En el siempre imponente escenario de los Juegos Olímpicos, un joven centrocampista emerge con una historia que extrapola su legado del más alto nivel del baloncesto a la élite internacional del fútbol. Amir Richardson, quien defiende los colores de Marruecos en París 2024, es más que un talentosa promesa futbolística.
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— Selección Española Masculina de Fútbol (@SEFutbol) August 5, 2024
MARRUECOS - ESPAÑA
18:00 h
Estadio de Marsella
Semifinal #Paris2024
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Hijo del inolvidable ex jugador de la NBA Micheal Ray Richardson y una madre franco-marroquí, Amir se enfrentará en semifinales a la Selección Española en la lucha por acceder a la final y asegurarse una medalla olímpica.
RAY RICHARDSON: EL REPUDIADO NBA QUE SE REHIZO EN FRANCIA
Para comprender la magnitud y profundidad de la historia de la familia Richardson, es esencial conocer la figura de su padre, Ray Richardson. Apodado 'Sugar' por su fluidez y plasticidad en la pista, Richardson fue un destacado base en la NBA durante los años 80. Seleccionado por los New York Knicks en el cuarto puesto del draft de 1978, Ray necesitó un par de temporadas para corresponder a la confianza depositada en él, liderando la liga en asistencias y robos -tres veces-, llegando a ser comparado con leyendas como Walt Frazier y Magic Johnson.
Lo que no se esperaba de Ray Richardson, cuatro veces All-Star e incluido en dos ocasiones en el quinteto defensivo del año, es que pasaría más de la mitad de su carrera en Europa. Su trayectoria NBA fue directamente cortada por David Stern, el por entonces comisionado de la liga. A los 31 años, el ex jugador fue sancionado de por vida por violar hasta tres normas antidrogas establecidas por la NBA. Una sentencia que Richardson no se tomó a bien y que incluso achacó a un doble rasero por cuestiones raciales, aludiendo al reconocido alcoholismo de Chris Mullin que jamás tuvo consecuencias. A pesar de ser readmitido, Richardson jamás volvió a la NBA.
En el documental "¿Qué fue de Michael Ray?" producido por NBA Entertainment, se narra su ascenso y caída, mostrando un retrato de talento y tragedia. A pesar de sus dificultades, Ray encontró en su hijo Amir una nueva razón para celebrar los deportes, esta vez desde la distancia y con el balón en los pies en lugar de las manos.
AMIR RICHARDSON PASÓ EL BALÓN DE LAS MANOS A LOS PIES
Amir Richardson nació en Niza, Francia, en 2002, cuando su padre estaba terminando su carrera de baloncesto en Europa. Desde muy joven, Amir mostró una inclinación natural por el fútbol, un deporte que su madre, Ilham, le inculcó desde los cinco años. “¡Rápidamente mejoró con los pies en lugar de las manos!", dijo Ray sobre su hijo para L'Équipe. Aunque su heredada altura de 1.97 metros podría haberlo predispuesto al baloncesto como intentó su padre, Amir eligió el fútbol y no tardó en destacar.
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— Hugo (@HugoFilmz28) August 5, 2024
El trampolín que le llevó al fútbol profesional fue en la cantera del OGC Niza, aunque no sin obstáculos. Amir contrajo la enfermedad de Osgood-Schlatter, que le hacía sufrir constantes dolores en la tibia y que, aun siendo un jugador de considerable altura, le afectó su crecimiento y le mantuvo fuera de juego durante casi un año, poniendo su progresión en jaque. Sin embargo, su entorno, principalmente su madre y entrenadores, le reforzaron mentalmente para continuar su camino.
En Le Havre encontró su camino, donde firmó su primer contrato profesional en 2021. En la Alta Normandía Amir se consolidó como un mediocampista robusto y versátil, con mucha mejoría en la parcela defensiva y que contribuyó, con varias titularidades, al ascenso del equipo de la Ligue 2 a la Ligue 1.
UNA TRIPLE NACIONALIDAD RESUELTA POR SU MADRE
La trayectoria internacional de Amir es tan diversa como su herencia. Con elegibilidad para representar a Francia, Estados Unidos y Marruecos, su elección final fue profundamente influenciada por sus raíces. Tras representar a Francia en categorías juveniles, Amir decidió unirse a la selección sub-23 de Marruecos, con la que ganó la Copa Africana de Naciones Sub-23 en 2023. Este éxito fue un preludio de su debut con la selección absoluta marroquí en un amistoso contra Burkina Faso.
A lo largo de su desarrollo, Amir ha contado con el apoyo constante de su padre Ray. En entrevistas, Richardson destacadó la importancia de la ética de trabajo y la resiliencia, valores que tuvo que aprender a la fuerza en su juventud y que trató de inculcar en su hijo. “Porque si trabajas duro, tendrás resultados. Simplemente le digo que mantenga la cabeza fría y trabaje, luego todo lo demás encajará porque tiene mucho, mucho talento”, afirmó en una entrevista con ASN.
Aunque Ray esperaba que su hijo jugara para Estados Unidos, federación que lo mantuvo en el radar para su captación, la decisión de representar a Marruecos ha sido una fuente de orgullo para la familia por parte de madre, reflejando la importancia de su figura en su ascenso futbolístico y la rica herencia cultural de la que disfruta el jugador.
AMIR RICHARDSON: EL "ARTISTA" DE MARRUECOS EN LOS JUEGOS OLÍMPICOS
Actualmente, Amir juega en el Stade de Reims en la Ligue 1 francesa, donde continúa impresionando con su progresión técnica y su presencia en el mediocampo. A sus 22 años, su valor de mercado se duplicó en cuestión de medio año. Su ex entrenador, Will Still, lo describió como un “artista” en el campo, alguien con la libertad para expresar su creatividad pero también con la necesidad de adaptarse a las exigencias del alto nivel.
Amir Richardson, ya sondeado por los mejores clubes europeos, no solo ha heredado la altura y el talento para el deporte de su padre, sino también la capacidad de superar desafíos gracias a su madre. Mientras representa a Marruecos en los Juegos Olímpicos de 2024, lleva consigo una historia de legado coronada con un gol de cabeza en el torneo -valga su altura- y liderando en el centro del campo a una Marruecos que ha ganado en todas las citas olímpicas de esta edición.