CONTEXTO
Los Kincks cerraron la temporada pasada con un balance y un sabor amargo por no mejorar o igualar lo que consiguieron hace ya dos temporadas. El proyecto neoyorquino, con una plantilla que parecía haber adoptado ese carácter agresivo y peleón de los Knicks de los años 90, parecía haber resucitado tras colarse en Playoffs ocho años después y con la incorporación de jugadores contrastados como Kemba Walker o Evan Fournier. Nada más lejos de la realidad, Walker duró un tercio de temporada en la rotación por decisión técnica de Tom Thibodeau y, cuando adquirieron a Cam Reddish, una pieza muy interesante sobre la que trabajar, también decidió apartarlo de la dinámica. El técnico, que logró el premio a Mejor Entrenador del Año en su primera campaña en la Gran Manzana, se aferró a sus ideas e hizo brotar ese inmovilismo que le caracteriza, enquistando la situación del equipo, que no llegó a disputar los Playoffs y, ni si quiera, el Play-In, quedando en undécimo lugar y con un récord de 37-45.
En Nueva York se cree que se puede estar forjando un plantel con jugadores jóvenes que en un futuro a medio plazo puedan dar problemas al resto de equipos. Hablamos de los ya conocidos Mitchell Robinson, RJ Barrett (ambos recién renovados), Immanuel Quickley, Quentin Grimes, Miles McBride, Obi Toppin o Jericho Sims. Se espera que cada vez se les pueda dar más protagonismo sobre la pista, debido a que, pese a la incorporación de Jalen Brunson, solamente han llegado jugadores de rol y , además, Leon Rose se ha deshecho de malos contratos y jugadores sin proyección, pudiendo dar más cabida a los jóvenes. La incorporación de Brunson, aunque, a priori cara, se prevé como una genial adición al juego de Nueva York. Hacía mucho tiempo que no disponía de un base que pudiera crear juego a partir del bote y de sus posibilidades desde el 1vs1. Habrá más opciones de finalizar las posesiones trabadas -que debería ocurrir en menos ocasiones- más allá de los aclarados de Randle
PLANTILLA 22-23
SIGUEN:
Julius Randle, RJ Barrett, Mitchell Robinson, Evan Fournier, Jericho Sims, Mile McBRide, Derrick Rose, Cam Reddish, Obi Toppin, Cam Reddish Ryan Arcidiacono (NG).
ALTAS:
Jalen Brunson (DAL), Isaiah Hartenstein (LAC), Svi Mykhailiuk (PG) (OKC), Feron Hunt (N) (contrato dual), Trevor Keels (N).
BAJAS:
Kemba Walker, Nerlens Noel (DET), Alec Burks (DET).
Entrenador:
Tom Thibodeau. Ayudantes: Andy Greer, Rick Brunson, Darren Erman.
LA ESTRELLA: RJ BARRETT
No hay duda de que Barrett es la piedra angular del proyecto neoyorquino. Tras la decepcionante temporada regular de Julius Randle, queda confiar en el que fue el segundo pick del Draft de 2019. El canadiense afronta su cuarta temporada en la NBA y de él se espera que de otro paso adelante en su evolución en su camino a ser una estrella de la liga, categoría que mucho medios se niegan a darle o a pensar que en un futuro llegue a tener. Los Knicks han hecho oídos sordos a todas las propuestas de traspaso por Barrett y su renovación por cuatro temporadas y 120 millones es una muestra de la confianza depositada en él por parte de la directiva de los Knicks. Tanto el jugador como la franquicia se han mostrado fieles el uno con el otro pese a todos los rumores de movimientos que ha habido este verano, que involucraban a jugadores como Donovan Mitchell.
El escolta ha igualado o mejorado sus estadísticas básicas con respecto a la temporada anterior y sigue madurando su juego en cuanto a decisiones e iniciativa en momentos calientes de partido. Sin embargo, empeoró ligeramente sus porcentajes en tiros de dos y tres puntos, fruto de un aumento en el volumen de intentos, que también creció
JUGADORES A SEGUIR: JALEN BRUNSON & JULIUS RANDLE
Está claro donde debe ir el foco. Al nuevo fichaje y gran apuesta de Leon Rose esta temporada: Jalen Brunson. El base llega a Nueva York con un contrato sorprendente: 104 millones por 4 años. Cuando Luka Doncic era baja con los Dallas Mavericks, Brunson sacó todo su potencial a relucir y lideró al equipo de una forma que llamó la atención de las franquicias de cara a su agencia libre de este verano. Se espera de él que aligere a uno de los ataques más lentos (29os en posesiones por partido) y menos eficientes de la liga (22os), con 110.4 puntos por cada 100 posesiones.
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Por parte de Randle, que se sintió, con razón, una estrella tras su premio al Jugador Más Mejorado y su All-Star, se espera que reconduzca su juego y su actitud. El ala-pívot explotó en su llegada a los Knicks, pero no supo gestionar el protagonismo que ya se le otorgaba de serie, por sistema. ‘Enfrentamientos’ con el público, partidos desastrosos en los que parecía que solo jugaba él y no se le ponía solución al problema. Sin embargo, con el cambio de piezas en la plantilla y con la opción de redimirse, puede que Randle asuma esta campaña con otra filosofía y vuelva a dar importancia a los aspectos del juego que le hicieron un All-Star.
EL OBJETIVO & LA CLAVE
Mejorar, mejorar y mejorar. Los Knicks no pueden competir realmente por nada grande, pero sí luchar por entrar a Playoffs reforzando su juego -e identidad- y dándole minutos a los jóvenes. Dentro de las posibilidades de los de Thibodeau cabe entrar en Playoffs y volver a esa senda de competitividad mostrada en la 20-21.
La clave será hacer encajar las piezas y distribuir responsabilidades con cabeza y equilibradamente. La llegada de Brunson será importante para la ofensiva ‘knickerbocker’, que necesita desengrasarse y ser más rápida y eficiente. Sin embargo, no deberían renunciar a la impronta que han estado dejando en defensa las últimas campañas.