Casi recién terminada la temporada de Valencia Basket saltaba la noticia. Aprovechando la desbandada de Fenerbahce el equipo taronja cazó a uno de los americanos más interesantes de las últimas temporadas de Euroliga.
Para cualquier aficionado al baloncesto no se trata de un desconocido, sino más bien todo lo contrario. Derrick Williams ha maravillado a la afición del Bayern de Munich hace dos temporadas y a la de Fenerbahce el pasado curso, apareciendo semana si semana también en el top 10 de mejores jugadas. Sin embargo D-Will es mucho más que un superatleta con una plasticidad enorme.
De hecho hay mucho más que el jugador que irrumpió con un fuerza brutal en 2018 en Euroliga. Se trata de un proyecto de estrella NBA que se quedó a mitad de camino.
Fue elegido por Minesota Timberwolves en el número 2 del draft de 2011 tras su exitoso paso por la universidad de Arizona. Elegido sólo por detrás de Irving y por delante de nombres como Kawhi Leonard, Klay Thompson o Kemba Walker.
Obviamente, viendo las carreras de los mencionados y la de Williams se puede decir que este último no alcanzó las previsiones que había sobre él.
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Se trata de un jugador de poco más de dos metros (2,03) y una gran envergadura y corpulencia. Esto unido a un tiro exterior no muy certero en los inicios de su carrera nos dan alguna pista de porqué no triunfó en Estados Unidos (poca altura para ser un 4, demasiada corpulencia para ser un 3, ausencia de tiro que lo hacía más sencillo de defender…).
Sin embargo cabe decir en su favor que en sus más de 400 partidos en la NBA, repartidos en 7 temporadas, ha alcanzado unos números decentes (8,9 puntos y 4 rebotes en 20 minutos de juego). No son números de estrella pero si de un buen jugador de rotación, lo cual unido a su intensidad y pundonor lo deberían hacer un activo interesante para muchas franquicias. Nada más lejos de la realidad, salvo el año que jugó las finales en Cleveland junto a Lebron, nunca ha tenido un equipo competitivo a su alrededor y de hecho esa es la única vez que ha disputado los play-offs.
Entendemos que por esta última razón, junto a la búsqueda de un mayor protagonismo, en 2018 con tan sólo 27 años, cruza el charco para desembarcar en Europa (previa breve experiencia en China).
Y el resto es historia, una primera temporada en Munich donde fue el amo y señor del equipo, llevándolo a ganar su liga doméstica y rozar el 50% de victorias en Euroliga, y el año pasado en Turquía haciendo unos números muy similares a su temporada en Alemania pero con menos brillo debido a la accidentada temporada del equipo de Obradovic.
En definitiva Valencia se lleva un primer espada que sobre el papel puede complementarse a las mil maravillas con Dubljevic. Además llega con la edad ideal (29 años) para marcar un lustro de éxitos a orillas del Turia y en un punto de madurez muy interesante (ha mejorado su tiro, su juego colectivo es más rico que hace dos años...).
El equipo gana puntos, liderazgo y sobretodo un mayor nivel físico. La plantilla taronja de la temporada pasada por momentos daba la sensación de no poder aguantar el nivel de exigencia impuesto por jugadores interiores grandes, fuertes y rápidos (Mirotic, Hines, Toko,…), este año quienes tienen un jugador con quien hace falta un sobresfuerzo para pararlo son ellos.
Podemos afirmar que el resto de fichajes hacen que Madrid, Barcelona, CSKA y compañía empiecen a tener en cuenta a los valencianos y el fichaje de Williams hace que les empiecen a temer. La final four puede estar más cerca que nunca.
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FORTALEZAS
1.Despliegue físico: Se trata de un jugador fuerte, grande y rápido. Además viene a suplir una de las carencias que se vio la temporada pasada en el equipo en euroliga. Este hombre posee la versatilidad de Labeyrie unido a una corpulencia y fuerza muy superior a la de Ndour. Es de los jugadores que hacen a un equipo dar un salto de calidad sustentado en un gran despliegue físico que le posibilita dominar los partidos y encontrar tiros ganadores o acciones clave en momentos donde las fuerzas ya flaquean.
2.Rebote: Más allá de su capacidad de anotación, donde es un jugador top, se trata de un jugador que se involucra en el rebote y asegura unas 5 capturas por noche. No es uno de los jugadores más altos, al pasar por poco los dos metros, pero su actividad e involucración hacen que sea un jugador muy productivo en esta faceta y da un plus al equipo, pues no es fácil contar con jugador que no es un 5, que es una amenaza relativa desde los 3 puntos y que asegura esa cantidad de rechaces.
3.Aportación en ambos lados de la pista: Hay que destacar su aportación en defensa. Como ya se ha dicho posee uno de los mejores físicos de Europa. Unido a que es muy activo y se involucra en ambos lados de la pista lo convierte en un jugador determinante en ataque. Es capaz de defender a interiores más grandes, de cambiar en los bloqueos con el base...e incluso se le podría aprovechar como punta de lanza como hacía el Madrid en su día con Slaghter.
DEBILIDADES
1.Tiro exterior: Posiblemente este sea el handicap que le hizo fracasar en la NBA. No es un excelso tirador pese a no llegar a los 2,10 metros. Si bien es cierto ha mejorado sus porcentajes así como su selección de tiro. Estos dos últimos años se le ha visto bastante certero e incluso en Turquía ha aportado siendo una variante ofensiva más, pero si que es verdad que no es su mayor.
2.Capacidad de liderar un proyecto ganador: En toda su carrera tan sólo ha jugado un año en un equipo ganador (Cleveland junto a Lebron). El resto de temporadas han sido en equipos sin aspiraciones de play-offs en la NBA y en Europa el Bayern no era de los mejores equipos de Euroliga y el Fenerbahce el año pasado no fue justamente un proyecto que funcionara como le correspondía. Lo cierto es que donde más cómodo se le ha visto a sido en Munich en un proyecto donde Booker se encargaba de funciones de intendencia y el resto del equipo giraba en torno a él. Surge la duda de saber como rendirá en un proyecto donde Dubljevic es el hombre orquesta, Prepelic necesita bastantes tiros y otros hombres tienen nivel y galones suficientes para compartir protagonismo con el americano.
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3.Falta de consistencia: Su falta de éxito en la NBA no puede deberse sólo a un tiro exterior mejorable y a unos cuantos centímetros. Y es que es un jugador que venía a Europa con fama de inconsistente y pese a tener unos números decentes, a la hora de la verdad se diluía. Es cierto que en Europa se ha convertido en un jugador total y que el año pasado en Fenerbahce cuando la cosa se torció fue de los que no se arrugó aunque no es menos cierto que viéndolo jugar suena rarísimo que su carrera americana no haya sido mejor y más larga.