¡La séptima! Llega un nuevo episodio de la colección de artículos de la presente 2017-18 que recorrerá todas las comunidades autónomas de España. Viajamos a las Islas Afortunadas. Nos vamos a Canarias.
Para sorpresa de muchos, el primer brote de baloncesto en Canarias surgió en la isla de La Palma. Un panfleto de revista con ciertas normas para su juego fue la mecha que hizo prender el deporte en el archipiélago, allá por 1933, tal y como nos cuenta Juan José Rodríguez en su libro “Historia del baloncesto en La Palma”. Aunque el Juventud Laguna de Tenerife conmemora sus 86 años de existencia (controversia de por medio), todo apunta a que fue en La Palma, en el Juventud Católica, donde el balón dio sus primeros botes en las islas. A partir de ahí, Canarias ha sido una fuente de jugadores talentosos: el típico “jugón” con desparpajo que tiene en sus máximos representantes a Carmelo Cabrera y Sergio Rodríguez. Pero, por el camino, los Pancho Martín, De las Casas, Toñi Cejas, Richi Bethencourt o Roberto Guerra son algunos de los triunfos que ha logrado una comunidad siempre condicionada por dos factores: la distancia con la península y la insularidad. Hoy en día se puede decir con la boca muy grande que Canarias es una de las potencias de baloncesto base en España. Al menos, un lugar donde los niños juegan mucho al baloncesto. Y no solo en los clubes más potentes económicamente.
Aunque Herbalife Gran Canaria (que nació también entre las canchas de un colegio) e Iberostar Tenerife sean los dos clubes más conocidos a nivel nacional e internacional, es necesario reconocer la labor de los clubes de barrio canarios durante todo este tiempo. Imposible no mencionar al propio Juventud Laguna, los Luther King y RCN de Tenerife o el mítico colegio Claret de Las Palmas de Gran Canaria, donde nació el actual Herbalife Gran Canaria y uno de los jugadores más emblemáticos de la historia canaria como fue Carmelo Cabrera.
¿Quién fue carmelo cabrera?
Para muchos, el mejor jugador canario de toda la historia, con permiso de Sergio Rodríguez. Cabrera fue un base (cómo no. Ya diremos por qué más adelante) que tras dar sus primeros pasos en las canchas del Claret para dar el salto al Real Madrid con tan solo 18 años. CLUBES Y OTRAS ENTIDADES canarias CON MÁS EQUIPOS FEDERADOS / ENTREVISTA CON GABI ALONSO

Mi etapa como entrenador dentro del club la comencé en la escuela Iberia compatibilizando con la de jugador en el equipo EBA. Aunque ya había entrenado en la escuela de otro colegio, el Salesiano, esta fue mi primera experiencia en un equipo federado, llevando al equipo premini de la generación del 95. En el año 2012 tuve mi primera experiencia en llevar un equipo de la Vega de San José, donde ya habían jugadores de las 2 escuelas de formación del club que en ese momento eran las más importantes. A partir de ese momento, en los siguientes años, he compartido equipos de canasta grande y en las escuelas, algo que valoro muy positivo porque siempre tienes cosas diferentes que trabajar y enseñar.
¿Cómo de importantes son para la estructura de una cantera ACB los equipos como Claret, Iberia o Evecán?
Para el club es fundamental tener las escuelas de los colegios Claret e Iberia, porque es donde formamos a la mayoría de jugadores en la canasta pequeña. Buscamos que lleguen a infantiles con buenos fundamentos. El caso de Evecán es diferente. Hablamos de un club vinculado que sirve para que aquellos jugadores que no entran en los equipos de canasta grande puedan seguir jugando juntos en un mismo club. Además, pueden seguir entrenando y mejorando con la supervisión del Granca.
¿Cuáles son los objetivos de los entrenadores en este tipo de equipos?
