
MVP: Ya en el primer encuentro fue decisivo, pero en este partido fue dominador absoluto. En un partido muy defensivo, con muchos errores en los ataques, Kulagin tuvo un comportamiento absolutamente determinante. Terminó el partido con 32 puntos (el Granca anotó 59) y 19 en la segunda mitad, en la que rompió el choque con sus acciones individuales. Esta vez no le hizo falta encontrar a un socio que le ayudara en la anotación, se bastó para acabar con un Gran Canaria, que dejó una mala imagen.
Tiro exterior: Ante su propia incapacidad para crear buenos tiros, el Gran Canaria, máximo anotador de la Eurocup, abusó de las jugadas individuales y de los tiros de tres (2 de 23, 9%). No apareció nadie entre los amarillos, ningún jugador tuvo la valentía ni la calidad para marcar diferencias, en una plantilla sobrada de calidad. El número de asistencias (13), junto al horrible porcentaje en el tiro de tres, fueron claros indicativos de las deficiencias del juego ofensivo del Gran Canaria, que pudo competir en la primera parte, gracias a su intensidad defensiva, pero que no pudo parar a Kulagin, en la segunda.
Granca 9 – Kulagin 10: La salida tras el descanso del Granca fue horrible. El Herbalife metió su primera canasta del cuarto cuando se habían disputado seis minutos y medio (2 a 13). En un partido que trascurría con mucha igualdad, la actitud en el tercer cuarto marcó el resto del encuentro y de la eliminatoria. Kulagin, con solo una canasta de dos, un triple (ambos con falta posterior) y cinco tiros libres, anotó más puntos que todo el Granca. La mala imagen de los amarillos, sin respuestas ofensivas, desquiciados por los árbitros y acabando muy mal el partido, permitió al Lokomotiv tener un final partido muy plácido.

Salió, otra vez, Casimiro con dos bases, Oliver y Radicevic, pero ninguno encontró soluciones ofensivas en los compases iniciales del partido. En el ecuador del primer cuarto, el Granca solo había ofrecido penetraciones imposibles, demasiado manejo de balón de los bases y defensa, una gran intensidad defensiva. Los visitantes, con Mardy Collins controlando el ataque, intentaban buscar a Qvale en el interior o a Kulagin para tirar desde fuera, pero se veían con las mismas dificultades, para encontrar tiros con espacios, que su rival. La salida al campo del capitán amarillo, Eulis Báez, con su habitual garra y buscándose la vida bajo el aro, ante defensores más altos, dio la primera ventaja a los canarios, en un choque igualadísimo, con la defensa marcando el ritmo (15 a 15).
En un duelo eminentemente defensivo, solo destacaba un jugador en ataque, Trevor Lacey, con diez puntos (15 a 20 era el marcador) sin fallo. Entre el alero norteamericano y los tiros libres de Elegar, les bastaba a los rusos para mentenerse por delante, ante un Herbalife que seguía sin respuestas ofensivas, con muchos tiros precipitados y una mala distribución de balón. Si el partido ya era trabado y espeso, aparecieron los árbitros para tomar un protagonismo innecesario, con una enorme cantidad de faltas pitadas (32 en la primera parte), además de no mantener un criterio estable. Empezaba a aparecer Kulagin y en el Granca la única vía productiva en ataque era la conexión con Balvin bajo el aro. Los tiros libres y la inspiración de Kulagin dejaron al Lokomotiv con dos de ventaja (35 a 37).
El Gran Canaria no sacaba beneficio de un juego muy individual, los errores de Báez y Oliver en ataque y su incapacidad para mover el balón y buscar buenas opciones, les estaba lastrando. Un parcial de 0 a 5, en tres minutos y medio, obligó a Casimiro a pedir un tiempo muerto, pero Kulagin, con un dos más uno, primero y luego un triple con falta, justo después del tiempo muerto, puso al Lokomotiv con catorce puntos de ventaja. Mientras, el Herbalife se dedicaba a tirar un triple precipitado, tras otro (0 de 10 en el tercer cuarto). Más de seis minutos tardaron los amarillos en anotar, aunque el paso por el banquillo de Kulagin y varios ataques malos del Lokomotiv, redujeron la diferencia (44 a 56).
El último cuarto empezó como acabó el anterior, un triple de Kulagin en la primera jugada y el Lokomotiv quince arriba. Los amarillos, con el protagonismo de Mekel y Pasecniks, intentaron apelar a la épica para remontar, pero estaban más pendientes de los árbitros (les pitaron 33 faltas, cuatro técnicas y Casimiro acabo expusado), que tenían desquiciados a todos los miembros del conjunto claretiano. Los jugadores visitantes se limitaban a dejar pasar el tiempo, meter los tiros libres y dejar algún destello de calidad. Los amarillos seguían con sus problemas ofensivos de todo el partido y no tuvieron opciones de meterse en la pelea por el partido.


