Puedes llorar porque se ha ido, o puedes
sonreír porque ha vivido.
Puedes cerrar los ojos
y rezar para que vuelva o puedes abrirlos y ver todo lo que ha
dejado;
tu corazón puede estar vacío
porque no lo puedes ver,
o puede estar lleno del amor
que compartisteis.
Puedes llorar, cerrar tu mente, sentir el
vacío y dar la espalda,
o puedes hacer lo que a ella le gustaría:
sonreír, abrir los ojos, amar y seguir.
(Poema que se hizo viral como anónimo y cuya autoría es de David Harkins)
AVISO: Spoilers de Avengers: Endgame
Avengers: Endgame ha cerrado una etapa histórica del cine en general y del de superhéroes en particular, con la creación de un universo maravilloso y complejo que ha deslumbrado a millones de espectadores a lo largo de todo el globo terráqueo. Ese largo camino se inició con un espectacular Tony Stark aka Iron Man de Robert Downey Jr. en el 2008 y tras un increíble viaje, con altos y bajos, se ha cerrado en este 2019 con un final que ha dejado a todos los fans del Universo Marvel conmocionados.
La mezcla de sensaciones que produce la muerte del más carismático de los Vengadores, tras haber prestado su último servicio al mundo que ha defendido en nuestra imaginación, se ha convertido en el momento más emocionante de las 22 películas que han conformado esta odisea. Lloramos por la muerte del héroe, pero sabemos reconocer que es el final perfecto, que no hay mayor gloria para un guerrero que finalizar su lucha interminable con su momento más glorioso, y eso nos reconforta ante la pérdida. La tristeza nos invade al saber que no lo veremos más, pero nuestro corazón se desborda con la alegría que nos produce haber sido testigos de sus hazañas.
Los aficionados del Montakit Fuenlabrada han vivido esas mismas sensaciones en la jornada 34 de la temporada 2018/2019. Marko Popovic ha escrito un final a la altura de los mejores guionistas marvelitas y que el propio Kevin Feige hubiera envidiado. Y el genial croata no puede ser más parecido a Tony Stark. Ambos eran seres humanos normales en un mundo de gigantes, aunque en el de Marko no fueran verdes si eran tan grandes como arboles vivientes. Ninguno de ellos podía volar por si solo como varios de sus compañeros, ni tenían físicos propios de dioses nórdicos, pero, como diría el mejor contador de historias del baloncesto español, "eran los más listos de la clase" y tenían ese punto vacilón ya que "todos los jugones sonríen igual" .
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Ha sido el último capítulo de una historia más local, algo más pequeña y con un número de seguidores infinitamente inferior, pero que han sentido que estaban ante un momento tan importante para ellos como fue para los espectadores el momento en el que Tony dice "yo soy Iron Man" tras arrebatar las gemas del infinito a Thanos para vencer con su talento a alguien más alto y más fuerte. Al igual que Stark cerraba el círculo de la misma manera que lo había empezado, Marko finalizaba su carrera en Fuenlabrada tal como la empezó en 2015 con su primera canasta para los madrileños: con una genialidad desde la línea de tres.
Después las emociones se desataron y, al igual que las lágrimas asomaron a los ojos del público de Endgame con la despedida de Spiderman de su mentor y el funeral con todo el universo Marvel en estado de shock , los espectadores del Fernando Martín de la localidad madrileña compartieron llanto con su ídolo mientras este tiraba sus últimos tiros libres y recibía los abrazos de sus compañeros. Y si los hermanos Russo fueron los hombres detrás de las cámaras en la película hollywoodiense, en Fuenlabrada fue un realizador tan mítico como Emilio Cobos quien inmortalizó los sentimientos allí vividos.
En ambos casos lloraron porque se han ido y sonrieron porque lo han vivido. Porque como decía el hacedor de sueños del mundo del baloncesto antes mencionado: "la vida puede ser maravillosa".
Te queremos 3.000, Marko Popovic!