Como en la mayoría de los equipos de las categorías de formación, la premisa es que los jugadores adquieran recursos técnicos, de lectura de juego y físicos según la edad para que vayan creciendo como jugadores. El principal objetivo es el tener los máximos jugadores posibles, de nuestras escuelas, en los equipos mayores de las categorías de formación del club. Tampoco se deja de lado una educación integral, ya que estamos formando personas y donde los valores, los estudios y el esfuerzo tienen gran importancia dentro de los objetivos que se marca el club.
ACTUALMENTE, EL NIVEL LO MARCAN LOS JUGADORES EXTRANJEROS
Históricamente, las islas de Gran Canaria y Tenerife dominan en todas las categorías, siendo únicos equipos que abarcan los podios en los respectivos Campeonatos de Canarias y, por consiguiente, los únicos que acuden al de España. Habría que destacar que ni las islas de El Hierro y La Gomera participan en este tipo de campeonatos y que, actualmente, La Palma está un escalón por debajo de Fuerteventura y Lanzarote, jerárquicamente las dos que preceden a las capitalinas.
En las categorías de mini e infantil es donde se produce una mayor igualdad y por tanto rivalidad en estos campeonatos. Hay muchos más equipos de colegio (Claret, Luther King, Heidelberg, Nuryana, Felipe Antón…) y esto provoca una mejor estructura a la hora de trabajar y generar jugadores.
En Tenerife parece ser que hay una tendencia a estas edades y es que los jugadores están más desarrollados físicamente. Estamos hablando de equipos muy poderosos, en categorías donde esto es determinante, lo que ha provocado que los tinerfeños hayan vuelto a poder competir con la técnica grancanaria después de muchos años de monopolio. Sin embargo, conforme avanzan las categorías y el físico se iguala, es Gran Canaria quien impone su ley. En los últimos años, las categorías cadete y junior han estado dominadas casi al 100% por equipos como el Gran Canaria, Canterbury o la Canarias Basketball Academy que, por cierto, se ha mudado recientemente de isla y a partir de la temporada que viene realizará su actividad en Tenerife. La tendencia parece que puede cambiar y es que, por ejemplo, en el último Campeonato de Canarias cadete, al dominio del Gran Canaria le precedieron el Santo Domingo de Tenerife y el Canarias. Los aurinegros, de la mano de Jou Costa, están teniendo una revolución en su cantera, que quiere empezar a competir contra el resto de canteras ACB. Por poner algunos ejemplos más, recordamos al éxito del equipo lagunero en la última Minicopa (subcampeones) y el traslado de la CBA. Podrían serían muestras de que las fuerzas vuelven a compensarse en las categorías superiores.
Sin embargo y a pesar de todo lo dicho, el titular en las categorías de formación en Canarias en la última década está clara: el nivel lo marcan los jugadores extranjeros. La tendencia de traer jugadores foráneos comenzó principalmente, por presupuesto y estructura de clubes, en Gran Canaria, en equipos como el propio Herbalife y más a posteriori Canterbury y, por supuesto, la CBA. Pero cada vez es más frecuente ver en equipos como el Iberostar Tenerife, Santo Domingo o incluso el Toscones de Corralejo (con un proyecto muy interesante en busca de poder competir contra los gigantes) jugadores extranjeros, muy superiores físicamente a los canarios, que han provocado un desvirtuamiento de las competiciones y que, desgraciadamente según la opinión mayoritaria, cada vez se produce en edades más tempranas.
Una situación que no favorece al jugador canario, que cada vez está menos presente en el baloncesto profesional: la temporada pasada solamente hubo un representante en la Liga Endesa, Álex López, de San Pablo Burgos. El verano trae dos figuras más, con el grancanario Fabio Santana ha sido presentado como jugador de Tecnyconta Zaragoza y Christian Díaz, que jugará en el ascendido Café Candelas Breogán. El resto, Sergio Rodríguez a parte, deambulan entre la LEB Oro y la liga EBA (algún NCAA, como Jacobo Díaz) en busca de una oportunidad entre los mejores.

