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El lugar elegido por el destino fue Christiansted, principal localidad de la isla Santa Cruz, colonizada sucesivamente por españoles, británicos, malteses, daneses y, desde 1917, EEUU. Es la isla más grande del archipiélago de las Islas Vírgenes de los Estados Unidos y sin embargo, en 2004, el censo de población no superaba los 3.000 habitantes. Pero sabemos que el destino es caprichoso, y al chaval que sacaba buenas notas y soñaba con ser nadador profesional le tocó nacer ahí, en un paraíso para muchos turistas, en un hogar para muchos huracanes.
Uno de ellos, el huracán Hugo, terminó con los sueños de la natación, pues se llevó por delante las instalaciones donde entrenaba nuestro joven protagonista, obligándole a entrenar en el océano hasta que su miedo a los tiburones dijo basta. Pese a la desdicha, la vida aún podía ser más dura. Un año después de perder la pasión por nadar, perdió también a su madre, victima de un cáncer. Él tenía 14 años.
Nuestro adolescente encontró entonces un refugio en el deporte de la canasta. Y se le daba bien también. Tanto que venían a verle universidades americanas y eligió Wake Forest, donde se convirtió en ídolo y posteriormente leyenda, poseedor de varios records tanto en la universidad como en la competición, hasta el punto que todo el mundo quería a ese chico tranquilo que tan buenos movimientos tenía al poste bajo, tan bien defendía, que bien lee el juego.
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Pese a las expectativas, Tim entró al tajo sin distracciones. Primer año: 21'1 puntos y 11'9 rebotes por partido. Rookie del año e integrante del mejor equipo de la temporada, algo que no ocurría desde que en 1980 debutara un tal Larry Bird. Además de eso, Rookie del año, integrante del mejor equipo de novatos y del segundo equipo defensivo de la liga. “Hola, he llegado para quedarme”. Habían nacido las Torres Gemelas versión 2.0.
Tras caer en semifinales de conferencia en su primer año en la liga, al segundo, el de los 50 partidos por cierre patronal, los Spurs ganaron el título ante los Knicks de New York, con MVP de las finales para Tim a sus 23 años. Vini, vidi, vinci. Pero sin necesidad de contarlo a los cuatro vientos.
Los siguientes años ya los conocen, solo los resumiré: 4 títulos de la NBA (1999, 2003, 2005 y 2007), 2 MVP de la temporada regular (2002 y 2003), 3 MVP de las finales (1999, 2003 y 2005), 10 veces en el mejor quinteto de la liga, 13 veces all-star, 8 veces integrante del mejor quinteto defensivo...sumando temporada regular y playoffs: 29.815 puntos, 16.622 rebotes, 4.548 asistencias, 3.331 tapones en 1.483 partidos. Hagan sus cálculos, son números muy parecidos a los 21'1 puntos y 11'9 rebotes por partido que promedió en su año de novato. Y lleva 17 en la liga.
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Y ahí sigue. De nuevo en unas finales, por segundo año consecutivo, por sexta vez en su carrera.
Y que no se retire nunca. No hay otra forma de decirlo.
Comentarios
La diferencia que tiene Tim Duncan con respecto a los demás, es que aprendió a jugar a esto, y el físico, le ayudó a seguir en ello, al contrario que suele suceder, donde primero el físico te permite jugar a esto, y luego aprenden a jugar.
Es un jugador inteligente, porque es una persona inteligente, estuvo un año más en la universidad, cuando todos daban como número uno el año anterior, para terminar sus estudios.
En lo de la vieja escuela, tiene toda la razón, es una estrella que brilla sin necesidad de salir en la prensa soltando bravuconadas, o vestidos como fantoches, es "El hombre tranquilo", ya hablan sus números por él.
Por cierto, es de los pocos jugadores Top en los últimos diez años que se va a retirar en el equipo en el que empezó su carrera, junto con Bryant y Nowitzky, no ha necesitado ni Big Threes, para conseguir títulos (aunque si han ido llegando con el tiempo a SAS).
Lo de la Universidad tampoco denota mucho, ¿eh...? Y Tim Duncan me parece alguien muy inteligente en la cancha, pero vaya, que la Universidad está llena de subnormales. Y muchos acaban sus carreras. Lo que muestra es, quizás, que estaba centrado en eso.
El artículo, que se supone que viene a hablar del tipo de juego de Duncan en el baloncesto moderno, al final acaba repasando su palmarés y estadística para hablar de ello solamente en un párrafo. Me esperaba un análisis más profundo del tema.
No creo que sea old school. Símplemente, sabe jugar Muy Bien a esto. Mientras otros necesitan tirar de cualidades físicas para suplir sus carencias. Quizás por eso Duncan sigue rindiendo al máximo nivel y muchos se van apagando o retirándose, incluso siendo más jóvenes.