La cosa va de números en las próximas líneas, más concretamente de la asistencia a los diferentes hogares NBA y de cómo diferentes equipos ponen el sold out y otros ven como pasan los partidos y nunca llenan sus pabellones. ¿Pero qué equipo tiene mejor asistencia?
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En tercera posición se encuentra una ciudad y una franquicia como Chicago Bulls, con 19.814 aficionados por partidos (diez en total hasta el momento), seguidos por Raptors y Miami Heat.
En la cola de la clasificación hay un equipo histórico como Indiana Pacers, donde el baloncesto es una religión, pero no ayuda el mal funcionamiento del equipo de los últimos años, no ha habido buena asistencia pospandemia y solamente meten 14.288 aficionados en once partidos de curso. No muy lejos de los Pacers, se encuentran OKC con 14.660 y Spurs con 15.276. ¿Cuál es el problema y hay soluciones para que suba el porcentaje de asistencia?
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Uno de los primeros elementos que siempre sale a florecer es la facilidad que tiene la gente hoy en día para poder ver un partido deportivo, en este caso NBA, desde su propia casa. El segundo hándicap viene con relación al estado de juego que puede tener el equipo en cuestión, viendo como los tres últimos son equipos en reconstrucción, con unos Pacers que están dejando sorpresas positivas, pero sin tener un futuro muy estabilizado. Eso si, Shai Gilgeous-Alexander o Tyrese Haliburton, son jugadores proclives a pagar una entrada solamente para verlos. En muchas ocasiones, no tener una superestrella hace no llenar un pabellón, pero también se hace complicado para la misma franquicia atraer un jugador de ese tipo a mercados tan pequeños e Indiana, Oklahoma, San Antonio o New Orleans son esos casos. En sus grandes momentos, se construyeron buenas plantillas con jugadores procedentes del Draft, siendo el caso por ejemplo de Reggie Miller, Paul George, Kevin Durant, James Harden, Tim Duncan, Manu Ginobili o Zion Williamson.
Pacers por ejemplo, ha subido algo su aforo, pero hay estados donde el efecto de la pandemia existe y persiste en el tiempo, hay falta de interés y muchos aficionados salen con la frase, "es difícil para la gente ver el equipo". Popovich sin ir más lejos en pretemporada comentó que él nunca pondría dinero en una apuesta por sus Spurs en esta temporada 22-23. En el caso del último de la tabla, los Pacers, el precio de promedio de una entrada es de 140 dólares, encontrándose en el tercio inferior de la liga en términos de coste. Muchos aficionados de estos equipos comentan, "sé que mi equipo no serán competitivos en la NBA, así que no veo un propósito para gastar dinero e ir a verlos".
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Otro ejemplo son los Wizards, un equipo proclive a ocupar posiciones bajas, siendo una tendencia que se puede ver en los últimos diez años, menos la temporada 16-17 cuando el equipo de la capital llegó a segunda ronda de playoffs. En este año tienen 15.583 asientos pagados por partido en el Capital One Arena, siendo el promedio número 27 en la NBA, ya que se trata solamente del 75 por ciento de la capacidad del pabellón. En el caso de Wizards han de añadir que un deporte como el hockey hielo es el gran protagonista de la zona y de la ciudad, y el baloncesto junto a los Commanders quedan relegados a un segundo plano. Dentro de la misma franquicia saben que hasta que no aterrice un jugador top no volverán a tener buenos índices y ese jugador no es Bradley Beal, más dado a no jugar por problemas físicos que dejar demostraciones como en su día hacían Jamison, Arenas o Wall.
El año pasado lideró la asistencia de público Chicago Bulls, con más capacidad para aficionados que cualquier otro estadio, con 20.881, teniendo por detrás a Sixers con 20.665 y Mavs con 19.739. Los campeones de la NBA, Warriors, tuvieron una asistencia media de 18.064, ocupando la undécima posición total.
Y en el lado opuesto se encuentran los Dallas Mavericks, una franquicia que ha unido éxito deportivo con la creación de una organización bien preparada y comandada por Mark Cuban. El propietario compró la franquicia en enero de 2000 por 285 millones de dólares, viendo como el valor del equipo ha aumentado constantemente a lo largo de las temporadas y de los años. "La cultura y la química son fundamentales para el éxito". Y bajo ese elemento, equipos de la zona baja, necesitan construir ese binomio equipo y público. Los Mavs se codean con franquicias legendarias, como por ejemplo los Broncos de Denver de NFL con más de 390 partidos seguidos sin billetes (la temporada de football dura menos), los Packers de Green Bay llevan sin entradas desde 1959, Penguins de Pittsburg en NHL no hay desde 2007, y el programa de Duke de baloncesto masculino se llena desde 1990.