
-"Los premios individuales no me interesan en absoluto. Lo único que quiero es tener un año tranquilo y divertido, además de seguir progresando. El equipo que hay este año es muy bueno y va a ser complicado jugar tantos minutos como el año pasado. Mi idea es competir, aprender de mis nuevos compañeros y ser mejor jugador" declaraba en una entrevista realizada para Millán Cámara en El Español en octubre de 2016. También respondía así ante las preguntas sobre la NBA: "No es un objetivo real para mí. Siempre he querido ser jugador de la ACB, ése era mi sueño cuando era pequeño. Jamás había pensado que lo iba a conseguir, estoy encantando con la vida que tengo ahora. La NBA es otro mundo diferente, que no está a mi alcance. Sí que es verdad que este verano estuve en el campus de Treviso y me fue bien, pero nunca me he visto con ese nivel".
-"No le reclamé más minutos a Salva porque no creo que eso funcione así. Yo no tengo que pedir esas cosas, tengo que ganármelas, y más después del año pasado, que hice un año muy malo. Si hubiera jugado bien, pues tal vez...aunque no lo haría porque no es mi estilo, esto hay que ganárselo y con el año pasado que hice, no me lo había ganado. Claro que me gustaría tener más el balón en las manos, pero hay jugadores muy buenos en este equipo y tengo que ganármelo y encontrar el momento en el que hacerlo sin romper el ritmo del equipo"-ante las preguntas de Ignacio Ojeda en PoblaFM en diciembre del año pasado.
-También mostraba su implicación con el equipo en EstuTv tras una dura derrota en la mala temporada 15/16: "La sensación que tengo ahora es una mierda que no puedo con ella. Esto es muy duro. Te lo digo de la mejor manera. No me importan mis puntos, cambiaría no jugar nada por ganar los partidos".
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Esta claro que la thug life es solo en la pista, que ser cocky es como se desenvuelve con un balón en las manos y que el swag lo tiene por su carácter, pero que vestido de calle es un jugador humilde, trabajador y que piensa en el equipo. Pero para confirmar todo lo que hemos comentado hasta ahora, nada mejor que las palabras del maestro Antonio Rodríguez en Endesa Basket Lover para describir a Darío tras el famoso partido contra el Madrid del tapón a Llull: "Darío Brizuela es todo ímpetu. Por ello le tuvo que dar un "coscorrón verbal" Felipe Reyes en forma de un "¿Qué haces?, ¿Qué haces?", tras gritar por la espalda a Llull, al colocarle un tapón. El base estudiantil confesó posteriormente que era la emoción del momento, que se retractaba y que Felipe tenía razón. Que son impulsos y que de esos, tiene muchos. Pero, ¿no era eso exactamente lo que le sobraba a Felipe, cuando le llamábamos "el menor de los Reyes"? Sin embargo, sus impulsos le hicieron provocar un ritmo alto en el partido y descaro a la hora de jugar, de entrar a canasta, de tirar. Porque como me dijo un viejo amigo, Daría Brizuela quiere el balón. Y eso suele definir a los futuros líderes, en este caso en el atlético, pero pequeño cuerpecillo de base-con pies muy grandes, eso sí, en los que apoya su buena capacidad de salto-, tiene recién cumplidos los 21 años. Dejándose el alma en defensa ante la inferioridad física, no amedrentándose, buscando el choque con su defendido, mientras Rudy miraba a los árbitros de reojo. Tras los 26 puntos en la Laguna, en esta ocasión fueron 9. Pero siguió agradando". Esta claro que para Antonio, Darío es un jugón, ese swag le da algo especial y es un jugador muy positivo para su equipo.
Mvp de la jornada con 20 años
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El mejor momento individual de Darío Brizuela en la ACB fue en la jornada 4 de la temporada 2015/2016, la primera que disputaba como miembro de pleno derecho de la primera plantilla de Estudiantes. Conseguir ser el mvp a punto de cumplir los 21 años es un hecho muy destacable en una competición tan exigente como la Liga Endesa, que quizás no tuvo la relevancia adecuada por lo mal acostumbrados que nos tienen dos jugadores de los últimos años. Ricky Rubio, primero y Luka Doncic, en la actualidad, han batido todos los récords posibles en todos los ámbitos en los que han debutado hasta el momento, y eso provoca que hitos de otros jugadores llamen menos la atención mediática. Conviene dar algunos datos para dar la relevancia que se merecen ciertas actuaciones.
