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Los Supersonics cedían, a cambio, a Al Wood, un swingman formado en North Carolina que en su tercera campaña en Seattle había promediado 11.5 puntos, lejos de los 15ppp de su curso anterior (quinto en su carrera NBA). Bernie Bickerstaff estaba buscando un elemento que permitiera hacer daño desde el exterior. Wood, con un 13% de acierto en el triple en el curso 85-86, no lo era. Ellis, por su parte, venía de promediar un 36% de acierto en sus tres primeros cursos tejanos, llegando a convertir 6 triples en el duelo tejano contra San Antonio. Sólo el All Star Norm Nixon lo había conseguido en aquella temporada, precisamente también contra los Spurs. La diferencia entre ambos era que Ellis necesitaba un entorno favorable para explotar y Nixon ya estaba en el último tramo de una carrera exitosa, pero corta por culpa de las lesiones.
Pero, ¿quién era Dale Ellis? ¿Por qué no servía en Dallas y por qué podía ser clave en los Sonics?
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- "¿Crees que puedes jugar de dos?"- le preguntó Bernie.
-"Por supuesto"- contestó Dale.
- "Entonces el trabajo es tuyo".
Besar el santo en Seattle
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"Estoy feliz de estar en un equipo en el que tengo la oportunidad de jugar. Era una situación ridícula el que Dick Motta me eligiera en el draft y luego no me utilizara".
El nuevo escolta supersónico pasó de anotar 7.1 puntos en Dallas a 24.9 en su nuevo hogar (+17.8ppp). Nunca había existido un salto cuantitativo igual de un año a otro en un jugador NBA en lo que a anotación se refiere. "Parece como si el el lodo por fín se secara y (él) alcanzara la autopista", resumía acertadamente Robert Reid, alero de los Rockets, definiendo el espectacular cambio del #3 de los Sonics. Ellis recibiría al final de curso el justo premio al Jugador que experimentó una Mayor Progresión.
Los tres mosqueteros.

En el primer mes sólo hubo dos ocasiones en las que no llegó a la decena de puntos. Luego, su proyección ofensiva no tuvo límites. Alcanzó los 40 puntos en cuatro partidos (Sixers, Suns, Kings y Clippers). Precisamente ante los angelinos conseguía su récord anotador, 41 puntos, casi en el final de la primera fase del curso. Ellis promediaba casi 25 puntos por partido más 5.5 rebotes, 2.9 asistencias y 1.3 recuperaciones; Xavier McDaniel tenía medias de 23 puntos y 8.6 rebotes y Tom Chambers, flamante MVP del All Star Game, 23.3 puntos, 6.6 rebotes y 3 asistencias.
La revancha
Tras disputarse 82 partidos de regular season la clasificación final decía que el oponente de los Supersonics serían los Dallas Mavericks. Si se echaba un vistazo a lo que dio de sí la liga regular, los tejanos no iban a tener rival en la franquicia del estado de Washington. Se habían impuesto en los cinco partidos de la temporada regular con un margen de puntos de +18.4. Ellis se había mostrado un tanto nervioso en su primer partido oficial ante sus ex, a primeros de noviembre. El escolta anotó 13 puntos con un 3/10 en TC y anotando sólo un triple de cuatro lanzados. Su media en los cinco partidos fue de 20.4 puntos, 6/16 en T3 y 36/74 en TC (48%). Por debajo de la media de la temporada y siendo derrotado ampliamente en todos los lances.
No sólo Ellis tenía que demostrar su valía al entrenador rival. También el técnico de los Sonics, ya en su segunda temporada como head coach. Bernie Bickerstaff se enfrentaba a Dick Motta, al que había ayudado como entrenador auxiliar en Washington Bullets. Los capitalinos, además, habían disputado dos finales a los Sonics, ganándoles en el 78 pero perdiendo una temporada después.
