James Harden se llevó el año pasado el trofeo al jugador más valioso de la temporada. El escolta californiano se impuso de forma merecida a LeBron James y Anthony Davis, que realizaron una temporada soberbia, pero no consiguieron llevar a su equipo todo lo alto posible en el marco de la temporada regular.
Sí lo logro La Barba, que consiguió capitanear a unos Rockets eufóricos hacia la primera plaza antes de comenzar las eliminatorias por el título, donde la baja de Chris Paul fue demasiado dura para intentar doblegar a los poderosos Warriors, que se llevaron la final de conferencia en el séptimo partido, disputado en Houston, antes de barrer a los Cavs en la Final.
Harden había hecho méritos de sobra (aunque la elección siempre es debatible ya que muchos hacen méritos suficientes) porque, al margen de ser el líder del mejor equipo de la temporada regular, alcanzó unos formidables promedios de 30’4 puntos, 5’4 rebotes, y 8’8 asistencias por partido, siendo el máximo exponente de los Houston Gunners, que torpedearon a sus rivales con un juego eléctrico, muy abierto, y con una cantidad de lanzamientos exteriores nunca visto hasta la fecha: batieron su propio récord histórico de triples anotados con 1256 (36’4% de acierto), lo que supone 15’3 aciertos por encuentro (o lo que es lo mismo, 45’9 puntos desde más allá de la línea). LeBron y La Ceja, pese a sus espectaculares registros, poco pudieron hacer ante semejante poderío colectivo, que se reflejó en la mejor marca de la temporada (65 victorias Vs 17 derrotas, un 79’3%).
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Durante el período de agencia libre y traspasos ha habido varios movimientos que han alterado el panorama de cara a la próxima temporada, ya que varios son los cambios de equipo y conferencia, y estas nuevas situaciones podrían alterar el orden establecido, así como los aspirantes a hacerse el próximo curso con la corona de Harden, la que señala al Rey del año en la NBA, si bien la Barba espera poder reconquistarla.
A continuación analizaremos a diez de los posibles candidatos a este prestigioso trono, separados en dos partes, que hemos hecho coincidir con las dos conferencias. Pretendíamos haber elegido 5+5, pero no podíamos dejar fuera a ninguno de los seis que hemos escogido de la salvaje conferencia Oeste, de manera que finalmente ha quedado con 4-6. La balanza queda decantada del mismo modo que lo está la propia liga, donde el Oeste acumula más talento, kilates y millones en los contratos de las súper estrellas.
Los diez elegidos a optar por el próximo MVP son los siguientes: por la conferencia Este contamos con Kyrie Irving, Giannis Antetokounmpo, Joel Embiid y Kawhi Leonard. Hubiéramos incluido a Kristaps Porzingis de no haberse encontrado lesionado, y sin fecha exacta para su reaparición. Por el lado oeste los elegidos son: Curry & Durant de Warriors, James Harden, Lebron en sus nuevos Crazy Lakers, Russ Westbrook y Anthony Davis, pese a haberse quedado casi solo en Nola con la huida de Cousins a la pata coja (otro que hubiera entrado en la lista de haber estado sano).
Comenzaremos entonces por analizar la situación a día de hoy en el entorno de las cuatro estrellas elegidas como aspirantes al MVP por el lado Este del mapa norteamericano:
1. kyrie irving
El base de los Celtics tiene ante sí una temporada apasionante y esperanzadora. El equipo de Brad Stevens dio el año pasado un salto adelante más considerable de lo que refleja incluso su resultado final, y mucho más de lo que esperaban tras el primer partido de la temporada, el pasado 17 de octubre. Fueron finalistas de Conferencia y llevaron a LeBron y sus Cavs a tener que sufrir hasta el séptimo partido, que además se disputaba en Boston. Era la primera vez en las últimas cuatro temporadas que los Cavs del King James tenían que llegar hasta el último partido para ganarse el pase a la Gran Final, y la tercera de las ocho finales conquistadas por la bestia de Akron teniendo que disputar el séptimo en esa ronda. Todo ello lo lograron sin sus dos principales jugadores, sus dos estrellas: Gordon Hayward se rompió en el partido inaugural y el propio Irving no disputó un solo minuto en los playoffs.