En las dos temporadas y media que Darío lleva jugando en la ACB como parte de la primera plantilla estudiantil, solo Wonder Boy ha conseguido ser Mvp de la jornada con menor edad que el de San Sebastián. De las 42 designaciones como mvp de la jornada (hubo varios compartidos) en esa temporada 15/16, solo 8 (contando a Brizuela) fueron españoles. En la temporada siguiente solo fueron 7 designaciones y teniendo en cuenta que 4 fueron para el mismo jugador, Sergio Llull. En la actual llevamos 3 en las 28 jornadas. Esta claro que esta actuación del escolta salido del Easo fue algo excepcional, como nos describía Igor Minteguía: Darío Brizuela, del Easo a MVP de la jornada en la Liga Endesa en cuatro años.
Tiempos duros
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Lo más complicado no es llegar, si no mantenerse. Tras ese magnífico debut y varios buenos partidos como en la jornada 9, con otros 25 puntos, o la 10 con 18, los minutos de Darío comenzaron a ser irregulares hasta desaparecer de la rotación en los últimos cuatro partidos de la temporada, en los que solo sumó 8 minutos en total, quedándose sin saltar a la pista en los dos últimos. Fue una temporada de pesadilla para los estudiantiles que acabaron en puestos de descenso deportivo y que solo se salvaron por la falta de ascensos por temas económicos. Cuando las cosas van mal, hasta para un club de cantera, como ellos, cuesta más apostar por los jóvenes. El fichaje de Nico Laprovittola a mitad de temporada y que jugó una media de 29 minutos por partido y el cese de Diego Ocampo, que confiaba plenamente en sus posibilidades, rebajaron los minutos y los tiros hasta algo residual.
La temporada siguiente se comenzaba de cero con la contratación de Salva Maldonado como entrenador. Tocaba dejar atrás el horrible curso anterior y para eso Movistar Estudiantes conseguía el fichaje de Edwin Jackson, tras sus etapas en F.C. Barcelona Lassa y Unicaja de Málaga, en las que no cuajó. El francés era todo un lujo para el equipo estudiantil: Mvp de la Pro A en 2013 y máximo anotador en 2014. En el equipo colegial volvió a encontrarse a si mismo para ser el máximo anotador de la ACB y miembro del quinteto ideal. Al tener al escolta estrella en su misma posición y jugando a ese nivel durante 30 minutos por partido, el papel de Brizuela fue testimonial esa temporada.
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Progresión adecuada
En la temporada actual, Estudiantes ha vuelto a fichar a un exterior estrella para ocupar el vacío de Jackson, y lo ha conseguido. Sylven Landesberg puede conseguir el segundo título consecutivo para un jugador de la plantilla estudiantil y también es el que más minutos juega con 28 de media. Pero hay una diferencia significativa para Darío: el estadounidense con nacionalidad israelí se desempeña sobre todo en el puesto de tres, pudiendo compartir minutos con la MiniMamba. También se contrató a Dago Peña, del que se esperaba un rendimiento mayor tras su exitoso paso por la LEB Oro en Leyma Coruña y Barça B, pero el dominicano no ha rendido como se esperaba.
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Darío ha ido ganándose su sitio dentro del equipo poco a poco esta temporada. Hasta la jornada 15 no alcanzó en ningún partido los 20 minutos de juego, pero cuando su tiempo de juego y con ello su rendimiento ha subido regularmente ha sido a partir de la 22. Desde ahí promedia 25 por partido, lo que se traduce en unos números de 12'75 puntos y 13'37 de valoración. El momento culmen fue el partido de las gominolas, siendo el mejor de su equipo y el que los llevó a la victoria con 24 puntos y 26 de valoración en 32 minutos. Ante la ausencia de Landesberg por lesión, todo el equipo dio un paso al frente, dirigidos por un experto Omar Cook, con una racha absolutamente sensacional de Ludde Hakanson, con Alec Brown anotando dentro y fuera, con Edgar Vicedo apareciendo de forma decisiva en la prórroga y con un gran trabajo ofensivo conjunto para anotar 116 puntos. Pero si hubo un chico que se hizo hombre ese día y ejerció literalmente de sustituto de Sylven, ese fue Darío. Y como dijimos al principio: flotando por la pista, jugándose el último balón para evitar la prórroga aunque no consiguió anotarlo y robándonos las chuches como si estuviera jugando en el patio de su casa.
Todo empezó en Easo
No podemos olvidar que Darío llegó a la cantera de Estudiantes ya con 16 años (a punto de cumplir los 17) y que toda su formación anterior fue en el Easo SBT de su San Sebastián natal. Allí compartió equipo infantil con Mikel Motos y Julen Olaizola, de lo que presumen y con razón en ese modesto club, que tan gran trabajo realiza: 3 jugadores ACB en un mismo equipo infantil, ¿Quién da más?. De su página hemos sacado esta entrañable foto. A ver si reconocéis a Darío antes de leer el artículo:
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Quizás en este vídeo que hemos encontrado buceando por internet se le reconoce más facilmente por lo que hace:
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