Una vez confirmada la continuidad de Isaiah Taylor, Tomás Bellas y Jordan Davis, el cuadro pimentonero sigue avanzando en la configuración de su juego de perímetro. En principio, las características de McFadden se acoplan a las mil maravillas al perfil de sus compañeros, con gran capacidad en el camino hacia el aro pero sin tanta efectividad en la larga distancia.
Formado en Fairmont State, Thad siempre fue un especialista superlativo desde más allá del arco. Ya en la etapa universitaria acarición hitos de postín, como liderar la clasificación de triples anotados en la NCAA (110) en su año junior. Aquella campaña, a pesar del gran volumen de lanzamientos, el porcentaje de acierto estuvo muy cerca del 40%. Una dinámica que se convirtió en habitual a lo largo de toda su carrera.
Esa efectividad tocaría techo ya en España; en los 14 encuentros que disputó con el Joventud de Badalona en 2019 lograría un imponente 48.5%. Cifras al alcance de muy pocos, y que dejan atrás cierta tendencia a la irregularidad. Sin ir más lejos, McFadden viene de promediar 13.6 puntos y 2.2 asistencias en el último curso con San Pablo Burgos. Números similares a los cosechados en la Basketball Champions League (10.1), o a los que fue dibujando en su trayectoria ACB (12.1).
Y es que a pesar de su estilo divertido y desenfadado, Thaddeus no es precisamente un debutante en el baloncesto FIBA. Natural de Flint, Michigan, su 1.88 de estatura le impidió siquiera coquetear con el draft NBA. En 2009 daría el salto al viejo continente, encontrando oportunidades hasta en 7 ligas diferentes: República Checa, Alemania, Chipre, Macedonia, Grecia, Francia y España. Al margen, un par de experiencias en China. Casi nada.
En definitiva, experiencia, talento y caché para el nuevo proyecto de UCAM Murcia. Todo ello sin ocupar plaza de extracomunitario gracias a su pasaporte georgiano. Si la energía le permite seguir al máximo nivel, Thad McFadden cumple con la gran exigencia de Sito Alonso a la hora de renovar en la capital del Segura: AMBICIÓN.