Antwain La’mar BARBOUR nació el 27 de junio de 1982 en Elizabethtown, Kentucky.

Es un jugador espectacular, explosivo y muy técnico. Su físico es su denominación de origen y se machaca en el gimnasio cuando tiene la ocasión, sobretodo para rebajar los kilos que suma cuando acude a los restaurantes de marcas multinacionales que abundan en la isla. Con una mecánica de tiro exterior casi perfecta, en la que “de la nada” saca un tiro demoledor con una reacción rápida que impide a su marcador levantar el brazo para taponarlo. En ocasiones, abusa demasiado de ese tiro de más allá del 6.25 y pierde oportunidades de dar la victoria a su equipo al errar en situaciones claves de partido. Trabaja mucho los ataques con bloqueos individuales o dobles de sus pívots, para que se abran puertas que las defensas rivales cierran y, así, poder penetrar con unas zancadas muy largas que le permiten preparar un salto de gran altura que termina con el balón clavado en el aro merced a un mate demoledor a una o dos manos. No se esconde a la hora de entrar en la zona y chocar con jugadores de más envergadura que él para luchar por rebotes. Un punto débil de su estilo de juego es que va “a una velocidad más” que el resto del equipo y realiza pases que se convierten en pérdidas de balón porque terminan en la grada o pierde el esférico en una acción en solitario. En cualquier caso, es un líder nato y le gusta que la presión colectiva se centre en él, si es necesario.

Se formó como jugador en la Universidad de su localidad natal. Su trayectoria comienza en los Wabash Valley CC en la temporada 2001/02. En 2001 formó parte de la Selección Universitaria de Estados Unidos que ganó la medalla de bronce en los Juegos Universitarios celebrados en Pekín. La siguiente temporada llegó a la NCAA en las filas del equipo de Kentucky durante dos años (2002-2004). En la 04/05 juega la ABA en los Kentucky Colonels, en donde promedia 26,5 puntos por encuentro. Tiene su primera aventura foránea en Venezuela, donde juega un partido en el Guaros de Lara. En la 05-06, se proclamó campeón de la CBA con los Yakima Sun Kings.

Esa misma temporada comienza su aventura europea, en la Liga LEB, jugando cuatro partidos en la Unión Baloncesto La Palma, en los que promedió 12, 25 puntos por partido.

El técnico del conjunto palmero por aquel entonces era Rafa Sanz, que es fichado por el Tenerife Rural como manager general del club y no duda en mudarlo de isla para comenzar de cero un proyecto cimentado en la calidad del americano. El equipo blanquiazul no respondió en lo colectivo, ya que terminó 14º con 20 derrotas y evitando el “Play-out” de descenso a LEB 2 en la penúltima jornada de la Liga Regular. Aún así, Antwain Barbour comenzó a enamorar a su nueva afición y a ser un referente en toda la Liga LEB. Promedió 18 puntos por jornada y con 618 en total fue el tercer máximo anotador de la competición. En la jornada 22, ante el Farho Gijón anotó 40 puntos, atrapó 12 rebotes y recibió 16 faltas personales para terminar con 57 créditos de valoración, la tercera máxima valoración individual en la historia de la LEB. Capaz de lo mejor y de lo peor, fue el jugador de esa temporada que más balones perdió, 112. Fue el segundo que más mates realizó, con 12 en la campaña. Con 168, fue el quinto jugador que más faltas personales recibió.

El verano del 2007 fue de mucha incertidumbre alrededor del futuro del jugador, ya que el propio Barbour comentó que su deseo era el de dar un paso más en su carrera y buscar la NBA o ligas inferiores de la misma, incluso de habló de la ACB como posible destino del americano. En Tenerife sonó con mucha fuerza un posible interés de Los Angeles Clippers por hacerse con sus servicios, pero entre cortina de humo y realidad esa situación se desvaneció y el verano pasaba y Barbour no tenía equipo. Cuando parecía que media España se iba a pelear por él, el Tenerife Rural logró atarlo para que se convirtiese en el jugador franquicia de un proyecto de “Play-Off” de ascenso a la ACB en la 07/08 y fue, incluso, la imagen corporativa de la campaña de abonos de la entidad.

En la presente temporada, es el máximo anotador de la LEB Oro, con 581 puntos hasta la jornada 29. Además, con 41 puntos en la jornada 17, en el Tenerife Rural 91 – Leche Río Breogán 90, tiene el “Top” de anotación individual en un partido. Gracias a ese encuentro fue bautizado por la prensa isleña como “Barbour Show”, pero a su vez hizo mucho daño tanto en su imagen como en la colectiva del grupo. El apodo de “Barbourdependencia” también se asocia al americano, ya que por su excelente calidad acapara el balón en demasía y es el que más lanzamientos a canasta realiza de la plantilla de Rafa Sanz. Los blanquiazules no han sabido encontrar el equilibrio entre usar el recurso de Barbour con el del resto del equipo para confeccionar unos sistemas de ataques coherentes y ahí han estado los altibajos en resultados de los insulares.

En lo personal, siempre con una sonrisa en su rostro, le encanta ser el centro de los flashes fotográficos y siempre agradece a la afición el apoyo recibido al término de cada encuentro. Es muy típico en el americano acercarse a la grada, al sector de la Peña La6, a saludar uno a uno a los componentes de dicho colectivo después de la bocina final. Aunque parezca que se esconde del mundo bajo una gorra negra y unas gafas de sol de grandes lentes, que incluso usa en interiores o cuando cae la noche, es muy extrovertido y nunca niega una foto o un autógrafo al aficionado que se lo reclame. Incluso, se puede debatir con él aspectos del partido o de su juego individual y acepta las críticas de forma constructiva. Dice sentirse “muy feliz de estar en España y en Tenerife, porque el estilo de vida es muy bueno, muy tranquilo”. Los compañeros de la plantilla con los que más tiempo libre pasa son Kiril Wachsmann y Gimel Lewis, pero tiene muy buena relación con todos los que forman el equipo. También ha entablado una buena relación con los americanos del Socas Canarias Donaldson, Detrick y Rost.

Un americano que es un “crack” tanto dentro como fuera de la cancha
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