Llama la atención que el producto autóctono canario en la generación del 90 en adelante suele ser el del “base jugón”, representado principalmente por Sergio Rodríguez. En los últimos años la lista es amplísima: Óscar Alvarado, Fabio Santana, Christian Díaz, Joaquín Portugués o Javi López. Esto podría ser así por esa tendencia en las categorías de formación de jugar con extranjeros interiores, que hacen que los jugadores canarios que juegan en esas posiciones tengan una competencia inalcanzable. No es así en el caso de los playmakers, que cuentan con mayor libertad en sus años de formación y llegan a profesionales con un nivel físico y de baloncesto que les permite seguir codeándose contra los mejores. O, al menos, poder intentarlo.
En categoría femenina, el panorama es aún más desolador. Una fuga de talentos bestial en el que jugadoras como Naira Cáceres, Iris Mbulito, Maite Cazorla, Sara Castro, Ana Hernández o Clauda Quevedo han hecho las maletas hacia la NCAA en busca de una oportunidad que, saben, nunca tendrán en nuestro país. El mismo paso que dieron en su día Leticia Romero y Leonor Rodríguez que sí acabó dando sus frutos.
Estos los jugadores canarios en la órbita de la FEB actualmente
Selección absoluta: Sergio Rodríguez, Leticia Romero y Leonor Rodríguez
U22: Jacobo Díaz
U20: Joshua Tomaic, Iris Mbulito y Naira Cáceres
U18: Santi Aldama y Dragana Balde
U16: Gerardo Pérez y Pedro López San Vicente
Entrevista con santiago lópez, director técnico de canterbury
¿Cuáles son las señas de identidad de un club tan amplio y con tantos equipos como es Canterbury?
De Canterbury yo destacaría que nos centramos en lo nuestro, tratamos de crear un ambiente que sea muy familiar. Es lo que tratamos de transmitir. Hay mucha conexión entre los equipos masculinos y femeninos, jugadores, entrenadores… Dentro de esto, el compromiso, el esfuerzo, la lealtad… Es mejor tener gente que sea leal, no que te ayude un año y al siguiente se vaya.
Como club tenemos que buscarnos la vida bajo nuestra propia filosofía, porque no tenemos el potencial y el apoyo que sí tienen otros clubes aquí como el Granca o el SPAR. Nosotros tenemos una gestión propia que nos obliga a irnos reinventando para que el nivel de los jugadores sea el mejor posible y su atención también. El apoyo de Canterbury School es muy importante. Funcionamos casi como una empresa, con una jerarquía definida y vamos todos en la misma línea.
Hablas de reinventarse. El Canterbury ha pasado de ser un club de colegio a tener su propia academia en apenas 17 años. ¿Cómo ha sido esto posible?
Yo salí del Granca en la temporada 2000/2001. Ese verano, yo organizaba un campus y el Canterbury aprovechó para ir y decirme que quería tener un club de chicos y chicas federado, más allá de las competiciones escolares. El club se montó con 7 equipos de minibasket hacia abajo y los primeros años, incluso cuando ya tuvimos infantiles, los jugadores eran solo alumnos del colegio. Amigos que jugaban juntos y padres que, al final, también se hacían amigos. Esa era la idea.
La academia surgió este año porque llevábamos varios años compitiendo muy bien en categoría cadete y junior. Además, Canterbury es un colegio internacional donde muchos alumnos se van a estudiar fuera, así que la academia es un apoyo a eso. Somos los únicos que lo tenemos todo en el mismo sitio: residencia, deporte y estudio. Eso nos permite depender de nosotros mismos.
¿Por qué con una academia?
Queríamos ofrecer estudios y baloncesto. Porque hoy en día puede tener un modelo de club “de estar por casa” y competir, pero llegar a donde llegar. Queríamos terminar el proceso de dar la oportunidad a los jugadores de buen nivel que iban llegando para que pudiesen seguir en su etapa universitaria. Les damos la opción de irse fuera gracias al baloncesto. Ya tenemos varios jugadores y jugadoras en EEUU, España y otros países europeos.
Sobre la competición en Canarias, ¿ves posible que, algún día, islas como Lanzarote, Fuerteventura o La Palma compitan de tú a tú contra las grandes?