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Stevens tiró de plantilla, de juventud y de talento, y las prestaciones ofrecidas por la chavalería superaron todas las previsiones. La dupla Jay-Jay (Tatum&Brown) va a ser All Star más pronto que tarde, y dejarán huella en la liga, y Rozier, Smart, Horford y Baynes demostraron que sus roles no son ni mucho menos de comparsa (sobra decirlo para otro All Star como el dominicano). Con todo lo que se vio el año pasado y lo que se espera para el próximo, las aspiraciones de Boston no es que sean altas, es que son máximas. Si no aparecen de nuevo las lesiones y el maestro Stevens encaja y engrana bien todas las piezas, el liderato en su conferencia parece casi indiscutible, con la única excepción posible a día de hoy de que los Sixers del Proceso toquen techo de la mano de Embiid y Simmons. Si se cumple la previsión con los de Massachusets, estas condiciones pueden suponer un escenario excelente para que el brillo de Kyrie Irving luzca en todo su esplendor. La última temporada, y pese a entrar y salir varias veces de la rotación debido a las lesiones, Irving promedió su segunda mejor marca anotadora (24’4 ppp), pero mejorando sensiblemente su porcentaje en los T2 (de 50’5 a 54’1%). Si sigue en esta línea, con todo el roster disponible, con un equipo más trabajado, experimentado y cohesionado, el base australiano puede erigirse en el líder de un súper equipo que aspire, como decíamos, a lo máximo, y sus posibilidades en la carrera hacia el mvp de la temporada se multiplicarían considerablemente.
A favor: ser el líder de un equipo dominador de su conferencia y con un previsible gran balance de victorias. / Talento a raudales y grandes estadísticas.
En contra: su rol de anotador, compartiendo galones con Hayward, Tatum, Brown o Horford, puede verse reducido y por tanto reflejarse en sus estadísticas, que son un elemento primordial para la elección del mvp.
Ranking Solobasket: 4º del Top-10
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2. JOEL EMBIID
No cabe duda de que el pívot camerunés es ya una de las estrellas de la liga. Con sólo una temporada y media en sus carnes, y con menos de 100 partidos en el Olimpo del Baloncesto, Jo-Jo se ha hecho un hueco en la élite y está llamado a ser una de las referencias mundiales de este deporte en la próxima década. Su nombre se sitúa ya en el top 10 de camisetas más vendidas en el tercio final de la pasada campaña, y eso que sus Sixers no pasaron de las semifinales de conferencia, donde cayeron ante los Celtics de Tatum, Smart y Rozier. La temporada de los de Phila fue, como la de Boston, mejor de lo esperado: cayeron en segunda ronda de Playoff, hecho que no sucedía desde la temporada 2011-12, y que sigue siendo su tope desde la 2000-2001… Pero no era algo a lo que se optase en un dubitativo inicio de curso, con sus tres últimas primeras elecciones del draft lesionados o recién recuperados de sus problemas físicos. Los Sixers tuvieron una temporada un tanto irregular, con Fultz ausente, Embiid demostrando su categoría pero dosificando sus esfuerzos, y Simmons confirmando que es un special player. Hasta que no llegó el tramo final no mostraron todo su potencial, y eso que coincidió en parte con su referente en la enfermería (Embiid se perdió 8 de los 16 partidos finales que encadenaron ganando). Pese a estas ausencias y su teórica pérdida de ritmo, el africano acabó promediando 23 puntos, 11 rebotes, 3’2 asistencias y 1’8 tapones por encuentro.
[Link a la historia de Joel Embiid contada por él en The Players Tribune]
Los Sixers han mantenido este el núcleo duro de su plantilla, aunque tendrán la baja de algunos jugadores que eran importantes en la rotación de Brett Brown, como los europeos Bellinelli e Ilyasova. Esos huecos deberán ser cubiertos por las nuevas incorporaciones, especialmente las de Wilson Chandler y Mike Muscala, además de los cuatro novatos, a priori con mucho menor hype que los de las últimas tres temporadas (recordemos, Embiid, Simmons y Fultz). Los de Philadelphia intercambiaron su primera elección (Brett Brown, nº10) por la segunda de los Suns (Zhaire Smith, nº16). Con esta plantilla, por tanto, esperan confirmar los integrantes de The Process que siguen creciendo, que van superando etapas, y que esta temporada deben dar, al menos, un pasito más adelante, lo cual les situaría como poco en las Finales de Conferencia, peleando para llegar ahí previsiblemente con Celtics, Raptors, o Bucks de Milwakee (los Cavs sin Lebron se han caído de la terna).
Para alcanzar estas cotas, la franquicia campeona de tres anillos se encomendará principalmente a su gran figura, Joel Embiid. El camerunés, como decíamos, ya se ha hecho un nombre y un hueco en la élite de la Liga, y ha demostrado condiciones para ser un jugador determinante y dominante. Su capacidad de anotación y su rango de acción (anota tanto bailando al poste como desde la larga distancia -la pasada campaña anotó 66 triples, con un 31%-), son sus dos principales armas, pero no conviene olvidar la espectacularidad de su juego y su capacidad mediática como otras características personales de su propia marca, que le hace no pasar en absoluto desapercibido para ningún aficionado, ni tampoco para las cámaras y las marcas que rodean a la NBA. Todo el mundo sabe que Joel The Process Embiid no es un jugador cualquiera y que ha llegado a la liga para ser un referente, una mega-estrella, y si nada extraño lo remedia, está llamado a ser MVP tarde o temprano, aunque para ello su equipo deberá acompañarle en el camino hacia el éxito.
