Este mediodía, en Sevilla, ganó el baloncesto: el Ros venía ofreciéndonos, junto con el Perfumerías Avenida, unas cuantas finales no aptas para cardíacos, con un baloncesto llevado al límite, dando un gran espectáculo para los aficionados al basket femenino. Hoy, en la final de la competición del KO, un debutante en tan altas instancias como el CB San José (su anterior participación en Copa se saldó con derrota justamente contra el Ros en León), un conjunto que, en cuanto a presupuestos, no puede competir con los grandes, pero no se quedan atrás en lo que a casta se refiere. Las de Miguel Ángel Estrada han estado a punto de derrotar al conjunto valenciano por segunda vez de manera consecutiva, cuando llegaba a esta Copa con tan solo tres derrotas en su haber entre Liga, Copa y Euroliga. