Mediada la primera vuelta de la División de Honor del baloncesto femenino español toca hacer un pequeño balance, es el momento de mirar la clasificación y comprobar el éxito a corto plazo de algunos conjuntos. Con la Copa de la Reina en mente (el objetivo de muchos clubes para mantener apoyos es clasificarse para esta competición), el desempeño de algunos equipos en lo que va de Liga no deja de sorprender a propios y a extraños: a nadie le disgusta que una escuadra humilde se sitúe entre las mejores, pero que dos de las punteras estén rozando el descenso nos hace examinar sus casos con lupa.
Tras tres temporadas en la élite, parecía que este año el C.B. San José perdía fuerza. La salida de sus dos estrellas (Isa Sánchez y Tracy Reid) hacia Salamanca dejaba huérfano al equipo de Miguel Ángel Estrada. La pérdida de apoyos económicos hizo que la fisonomía del proyecto cambiase, buscando gente joven a la que dar confianza y veteranas contrastadas para manejar las situaciones complicadas: no en vano este verano ha llegado a León Alba García, considerada una de las mejores de su generación, sin haber disputado su año junior (García tiene ficha con el San José aunque su equipo es el Universidad de León). En su misma linea, confiando en la juventud, está el Mann Filter Zaragoza, pero a estas alturas de campeonato las cosas no pintan muy bien para el conjunto maño. Tras siete jornadas han firmado el segundo mejor arranque liguero de su historia con seis victorias, con un estilo vistoso y grandes anotaciones (son, tras el Ciudad Ros Casares, el conjunto con mejor promedio anotador), aprovechando la velocidad que le da al juego la base Linor Cohen (una de las revelaciones de la temporada) y volcándose al interior, donde jóvenes valores como Cindy Lima y Paula Seguí salen ganando junto a experimentadas pívots como Lucila Pascua o Murriel Page (una de las interiores mas confiables que ha pasado por la Liga). Cuando todo el mundo descartaba a las leonesas en el inicio de Liga, se han encargado de demostrar con hechos los errores de los analistas.
En el otro lado se encuentra el Hondarribia, que esta temporada presentaba un proyecto que, según la gente del club, iba a ser definitivo, buscando hacerse de una vez un hueco en las finales de las competiciones domésticas y asaltar Europa. Tras siete jornadas las de Jon Txakartegi tan solo han conseguido dos victorias: cierto es que su calendario resultaba complicado en el inicio de la competición (abrieron la Liga frente al Ciudad Ros Casares), pero se esperaba que en el resto de partidos el conjunto guipuzcoano estuviese a la altura, al menos en Hondartza, un pabellón que la pasada temporada fue casi inexpugnable. Tras un verano movido, donde el equipo se reforzó bien (teniendo que cambiar incluso de americana: dos faltas graves en un día de Iccis Tillis colmaron la paciencia de la directiva), sorprende que algunos de esos fichajes no den al Txingudi ese plus que necesita en estos momentos: tras cerrar un gran verano en la WNBA con las New York Liberty, Shameka Christon es el único de los fichajes que destaca a bien nivel, promediando 18 puntos y casi siete rebotes. A partir de ahora llega un calendario mucho mas suave para el Hondarribia (esta semana juegan en casa ante el colista Arranz-Jopisa Burgos), pero deberán pisar el acelerador si quieren estar en la Copa, una competición en la que han estado presentes desde su ascenso a la Liga Femenina.
Tambien en la cruz, y con el aliciente de ser uno de los conjuntos que ocupan las plazas de descenso se encuentra el Arranz-Jopisa Burgos, el equipo que la pasada temporada nos hizo vibrar por momentos con un estilo bonito a la par que efectivo. La plantilla perdía este verano a De Mondt y Uhjely pero mantenía a muchas de sus jugadoras que la pasada campaña fueron importantes; pero había una pérdida que ha sido definitiva para el equipo, la de Evaristo Pérez: la política del club burgalés de no contar con sus entrenadores cuando acuden a la llamada de la Federación (antes del actual seleccionador Alberto Ortego tampoco renovó cuando acudió al Mundial como asistente) les ha podido costar cara visto el desempeño del equipo, que actualmente suma solo una victoria y que no contará durante el resto de la temporada con Marta Zurro, uno de los pilares del equipo el pasado año, que sufrió una complicada lesión. Junto con la lesión de la pívot, los problemas físicos de Cristina Ciocan, Vanda Baranovic y Teana Miller estan lastrando al equipo. Baranovic y Anna Cruz están siendo las únicas jugadoras que aportan regularidad al equipo, y el poco uso que se le está dando a una de las mejores jugadoras jóvenes del baloncesto femenino español, Anna Carbó, es de escándalo. La primera victima del desempeño del conjunto burgalés ha sido Cesar Huarte, asistente de Evaristo Pérez la pasada temporada, que ha abandonado el banquillo del Ciudad de Burgos para dejar su lugar a Iñaki Blanco, que intentará enderezar la situación de un conjunto que necesita salir de los puestos de descenso.