A favor: jugador muy mediático y con unas condiciones portentosas. / Gran anotador, reboteador, y espectacular en defensa. / Mucho potencial y tremenda proyección.
En contra: sus compañeros deben dar un paso adelante para que el equipo obtenga mejores resultados. / La aportación del último novato del año (Simmons) puede restarle protagonismo. / Su carácter y gestualidad también le hace ganar detractores.
Ranking Solobasket: 7º del Top-10
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3. KAWHI LEONARD
El jugador nacido en Los Ángeles ha protagonizado probablemente el movimiento más destacado del mercado de fichajes (Lebron va aparte también en esto). Su sonada salida de San Antonio y el intercambio de camisetas con DeMar DeRozan han copado portadas y portadas de periódicos y webs, con los especialistas Charania y Wojnarowski manteniendo a la audiencia informada al momento vía Twitter.
— Adrian Wojnarowski (@wojespn) 18 de julio de 2018
Kawhi había anunciado hace tiempo su deseo de abandonar San Antonio, con la poco discreta intención de fichar por LA, previsiblemente. Pero la antigua estrategia de Pops y la franquicia texana de no reforzar a equipos de su misma conferencia tenía vetada la opción angelina, pese al deseo del jugador, al que jugó en su contra haber mostrado su cara menos amable con compañeros y dirigentes del equipo durante la última temporada. Con este tenso panorama, San Antonio acordó con Toronto un mega-traspaso que implicó los movimientos de Kawhi Leonard y Danny Green por DeRozan& Poetl, más 1ªRonda de 2019.
Las primeras impresiones y los análisis en caliente parecían dejar a ambos jugadores como los más perjudicados, y víctimas de los movimientos sin escrúpulos de las franquicias NBA. Algunas de las reacciones de los propios afectados parecían confirmarlo, sonando incluso la posibilidad de un “plante” por parte de Kawhi, que se negaría a jugar en Canadá.
Parece sin embargo que el tiempo enfrió los ánimos y aclaró la vista, y que el californiano habría comenzado a asimilar su nueva situación, que bien pensado no era tan mala. Más allá de cómo se viva en Toronto, lo importante del movimiento no era a qué ciudad se marchaba, sino en qué equipo iba a aterrizar, y los Raptors no son para nada uno del montón. El último curso, conviene no olvidarlo, finalizaron en primera posición del Este la temporada regular (si bien luego fueron barridos por Lebron y sus Cavs 4-0 en segunda ronda de playoffs), con una marca de 59-23, la segunda mejor de toda la Liga tras los Rockets, superando a Warriors en una victoria.
Leonard se encuentra un equipo que va a ser dirigido por el que era hasta ahora era ayudante de Dwane Casey, destituido tras el varapalo frente los Cavaliers. Se trata de Nick Nurse, que debutará como Head Coach en la liga, tras destacar como asistente de Casey en la estrategia ofensiva del equipo. Las jugadas con mayor éxito que programó hablan de un juego más rápido, asociativo, y que permita tiros liberados, frecuentemente desde más allá de la línea de tres (aumentaron las asistencias y los lanzamientos triples del equipo bajo su “dirección”). Esta tipología de juego basada en la circulación rápida y el extra-pass puede asemejarse al estilo que los Spurs han mantenido a lo largo de muchos años bajo la pizarra del maestro Popovich, luego no debería a priori resultarle extraño a Kawhi, aunque es cierto que su principal virtud es el uno contra uno en estático y las salidas a la contra, para lo cual contará con la ayuda de un base ideal para ello, Kyle Lowry, su Tony Parker en Toronto.
Pero Kawhi Leonard es mucho más que un jugador de uno contra uno. KL es, en su versión óptima (que es frecuente), uno de los cinco, si no tres, mejores jugadores de la liga, y desde luego, uno de los más completos en el ratio defensa+ataque. Hay que recordar que ya ha sido MVP de unas Finales (el anillo de 2014, último de los Spurs), y que en sus dos últimas temporadas completas fue incluido en el mejor quinteto de la liga, y en el mejor quinteto defensivo (dos veces ganador del premio DPOY -mejor defensor del año-). En la 2016-17 promedió 25’5 puntos, 5’8 rebotes, 3’5 asistencias y 1’8 robos por partido.
