Se quedó a las puertas de la remontada Iberostar ante un Barça más solvente (92-86)

Desaparecido Beirán: Muy descentrado estuvo el alero madrileño en el día de hoy y viéndose superado continuamente por Adam Hanga. No se atrevía tampoco a mirar al aro y cuando lo hacía, era sin éxito (0/4 en tiros de campo). No fue el factor clave de otras citas y acabó con 2 puntos, 4 rebotes, 4 asistencias, 4 pérdidas y 1 de valoración.

Mártir Vidorreta: En constante guerra con el trío arbitral, Vidorreta dejaría una de las imágenes de esta Copa del Rey cuando más cerca tuvieron los suyos de culminar la remontada. Se quejó de una falta pitada en contra cuando estaban cuatro puntos por debajo y acabó poniéndose de rodillas delante del árbitro principal. La segunda técnica permitiría respirar a Barcelona casi sin haberlo buscado. 

El precio de desactivar a Tomic: Genial fue el planteamiento táctico de Iberostar Tenerife para que el interior croata se perdiera en la pintura aurinegra. Con 0/3 en el primer cuarto, Pesic se dio cuenta rápidamente lo que planteaba el otro banquillo. Con un quinteto más físico y más bajito, aprovechó el balcánico para superar la 'baja' de su mejor pívot que terminó jugando 15 minutos. 

Arrancaba la primera semifinal entre Barcelona Lassa e Iberostar Tenerife con el público decantándose claramente del lado de los isleños y con Heurtel y Ribas anotando de manera frenética. Pesic y Vidorreta planteaban una auténtica partida de ajedrez en la que Tomic se iba a quedar encerrado y sin movimientos. Ribas, activo en todas las facetas del juego, aprovechaba un desvío de Singleton para anotar una bandeja fácil y provocar el primer tiempo muerto de Vidorreta (8-5, min. 5). La estructura defensiva de Vidorreta no daba respiro a los interiores rivales pero Heurtel aprovechaba para romper y decidir con facilidad en el 1 contra 1. Aún así, Staiger empataba a falta de 15 segundos después de varias posesiones sin que se moviera el marcador. Quedaría tiempo para que Oriola sacase petróleo -y la segunda falta de Pierre-Leon Gillet- y acudiera a la línea de tiros libres. Restaban décimas para que finalizara el cuarto y nos iríamos al segundo con una ligera ventaja de los catalanes (17-15).

Se retomaba el duelo con unos minutos iniciales de Kuric de mucha calidad. 2 triples del norteamericano y la entrada de Hanga en la tabla de anotación situaban al Barça Lassa con 9 puntos de diferencia muy temprano. Amagaban, de hecho, con romper el marcador pero un triple sobre la bocina de Gillet hacía respirar a los insulares (25-19, min. 13). Con un nivel defensivo muy alto en ambos conjuntos, el tanteo no se movería durante más de dos minutos. Desde aquí, los de la Ciudad Condal encadenarían un parcial de 10-2 con un Adam Hanga que le estaba comiendo la tostada a Beirán. Al descanso se vería un 41-29 a favor de los catalanes que, a pesar de la buena defensa aurinegra, estaba encontrando los medios para superar a su rival. 

Salían con ganas los laguneros encontrando penetraciones fáciles contínuamente. Sin embargo, volvía a lo suyo un Pau Ribas que estaba hoy a un nivel estelar, con una tarjeta de tiro casi impecable -4/5 al final del cuarto-. Era Heurtel el que tomaba el testigo a su compañero y dominaba el partido a su antojo, con más talento que cabeza, permitiéndose el lujo de comerte una falta técnica (55-40, min. 25). Un nuevo parcial de 11-2 comandado por Pangos -vaya dos bases tiene Barça Lassa-, preciso como un metrónomo, daba una ventaja superior a los 20 puntos que se mantendría hasta el final del cuarto (72-52). 

A la vuelta Pangos seguía a lo suyo y aunque en un primer momento parecía que el encuentro estaba resuelto, los de Txus Vidorreta irían recortando la diferencia como hormiguitas situándose a 13 puntos con una bandeja de Abromaitis, imperial en este cuarto con 14 puntos (81-68, min. 38). El alero, bien respaldado por Bassas y Sebas Saiz ponían a 7 a los aurinegros a falta de un minuto. Con quejas hacia el trío arbitral, Vidorreta pedía revisar un posible toque de Oriola que finalmente daban a favor de Iberostar. Un tiempo muerto, un alley-oop de libro y un triple de Staiger ponían el partido en un puño con 26 segundos por jugar (87-83). Llegaría entonces el show del entrenador aurinegro que sería expulsado con una segunda técnica y arruinaría las opciones de los suyos de llegar a la final. El encuentro se iría al intercambio desde la personal del que el Barça se beneficiaba. Se clasificaban así los blaugranas a la final con un resultado de 92-86.