El Barça arrolla a la Penya y se clasifica para la semifinal (94-73)

PARTIDOS IMAGINARIOS

Era difícil imaginar, y más después del primer partido, que el Joventut fuese capaz de arañar algún juego al Barça. Pero lo hizo, y de qué forma. El conjunto de Badalona jugó dos partidos completamente distintos, y acabó llevándose el más embarrado. Las dudas del Barcelona dejaron de ser únicamente anímicas, ahora también son deportivas. El rendimiento de algunos de sus mejores jugadores dista de lo que ellos mismos habían sido capaces de hacer durante la temporada. Fueron ellos quienes elevaron el listón, y ahora a algunos les queda muy lejana esa marca. Para la Penya, en cambio, todo son alegrías. En los últimos playoffs de la ACB el Barça los había eliminado en dos partidos, y tanto entonces como ahora las sensaciones eran similares. El discurso de puertas para afuera era uno, las sensaciones de puertas para adentro, otras muy distintas. El equipo de Carles Durán se agarró al público para creer. Lo mismo haría el Barça. Volver a ver gente en el Palau animando a su equipo es el aliciente más potente en épocas tan oscuras.

NENO COMO RESPUESTA

Es probable , en el caso de Neno, que la rebeldía sea su enfermedad y su cura. Su ‘una de cal y una de arena’. La maravillosa rebeldía que lo hace irreverente ante las defensas rivales es la que lo hace desleal ante la propia. Su talento volvió a iluminar el Palau en un duelo eléctrico con Bolmaro. El de la Penya no se amedrenta ante nadie, jamás lo hizo, y gracias a ello fue la respuesta de su equipo a la excesiva parsimonia ofensiva. Porque tuvo Tomic su momento, cuando la defensa del Barça le perdió el rastro entre tanto traspié y también Brodziansky supo sostener al equipo, pero ambos necesitaron de alguien que los alimentase, que ordenase el juego, que ejerciése de voz de mando. Ese fue Neno. Lo hizo desde la confianza que le otorgó anotar, porque ese sigue siendo su punto fuerte. Los recursos en finalización parecen no tener fin para él, aunque la toma de decisiones siga siendo la asignatura pendiente.

COSA DE GRANDES

No era de extrañar que Saras buscase percutir en la zona pintada para obtener las diferencias que se le habían resistido durante toda la serie. Sabía él que ahí el Joventut tenía un problema grande en lo que a movilidad refiere, puesto que ni Tomic ni Birgander son pívots con capacidad de intimidación en la altura. En tal coyuntura aparecieron Pau Gasol, regocijado por los pases de Calathes en cada continuación de bloqueo directo, y Brandon Davies, motivado en el cruce en el poste bajo ante su ex compañero de posición. Se intercambiaron los papeles: Gasol finalizando alley-oops y Davies bailando a sus rivales de espaldas al aro, como si ambos hubiesen absorbido lo mejor del otro para perpetrar la especie. Incluso hubo tiempo para que Oriola aportase la energía que sólo él es capaz de imprimir a la defensa de bloqueos y la caza de rebotes.