Un triple que no entró priva a Fuenlabrada de remontar al Joventut de Paul (80-81)

Fuenlabrada emocional. Quizás más que como equipo talentoso hay que referirse a este Fuenlabrada como un conjunto voluntarioso. Y, como equipo visceral y emocional que es, la mala actuación en un lado de la cancha habitualmente termina reflejándose en el otro, y eso es precisamente lo que ocurrió hoy durante todo el encuentro, donde vimos a un equipo local que funcionó a arreones. Las pérdidas en los bases y el fallo en el tiro se fueron sucediendo durante los primeros 18 minutos de encuentro. Y de la misma forma, cuando Fuenlabrada enlazó unas cuantas buenas acciones defensivas con rápidos contraataques, la renta de los visitantes disminuyó hasta ser neutralizada al final de la primera mitad. La historia volvió a repetirse tras el paso por vestuarios: Fuenlabrada aguantó el intercambio de golpes hasta que  Paul  le asestó dos triples complicados que alejaron a Joventut a una distancia que se le hizo demasiado grande. Y, cómo no, fue otro par de buenas acciones enlazadas las que le permitieron apretar los dientes y el marcador al final con un parcial de 14-2 que casi les permite ganar el partido. La falta de su líder espiritual, Marko Popovic, terminó derivando, incluso, en la ausencia de un anotador consistente. 

De individualidades y colectivo. Si bien Fuenlabrada había construido este proyecto sobre el colectivo, eran nombres propios como los de, principalmente, Paunic y Popovic, los que le había llevado a Copa del Rey y al sexto puesto en la tabla. Joventut, por su parte, basaba su juego, sobre todo, en lo colectivo: sólo  Vidal y Paul  promediaban más de 10 puntos por partido y eran los actores secundarios, Drame, Suton o Mallet, los que le daban el factor diferencial. Pues hoy se dieron la vuelta a los papeles: cuando mejor funcionó Fuenlabrada fue cuando sus actores de reparto menos  esperados contribuyeron más activamente al colectivo. Así, Llorca, que era titular por primera vez en toda la temporada, completó su actuación más completa, penetro, dividió y pasó hasta sumar 10 de valoración, Sobin percutió, sobre todo en el arranque, a los pivots visitantes, Stevic cogió su testigo y Smits aportó puntos en los momentos más delicados. Todos ellos contribuyeron para intentar que Fuenlabrada no echara de menos a Popovic, aún de baja, y Paunic, que se diluyó en su enfrentamiento particular con Brandon Paul. Precisamente en el propio Paul encontró sus mejores soluciones Maldonado. El norteamericano consiguió sumar acierto a su importante actividad ofensiva en el primero cuarto y terminó metiéndolas de todos los colores para que Joventut alcanzara su mayor renta en el tercer cuarto. Con él, el acierto en el triple y la solidez atrás Maldonado tuvo suficiente para asestar un golpe en el tercer cuarto del que Fuenlabrada no consiguió recuperarse hasta el mismísimo final del partido.