No es imposible, pero nada fácil, desde luego. Al haber menos población hay menos equipos y de la cantidad sacas calidad, siempre. En las islas capitalinas se pueden conseguir mejores jugadores y además la estructura para mantener un equipo base es muy cara: hacen falta entrenadores, fisios, preparadores físicos, marketing… Y en femenino es más difícil todavía.
¿Qué importancia le dan ustedes al baloncesto femenino?
Normalmente un club es masculino o femenino. Nosotros intentamos competir en los dos a buen nivel. Este año ha sido histórico para nosotros, porque nuestras chicas fueron campeonas de Canarias en infantil, cadete y junior, estas últimas, además, subcampeonas de España. Fuimos el único club que metió a todos sus equipos femeninos en el Campeonato de España. Estamos apostando por ellas y nos han respondido con algo grandioso. Hace unos años nadie pensaba que pudiésemos llegar a estar a este nivel en baloncesto femenino.
Uno de los titulares de este artículo es “el nivel lo marcan los extranjeros”. ¿Qué opinas tú de esto?
Es una verdad a medias. Creo que hay extranjeros que están bien, son muy buenos, pero otros que no lo son tanto. Es cierto que por el tema físico marcan una diferencia aquí, pero vete a un Campeonato de España Junior, por ejemplo. Todos los equipos tienen extranjeros. El mundo es global y cada vez se trae más gente de fuera, más en los equipos con grandes presupuestos.
Pero, centrándonos en el jugador canario, ¿no crees que esa prioridad por ganar afecta a los jugadores en edades cada vez más tempranas?
Los extranjeros sirven de complemento. Yo no creo que la prioridad es ganar. Puede que para algunos sí lo sea. Es mucho más importante formar, mejorar, crecer… Nosotros tenemos jugadores de fuera y jugadores de aquí. Tenemos jugadores nacionales mejores que algunos extranjeros.

Pero, al final, los que llegan son los de fuera. Esta temporada solamente ha habido un canario en ACB.
Aquí influyen varias cosas. Lo primero, que a lo mejor no hay tantos canarios de primer nivel como para jugar ahí. Y los que hay, ¿están apostando por ellos? Después está el tema mental y físico, que muchas veces grandes jugadores no cumplen con esos requisitos.
¿El tener desde tan pronto un jugador extranjero tan determinante no crees que puede tener que ver en esto?
Creo que no. Al contrario, le ayuda. Tú puedes tener un buen equipo, pero no tienes un alero grande o un pívot… Pues ese pívot extranjero te ayudará a competir, pero, además, ayuda a tus jugadores exteriores, porque van a poder jugar en su posición natural, podrán explotar opciones que no tenían, podrán jugar bloqueos directos con un interior que antes no tenía… En definitiva, van a crecer los jugadores, los equipos y los árbitros, que se van a encontrar con situaciones de juego de todo tipo.
¿La alternativa no podría ser intentar hacer un esfuerzo por formar jugadores en esas posiciones? Precisamente, la mayoría de jugadores canarios que llegan a la élite son bases y escoltas.
No se trata de formar a los canarios o nacionales. Si tuviésemos un cadete de dos metros canario, claro que nos preocuparíamos en formarlo, pero ¿cuántos cadetes así hay? Ese es el tema. Los pocos que hay se trabajan, pero es que España no es un raza alta. ¿Cuáles son los altos del Real Madrid, Barcelona, Joventut, Unicaja, Baskonia o Gran Canaria? Casi todos extranjeros, lituanos, africanos, letones, brasileños… y algún español. Pero es que, además, el alto español de ese equipo puede que sea de cualquier otro sitio de España, porque cada va buscando y complementando lo que le hace falta. La deficiencia que suele tener España no son bases y escoltas. Los problemas empiezan con los treses, cuatros y cincos.
Muchas gracias por atendernos. Esperamos que puedan seguir creciendo como club.
De nada. Lo importante que quiero transmitir del Canterbury es que pretendemos ser una familia en la que vamos todos en el mismo rumbo.
