Muchos se preguntarán que narices pinta una frase tan archiconocida como locuaz, absolutamente más propia de una ceremonia de los Oscars que de un artículo deportivo, a modo de introducción a la previa de la Liga Femenina 2008-2009 pero veréis lo fácil que se entiende.
Año tras año, demostrado queda que cuando se va a pronunciar la susodicha expresión que reconoce al ganador de cualquiera de los Oscars en Hollywood, un buen tiempo antes, en la mayoría de los casos, ya es de sobra acreditado quien va a recibirlo y así por desgracia (o no para los aficionados valencianos) parece abocada esta temporada para los siempre fieles seguidores de la Liga Femenina. Es decir ya tenemos claro quien va a ganar la Supercopa, Copa y Liga por mucho que a otros les duela.
Ha habido un club que, en un periodo de recesión económica como el que estamos que ha abocado a la desaparición o reducciones drásticas de presupuesto de innumerables equipos de todas las Ligas semi o totalmente profesionales, ha roto el talonario (si no, que le pregunten a algún representante…) y ha confeccionado una plantilla con estrellas reconocidas mundialmente, independientemente de su caché y otros refuerzos, pagando precios de estrella por lo que ha conformado una plantilla jamás vista en España en la Liga Femenina, ni aún incluso en los otrora Godella de Miki o incluso Pool Getafe de Coloma y Albert. Me refiero por supuesto al Ciudad Ros Casares y la grandísima apuesta una vez más, en este caso con el objetivo, eso sí, de aspirar a todo en la Euroliga y disputársela de tú a tú al Spartak de Moscú máximo favorito un año más. No hay que dejar de mencionar e insistir en el enorme mérito que tiene el inagotable tiempo y esfuerzo que dedican el presidente D. Germán Ros y toda su familia para que Valencia esté en el centro de atención del baloncesto femenino europeo y seamos los valencianos la sana envidia de todos los equipos de Euroliga y Liga Femenina.
Nadie, repito, nadie -ni siquiera los entrenadores de los principales rivales del Ros en la Liga en petit comité; que, eso sí, en público y en prensa no pueden hacerlo con la libertad que a mi me brinda no tener la nómina sujeta a ningún club- duda en absoluto que las competiciones nacionales no deben traer mayor dolor de cabeza a las “chicas de acero” que el esfuerzo y concentración requerido, a veces incluso, no por demérito de las valencianas, en algo poco más que un simple entrenamiento para preparar los partidos de Euroliga que es donde realmente tendrán que ponerse las pilas.
Así está ocurriendo en los partidos de pretemporada y eso que no están todos las que son…pero si “son” todas las que “estarán”…,es decir, si ahora la plantilla todavía no está completa, no quiero ni pensar lo que pueden ser capaces de hacer cuando estén todas…y sobre todo si son capaces de engancharse a la forma de jugar de Isma Cantó (paciencia hará falta en muchos casos porque es una gran conocedor y expresión máxima del baloncesto libre sin sistemas que tan vistoso puede llegar a ser con el talento que tiene por plantilla pero difícil de entender desde la zona vip muchas veces…) y también los nuevos roles que ciertas jugadoras tendrán en el equipo en forma de pocos minutos, pocos balones para jugarse…o sólo tenerlos ambos en los partidos que ganas de 40 al descanso – mira que puedo llegar a odiar este tópico…¿conocéis a alguien que haya jugado un partido y ganaba de 40 al descanso?…yo tampoco.
Como único miedo absoluto que tengo, es que factores externos totalmente ajenos a lo deportivo en su máxima expresión, y prisas en caso de alguna duda al comienzo de Euroliga, vuelva a quitar a todos la ilusión que se ha generado entorno al bloque.
En un próximo artículo que ya estoy preparando hablaremos más a fondo de lo que nos gusta de verdad, BALONCESTO, de los nuevos equipos de la Liga, plantillas, comentarios personales sobre las aspiraciones por equipo y especial hincapié en las nuevas caras que han llegado con muy buenas perspectivas de hacernos disfrutar un año más.
En mi caso, esta adicción imperturbable ya se remonta a unos cuantos “muchos” años atrás -gracias al grandísimo Paquito Doménech siempre presente en mi memoria, corazón y palabras- puesto que, señoras y señores, aunque alguno quisiera evitarlo, el baloncesto femenino deja un buen sabor de boca partido a partido.
P.D: espero que nadie busque extrañas semánticas demoníacas ni ímpetu alguno de protagonismos jaboneros a estas líneas más allá de lo que explícitamente quiero transmitir y que cada uno lo interpretará seguro según su amor al club. Auxi, dedicado también a ti como gran “patidora” y luchadora desde hace mucho mucho tiempo- desde aquel frío patio de Juan XXIII que recuerde- por el Ros Casares.