Pues con todos estos mimbres que forman su talento y un equipo con ganas de demostrar que quiere superar su trauma de los Playoffs, Kawhi podría encontrar de la forma menos prevista, y poco deseada a priori, un escenario idóneo para volver a recuperar su nivel y llevar a los canadienses más lejos que nunca. Todo esto, evidentemente, solo podría darse en el supuesto de que Leonard se encuentre totalmente recuperado de sus problemas físicos que han lastrado su último año y pico (playoffs de la 16-17), y de que no tarde en recuperar el ritmo de competición a la vez que se adapta a una nueva ciudad, vestuario y estrategia.
A favor: enorme talento y cantidad de recursos ofensivos. / Su potencia física y el hambre de volver a demostrar quién es y qué puede llegar a ser. / Un equipo bastante hecho y que está acostumbrado a ganar partidos.
En contra: su estado físico, que no recaiga, y que no coja el ritmo demasiado tarde. / Adaptarse a una ciudad que no le gusta, y encajar en un nuevo sistema y con el segundo entrenador que va a tener en su carrera.
Ranking Solobasket: 5º del Top-10
4. GIANNIS ANTETOKOUNMPO
El cuarto jinete de la Conferencia Este es el portento griego Giannis Antetokounmpo. The Greek Freak afronta, a sus 23 años, la quinta temporada en la Liga norteamericana, en unos Bucks que apostaron fuertemente por él hace ahora cinco años, y que confían comenzar a recoger los frutos de su arriesgada apuesta, al amparo del que está llamado a ser uno de los auténticos dominadores de la liga para la próxima década y media.
Muchos cambios ha sufrido la franquicia de Wisconsin durante este verano, comenzando por el entrenador, Mike Budenholzer, que llega tras su prolífero paso por Atlanta, donde fue elegido entrenador del Año en 2015, y después de trabajar mano a mano con Popovic durante 17 años en San Antonio. Junto a él han llegado Ersan Ilyasova (PHI), Brook Lopez (LAL) y Jaylen Morris (ATL), además de un par de rookies, entre los que destaca la sensación del March Madness de 2018, Donte DiVincenzo.
Anteto llega en un momento de plenitud física, con un cuerpo que año a año sigue moldeando en el gimnasio, y que le convierten en una fuerza de la naturaleza superior incluso a la que siempre ha representado King James. El griego es una manada de bisontes en estampida en sí mismo, y no hay forma de pararlo cuando coge la bola en transición y visualiza el aro desde lejos. El curso pasado rayó a su mejor nivel, y durante los primeros meses del curso ya se escuchaban voces que lo proyectaban como MVP de mantener hasta el final esos registros. Alcanzó una media de 33’7 puntos en el primer mes de competición, y de 29 durante todos los partidos de diciembre. En el resto estuvo ya en unos números más “humanos”, y finalizó la temporada con unos espectaculares 26’9 puntos (cuatro puntos más que su tope, el año anterior, con 22’9), además de 10 rebotes, 4’8 asistencias y 1’4 tapones por encuentro.
De la mano de Budenholzer, y con la ayuda de los Bledsoe (si no hay movimientos de última hora), Middleton, Ilyasova, y DiVincenzo, este año Giannis tiene que volver a demostrar que aún tiene capacidad de mejora y de impactar a una liga que disfruta noche a noche con sus salvajes jugadas (suyo fue el mate elegido como más espectacular de la temporada, en el Madison, sobre los 198 cm de Hardaway Jr.).
Con el impulso del griego y la aportación del resto de la plantilla, el nuevo míster quiere llevar a los Bucks a superar las cotas más altas que han alcanzado en las tres últimas décadas. Su tope está en las finales de conferencia que perdieron ante los Sixers en la 2000-01, y para ir a sus mayores logros hay que viajar hasta la década de los 70, donde se llevaron su único anillo en 1971 con Óscar Robertson, y perdieron en la gran Final del 74 con Kareem Abdul-Jabbar ante los Boston Celtics.
Antetokounmpo desea romper la barrera de la primera ronda, que no ha podido superar en los tres intentos anteriores, y para ello deberá hacer que su equipo supere la séptima posición del pasado año en liga regular, de forma que se posicione mejor de cara a los cruces. Para ello deberá emplearse a fondo y mantener ese nivel MVP que mostró durante muchos momentos en el último curso, y si lo logra y sitúa a los de Milwaukee cerca de las primeras posiciones del Este, sus posibilidades para ser escogido como jugador de la temporada crecerán como la espuma, y como sus descomunales músculos.
A favor: su poderío físico que le hace someter a sus rivales, ya sea en carrera, encarando desde el perímetro, o castigando al poste bajo. / Su tremenda capacidad anotadora, que le puede llevar a promediar cerca de la treintena de puntos. / El liderazgo absoluto en un equipo que debe ir a más.
En contra: un equipo que todavía no es ganador y que debe dar un salto de calidad para estar a la altura de su estrella. / Debería mejorar su tiro para ser aún más completo
Ranking Solobasket: 6º del Top-10
