El baloncesto es espectáculo, es pasión, es emoción desmedida. Es un deporte, sí, pero para muchos, es algo más. Una forma de vida, un tema del que hablar y hablar. En líneas generales, se podría definir como un juego en el que dos equipos se enfrentan entre sí y deben anotar más puntos que el rival para ganar. En muy pocas definiciones encontraremos que sea imprescindible un árbitro, pero lo cierto es que es una figura imprescindible.
Los árbitros: una figura siempre criticada
Es habitual ver a entrenadores y jugadores criticar a los árbitros. Por contra, en muy pocas ocasiones los protagonistas ensalzan al trío arbitral. Por ello, se está convirtiendo en algo loable cuando un entrenador, en rueda de prensa, felicita al colectivo arbitral por el partido realizado. Se da por supuesto que deben acertar el 100% de las acciones "porque es su trabajo", pero lo cierto es que su labor conlleva tomar muchas decisiones en cuestión de décimas de segundo, por lo que es natural que, en alguna ocasión, fallen.
En una FINAL de #CopaACB, las se disparan y las están a flor de piel...
— #CopaACB (@ACBCOM) February 19, 2024
Seguimos y escuchamos al árbitro principal Antonio Conde, con MICRÓFONO en el duelo entre @RMBaloncesto y @FCBbasket. pic.twitter.com/rdlBAqa0NL
El problema viene cuando se normaliza criticar a los árbitros para justificar la derrota. Como defienden algunos aficionados, el baloncesto está cogiendo tintes futbolísticos, y eso nos aleja de nuestra esencia como deporte. Algo que ha hecho la ACB para intentar humanizar al colectivo arbitral es poner micrófonos en algunos choques trascendentales como las finales de Copa del Rey o de liga. Si bien hay parte de la gente que empatiza y cree que es un buen recurso e incluso algo necesario, hay muchos otros que lo utilizan para seguir justificando la derrota de su equipo.
Siempre ha pasado y es probable que siempre pase. Aunque haya entrenadores que en las ruedas de prensa acepten sus propios errores y los de los jugadores, siempre habrá aficionados que señalen con el dedo a los árbitros. Sin ir más lejos, una figura como la de Dani Hierrezuelo tuvo apenas un breve reconocimiento en la Copa del Rey de Málaga, pero no obtuvo una ovación unánime por parte del público. Una pena, por supuesto.
¿Por qué faltan árbitros?
Solosbasket ha podido contactar con un árbitro de la FEB, que se ha preferido mantener en el anonimato, y nos ha dado su punto de vista acerca de varios temas. Sobre la escasez de árbitros, se refiere a la cantidad de encuentros que hay que arbitrar, sobre todo en algunas regiones del territorio como por ejemplo Cataluña. Es decir que, a su modo de ver, no hay falta de árbitros por la presión que supone porque, tal y como confiesa, "hay muchas partes positivas y pocas negativas, entre ellas el sacrificio de cada fin de semana". Además, es cierto que en algunas partes las licencias para jugar han ido a más, lo que provoca que haya más equipos y, por ende, más partidos.
Otro punto que ha tratado ha sido el de las situaciones que tiene que vivir el colectivo arbitral: "Los insultos y las faltas de respeto no son tan habituales como en el fútbol. Siempre hay el imbécil de turno que viene a desahogarse, pero el baloncesto es más limpio y más noble". Y es que no debe ser fácil ser el juez de tantas decisiones en tan poco tiempo, aunque confiesa que para eso es primordial saber gestionar y regular las emociones.
En resumen: la falta de árbitros, por el momento, no se debe exactamente a las críticas que reciben. El colectivo arbitral es un conjunto de personas que sienten y que padecen como el resto. Por eso hay que pensar las cosas antes de decirlas, y también cómo se dicen. Porque podemos estar en desacuerdo con una decisión, con una falta no pitada o con una actuación en general, pero a veces hay que dejar los colores a un lado y ser un poco más humano. Como nos cuenta el árbitro FEB, "la gente se debe centrar en sus hijos, en sus familiares o en sus jugadores, que es a quien tienen que animar, apoyar, enseñar o educar. Nosotros también nos vamos formando y vamos aprendiendo. No nacemos enseñados, y eso hay gente que no lo entiende".