Los 27 puntos de media computados desde inicio de marzo a mitad de abril certificaban que el escolta llegaba en el mejor momento a los PO. Las ganas de venganza eran insaciables -era un tipo visceral y obsesivo con Motta y sus Mavs. Éstas habían crecido tras un 5-0 que le dolía más a él que a los propios Sonics. "Nos habían batido cinco veces consecutivas en temporada regular. Nos machacaban cada vez y yo no podía soportarlo. Enfrentarse a ellos en PO estaba bien porque era complicado batir a un equipo que te había martilleado en cinco ocasiones. El equiopo debía entenderlo de una vez". Esta arenga no surgió efecto a las primeras de cambio. En el primer partido de la serie los Mavericks se impusieron por un contundente 151-129 en el Reunion Arena. Con 28 puntos para Mark Aguirre y 10 puntos, 7 rebotes y 4 asistencias para Detlef Schrempf. Ellis anotó 22 y repartió 6 asistencias aunque fue Tom Chambers el catalizador del ataque con 35 puntos. "Tuvimos que pasar por la humillación de ver cómo nos acribillaban a puntos", sentenciaba Xavier McDaniel. El equipo necesitaba revertir la situación y contaban con el hombre adecuado.
"Es el día más feliz de mi vida. Había estado esperando todo el año esta oportunidad".
Los jugadores estaban realmente abatidos, pero en el entreno del día siguiente a la derrota los dos veteranos -possedores de un anillo- Clemon Johnson y Maurice Lucas se enzarzaron en una pelea. Había tensión. Luego uno de los asistentes, Tom Newell, colgó en el tablón de anuncios unos recortes en los que Richie Adubato, auxiliar principal de Bickerstaff, se despachaba a gusto en la prensa sobre la pobre defensa de su equipo en la velada inaugural. Se estaba gestando un clima especial que culminaría con la sorpresa en el segundo partido disputado también en Dallas. Nadie lo esperaba. Dale Ellis emergió con 32 puntos (12/25 en TC) y dos tiros libres anotados que permitían a Seattle, contra pronóstico, empatar la serie. "No podía esperar de brazos cruzados. Estaba ansioso por recibir el balón. Fue una gran oportunidad para demostrarles que se habían equivocado conmigo. Me encantó". El ego de Ellis no cabía en la arena. Por fin no sólo había superado la treintena ante sus ex sino que los había apuntillado en el último instante en una noche trágica para los Mavs (110-112). Fundamental también fue la irrupción de Clemon Johnson (20 puntos y 7 rebotes) en sustitución del lesionado Alton Lister, quien se perdería las series. Y el cambio defensivo. Se ideó un trap entre Tom Chambers y Xavier McDaniel (que acudía a la ayuda) para tratar de frenar las embestidas de Aguirre. Funcionó.

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Nunca hay que menospreciar a tu rival y menos cuando acudes -aunque sea para luchar- como invitado a su casa. El escolta local alcanzó el climax en el tercero de la serie. Ellis completó su mejor partido de la temporada tras anotar 43 puntos y capturar 14 rebotes (ambos récord personales). Seattle se imponía por 117-107 tras un clave parcial de 12-2 en el último cuarto y le daba la vuelta a la eliminatoria. De nada sirvieron los 27 puntos de Rolando Blackman ni los 30 con 8 asistencias del base Derek Harper. "Fue un escenario maravilloso", recordaba Ellis. "Era como volver a mi época universitaria donde cada posesión tenía un enorme poder". Los aficionados realmente fueron parte importante del título. Recordaba Newell que la imagen de las 8.000 personas con una máscara con el rostro de Red Auerbach fue impresionante: "Fue la cosa más escalofriante que ví nunca. Se podía ver en los ojos de los jugadores de Dallas. Nunca lo olvidaré".
"Miro atrás en la serie y la veo como el punto culminante de mi carrera", diría después el gran protagonista de la serie.
Como bien explicaba Russ Schoene -que estuvo en Milano las dos anteriores temporadas-"la bofetada del primer partido no dolió". Los Sonics habían dado la vuelta a la tortilla. Nadie lo había hecho hasta la fecha. Los Mavericks estaban tocados, no sólo por lesiones (Donaldson y Blab) sino anímicamente. Lo explicaba bien Schrempf: "Se suponía que debíamos ganar estas series. Deberíamos haber estado 2-0 arriba y nos encontramos 1-1. Luego hubo problemas de lesiones y química. Fue todo muy extraño". El éxtasis total llegaba en el cuarto partido. De nuevo arropados por un público entregadísimo, los Supersonics mataban al segundo rival más duro en el Oeste por un claro 124-98. Dale Ellis volvió a estar a buen nivel (21 puntos y 9 rebotes) aunque los mejores guarismos fueron para Tom Chambers (31 puntos, 9 rebotes y 3 asistencias) y Xavie McDaniel (29 puntos, 8 rebotes y 4 asistencias). En Dallas volvieron a estar desdibujados Mark Aguirre y Derek Harper, uno de los jugadores más regulares que se conocía por aquellos tiempos. No les sirvió el aporte de Blackman y Perkins. Era la primera vez desde que en 1984 se establecía un sistema de PO con 16 equipos, que el seed número 7 eliminaba al número 2 en primera ronda.
