Después de dos largos meses de espera los aficionados del Plus Pujol Lleida comienzan a tener noticias acerca del futuro equipo para la temporada 2008/09. Uno de los pilares de ese proyecto no podría ser otro que el cántabro Alberto Miguel ,que con esta ampliación cumplirá cuatro temporadas con los catalanes una vez espire su contrato.

Pese a tener importantes ofertas incluso de ACB, o del Rosalía de LEB Oro quien ha pujado fuerte por él, el jugador ha decidido corresponder al cariño que la afición de Lleida tiene hacia él firmando una ampliación de contrato por dos años más que hará que cumpla cuatro años en el equipo catalán, todo un reto en el baloncesto moderno.

A sus 31 años (29/05/1977), este escolta de 1´88 m. nos ha confirmado que: me siento muy feliz, finalmente se ha producido lo que queríamos tanto la directiva como yo, estoy muy a gusto en Lleida y estoy muy contento por esta renovación”. Sin duda, Alberto volverá a levantar la grada del Barris Nord con sus jugadas.

Repaso a su trayectoria:

Alberto Miguel Martín se inició en esto del baloncesto con casi 18 años, una edad tardía y llegando casi de rebote después de haber estado federado en ¡¡¡7 deportes diferentes!!!. Su trayectoria se iniciaba en el Canteras La Verde, para en 1998 jugar la liga EBA en las filas del Anchoas el Capricho de Santander; tan sólo duró una temporada en dicho equipo pues sus buenos números y su capacidad atlética sorprendieron al Cantabria Lobos que rápidamente lo contrató y encomendó a las órdenes de Dani García para que se formase en el equipo que por aquel entonces entrenaba el torrelaveguense: el Lobos Torrelavega de Liga EBA.

Realmente, Alberto nunca había pensado en dedicarse profesionalmente al baloncesto, pero en Febrero del año 2000 su vida dio un giro de 180º y el deporte pasó a convertirse en su modo de vida: Quino Salvo era despedido de manera fulminante y Dani García debía de hacerse cargo del equipo ACB. Su primera medida fue ascender a varios jugadores del filial a los entrenamientos del primer equipo como toque de atención para la plantilla, y de este modo Eduardo Pascual, Alberto Miguel y Xavi Madina fueron los elegidos. En ese momento, y ante la plaga de lesiones que sufría el equipo, llegó la gran oportunidad; el Real Madrid visitaba el Vicente Trueba, y durante 12 minutos Alberto demostró sus habilidades defendiendo a Herreros y Angulo.

Su buen hacer le llevó a instaurarse definitivamente en el primer equipo donde paso los 4 años más duros de su carrera. A principios de la temporada 2001/02, y durante la primera jornada de liga contra el Gijón en casa, el jugador penetra a canasta, hace un giro y… ¡crack! los gritos de dolor enmudecían a todo el pabellón. Su rodilla se había hecho pedazos, por lo que el jugador debía de pasar por quirófano a reconstruir sus ligamentos perdiéndose la totalidad de la temporada y disputando tan sólo el último encuentro de liga.

La mala suerte se había cebado con el, y tan sólo un año después la historia se repetía, el jugador en la tercera jornada de liga en el Príncipe Felipe de Zaragoza volvía a destrozarse la otra rodilla quedando en el dique seco para toda la temporada. Estas lesiones fueron su gran calvario, pero Cantabria es también motivo de gratos recuerdos, pues en su anteúltima temporada en ACB (2000/01) fue llamado junto a su compañero Steve Payne para disputar el concurso de mates del All Star de la ACB, donde fue definido por Ricardo González como “un negro de Laredo que realiza mates increíbles”.

Tras estas dos difíciles temporadas, los Lobos le ofrecieron un contrato a la baja inaceptable y el jugador salía por primera vez de su Cantabria natal. Curro segura apostaba fuerte por él y lo llevaba al Menorca donde tras dos años en liga LEB conseguía llevar al equipo a la ACB, donde retornaba tres años después.

Con la salvación asegurada, el jugador decidía cambiar de aires y jugársela en Lleida con un proyecto que le llamaba mucho la atención. Tras los dos primeros años, tanto jugador como afición y directiva están encantados y el matrimonio se prolongará como poco por dos años más.