En la era del tanking y los súperequipos, las épocas de reconstrucción pueden ser especialmente largas. Es el caso de equipos como Philadelphia, Orlando y el equipo del que nos toca tratar en este artículo: los Phoenix Suns.
Los Suns llevan desde el año 2010 sin jugar los playoffs. Un periodo largo para una afición que se acostumbró a disfrutar de épocas gloriosas y estrellas carismáticas como Charles Barkley o Steve Nash. Sin embargo, desde la marcha de este último, en 2012, el equipo está sumido en un periodo de reconstrucción en el que no se ve ni un atisbo de luz al final del túnel.
La gerencia de los Suns ha tomado decisiones muy discutibles en los últimos años, en los que el equipo ha contado con estrellas como Goran Dragic o Isaiah Thomas, que fueron traspasados por jugadores de mucho menor nivel. Además, las elecciones del draft también han sido muy discutibles, sobre todo el pick 4 del pasado draft, que utilizaron para elegir a Dragan Bender, un jugador que debe mejorar mucho para enseñar el potencial que los analistas afirman que tiene.
Con este panorama, los Suns iniciaban esta temporada con unas perspectivas parecidas a las anteriores: desarrollar a los jóvenes, sin tener ninguna esperanza de entrar en playoffs. Este verano se volvieron a oír rumores de fichajes estelares (Kyrie Irving) que pudieran sacar al equipo del pozo, pero es difícil lograr convencer a jugadores contrastados de que se unan a un proyecto que no progresa de la forma en la que debería.
La temporada comenzó de forma horrible, con tres derrotas en tres partidos, dos de ellas con una desventaja superior a los 40 puntos. El equipo era un desastre en los dos lados de la cancha y la gerencia decidió destituir a Earl Watson, que no demostró gran cosa como gestor de vestuario, así como en la parcela táctica.
No terminaban ahí los problemas. Con un polémico tweet, el base Eric Bledsoe afirmaba que quería salir del equipo, lo que conllevaba que fuera apartado del mismo. La rumorología se extendía y ya se informaba de posibles equipos interesados en Bledsoe. El primero en preguntar por el base eran los Knicks. Según Mike Scotto, de Basketball Insiders, Phoenix exigió a Nkitilina y Willy Hernangómez, pero los Knicks no quieren traspasar a ninguno de los dos. Veremos si las negociaciones prosiguen, el base titular de los Knicks es Ramon Sessions, con lo que el fichaje de Bledsoe daría un salto inmediato de calidad al equipo.
Otras franquicias interesadas serían Milwaukee y Denver. Los de Wisconsin quieren completar la rotación de bases, según Marc Stein. Pero el rumor más consistente es el que tiene como protagonista a los Nuggets. Según Mike Scotto, Denver ya preguntó por Bledsoe en la última ceremonia del draft y ahora no quieren perder la ocasión de conseguirlo, mediante un traspaso que incluiría a Emmanuel Mudiay y a otro jugador que podría ser Faried, descontento con su rol de suplente en Denver. El problema es que Faried no parece ser el perfil de jugador que quieren los Suns, pero la negociación puede continuar e incluir a otros jugadores u otros equipos.
La declaración de rebeldía de Bledsoe lo ha convertido en un caramelo en el mercado. Termina su contrato en 2019 y le faltan 29,5 millones por cobrar, una ganga para un jugador que ha promediado más de 20 puntos y 6 asistencias en las dos últimas temporadas. Son las consecuencias del tanking, que hace que los jugadores que un equipo ha ayudado a mejorar no deseen quedarse en dicho equipo, hartos de sufrir derrotas año tras año.
Veremos cómo evolucionan los Suns, de momento han ganado su primer partido y sin Bledsoe. Esta noche se han impuesto a los Kings con 22 puntos de Booker, el nuevo líder en este periodo oscuro que continúa en Arizona.