El film de la serie, by Dale Ellis:
Lo que vino después ya importó menos
Los Sonics se enfrentarían a los Houston Rockets en la siguiente ronda, eliminándolos por 4-2. En plena eliminatoria Dale Ellis y Kevin Williams, jugador de tercer año en su primera temporada en los Sonics, eran detenidos por una pelea en un club nocturno de la ciudad tejana. Según los partes, Williams llegó a las manos con el asistente de gerencia Scott Shelton y dos policías que ejercían de guardias del club cuando no estaban de servicio procedieron a su arresto. Ellis fue detenido por impedimento a la detención aunque finalmente quedaron en libertad tras pagar 500 dólares cada uno. Al día siguiente aficionados de los Rockets provocaron con un cartel que rezaba "Bebidas gratis en el Ocean Club". Ellis respondió con 30 puntos. Memorable el último partido de la serie, con Hakeem Olajuwon computando 49 puntos, 25 rebotes y 6 tapones, pero cediendo ante los 37 puntos y 8 rebotes de Tom Chambers y los 36 puntos y 9 rechaces de Dale Ellis, tras doble prórroga (125-128).
El sueño de los Sonics fue frenado por los Lakers. Fue un barrido total por 4-0. No importaba, Seattle volvía a estar en la puja por los Playoffs. Fue un curso muy celebrado por Ellis, quien se mostró encantado con su nuevo entrenador: "Bernie realizó un trabajo increíble con todos. Me encantó la forma en que manejó a los jugadores y las exigencias que nos marcó para cada uno. En el caso de que llegara a ser entrenador aplicaría todo esto a mi equipo".
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Posiblemente nos encontremos ante el mayor 'asesino' de la competición junto con Reggie Miller y Ray Allen. All Star en Houston'89, con 27 puntos anotados ante 44.000 almas (Astrodome). Finalista y campeón del concurso de triples de la NBA. Jugador volcánico, obsesivo, de mirada profunda y perdida. Perfil de hombre malo-malo en series como 'Mentes criminales'. UNDERRATED.
Documentación consultada: The New York Times, The Seattle Times, philly.com nba.com, basketball-reference.com y Sun Sentinel.
Comentarios
J.R. tengo una duda seria sobre la historia de la NBA. El segundo mejor entrenador de la historia en porcentaje de victorias es Billy Cunningham, que además gano un título si no me equivoco, y también fue un excelente jugador y gano al menos otro titulo. Acabada su experiencia de entrenador en Philadelphia creo que fue comentarista por lo que he visto. En cualquier caso, me parece asombroso que alguien tan relevante para la NBA desaparezca así de la noche a la mañana. Además, personalmente me considero un seguidor "intenso" de baloncesto desde finales de los 80 y hasta hace poco no supe nada de Cunningham. Te echo el guante, ¿crees que merece un reportaje? Un saludo
En esa època que empezaba a picarme en serio el aguijòn del basket NBa yo empezaba a ver cosas ,partidos, puntos anotados por ese trio màgico y echaba de menos a Jack Sickma uno de mis jugadores preferidos allì y en los Bucks,Confieso que no sabia quien era Dale Ellis el solo se presentò con sus anotaciones y actuaciones .Es maravilloso recordar a jugadores maravillosos que de haber tenido algo màs de suerte serian de los elegidos en muchas cosas, no obstante sigo pensando que ha sido uno de los mejores tiradores que haya visto en la nba con Ray Allen Reggie Miller y pocos escogidos màs me refiero a la hora de ser un killer y elegante tirando.Seria interesante para mi saber si estarà para ver y/o bajar ese partido ùltimo del que hablas ver a esa gente metiendo tantos puntos incluido el gran Hakeem sentado en el sofà de casa viendo palomitas y que se acabe el mundo.Gracias por hacerme soñar y volver a tiempos maravillosos J.R.San sois increibles en esta pàgina lo digo de y desde el corazòn. Un saludo amantes del basket
Me identifico bastante con todo lo que dices y sientes. Otro saludo
Creo que con permiso de Reggie Miller y Ray Allen, el mejor tirador de color de la liga hasta la llegada de K. Durant.