• De cómo Ricky Brown le dio una alegría a la afición blanca tras años de travesía por el desierto

50 Grandes Momentos Basket FIBA: #40

Entre la muerte del añorado Fernando Martín y la llegada de Arvydas Sabonis, el Real Madrid sufrió toda una travesía por el desierto en un ciclo de casi un lustro que va desde 1989 hasta 1993. En esos años oscuros hubo un pequeño oasis: la Recopa conquistada en 1992 gracias a un auténtico milagro que tuvo como protagonista a Ricky Brown, que una décima de clarividencia fue capaz de dar el triunfo al equipo blanco sobre la bocina. El veterano poste norteamericano, campeón de Europa años atrás con la Philips de Milan y que llegó a España ya superada la treintena de la mano del Caja de Ronda de Mario Pesquera, se convertiría en el héroe blanco para sumar una muesca más en una fantástica carrera en el basket europeo.

El 17 de marzo de 1992 la ciudad francesa de Nantes fue testigo de la final de la Recopa (extinta competición europea en la que se daban cita los campeones de Copa de las distintas ligas europeas) que enfrentaba al Real Madrid y al entonces vigente campeón, el PAOK de Salónica. Los helenos se habían alzado con el título en 1991 ante el CAI Zaragoza en una final disputada en Ginebra en una ambiente hostil y que será recordado como uno de los momentos más vergonzoso de la historia del basket FIBA. Los jugadores clave de los de Salónica eran el tirador serbio con pasaporte heleno Bane Prelevic, el gigante Panagiotis Fassoulas y el sobrio Ken Barlow, recordado por hacer pareja interior con Kevin Magee en el Maccabi de Tel-Aviv. En el banco se sentaba el mítico Dusan Ivkovic. A pesar del potencial del PAOK, el Real Madrid de los Joe Llorente, Antúnez, Biriukov, Viialobos (inédito en la final), Cargol, Mark Simpson, Antonio Martín, Romay y Ricky Brown partía como favorito.

La primera mitad del encuentro confirmó el favoritismo blanco. Liderado por Ricky Brown (18 puntos y 18 rebotes) y por el tirador rubio procedente de Cajabilbao Mark Simpson (24 puntos y 7 asistencias), el Real Madrid se iba al descanso con una cómoda renta de 15 tantos (28-43). A la vuelta de vestuario, llegó el colapso blanco ante un conjunto griego al que le funcionó la épica y que luchó a brazo partido y sin tregua para ir remontando paulatinamente. El ardor guerrero de los helenos se comía a bocados la ventaja de los españoles. Fassoulas (17 puntos y 11 rebotes) se hacía el dueño en ambas zonas, mientas que Prelevic (29 puntos) anotaba un tiro imposible tras otro. Precisamente el tirador serbio anotaría un triple lejanísimo a menos de 10 segundos para el final para igualar la contienda a 63

Tras un tiempo muerto, se volvería a la acción. El Real Madrid tenía una última oportunidad para hacerse con un título que parecía escapársele de las manos. Dusan Ivkovic, entrenador del PAOK, tomaba una decisión clara: nada más ponerse el balón en juego, sus pupílos tenían orden de hacer falta personal. Mark Simpson sería la víctima propiciatoria que iría a la línea de tiros libres. De nuevo tiempo muerto. La responsabilidad del alero norteamericano era grande. A diferencia de ahora, en ese momento estaba vigente la regla del 1+1, que premiaba al infractor. Es decir, estando en bonus, al ir a la línea, solamente se tenía opción de un segundo tiro libre si se acertaba con el primero. En caso de errar el primero, había rebote y se reanudaba el juego. Precisamente esto fue lo que ocurrió. A Mark Simpson le tembló la mano fallando su primer intento, lo que permitía el rebote de Fassoulas y una última oportunidad para PAOK. Y entonces surgieron los interminables brazos de Brown. El poste norteamericano interceptaba el pase de Fassoulas a Bountouris para, sin apenas tiempo para pensar en nada más, lanzar en suspensión desde la esquina evitando la intimidación del pívot heleno y anotar sobre la bocina la canasta ganadora que devolvía la gloria a un Real Madrid necesitado de alegrías tras tres años de absoluta sequía.

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Sobre el autor

 
Imagen de igorm Igor Minteguia @minte1974Veterano redactor, con casi 10 años de experiencia en la Web. El 4x4 de Solobasket. También colaborador de Radio Bilbao-Cadena Ser.
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Comentarios

Rickie Brown,menudo juego de pies tenia ese tio, además tambien aportaba una buena cantidad de rebotes.El año siguiente coincidio con Sabas y el madrid domino ACB y euroliga teniendo el mejor juego interior de europa a mi juicio ...hasta que aparecio Maljkovic. Recuerdo de ese año que la presión era muy grande, ya que hasta entonces el madrid era un equipo acostumbrado a dominar, y por ello el ambiente era bastante convulso.De hecho George Karl se marcho a los Sonics en Navidad, y llego Clifford Luyk como diciendo ^que sea lo que Dios quiera^¨ al cual no le fue mal, aunque le falto la Euroliga...

Recuerdo muy bien esa final; el Madrid se encogió en la segunda parte, mientras que los griegos (que nunca se pusieron por delante, sólo empataron a 63) se iban creciendo gracias al tremendo partido de Branislav Prelevic, menudo monstruo. Ken Barlow completó uno de los (seguramente) peores partidos de su carrera. Raro que Villalobos no jugó ni un segundo para intentar parar a Prelevic. Me alegré por Brown, todo clase y calidad

uffff que recuerdos.Ricky brown,que pedazo de jugador que pude disfrutar en Málaga junto a otros cracks como Arlauckas,Vecina,Ramiro,etc...,Y ese Madrid que era el embrion del futuro cameon de europa,joder eso si era baloncesto y no ahora,pero hay que amoldarse y punto.

Vaya pedazo de escolta que era Prelevic.Y sí curioso lo de todo un tirador como Mark Simpsom fallando ese tiro........jugador que por cierto me encantaba y que creo que salió del Madrid por la parte de atrás por culpa de un inhalador nasal.De esas finales que hacen historia en la que los griegos y los dracmas hacían mucho daño con la complacencia del impresentable de Stankovic.

Que jugador de clase que era Ricky Brown, llegó un poco mayor ya al Madrid pero aún les pudo ayudar a pescar este título.
Curioso el fallo de Simpson en el tiro libre pero aquellos 1+1 eran muy chungos y ayudaban mucho tanto al infractor como a "emocionar" partidos.

Cierto también lo del impresentable partido del año anterior del Paok contra el CAI.
Si alguien ha sufrido en Europa ha sido el equipo maño, tanto ese partido en Ginebra como el partido de los sillazos en Sibenik...

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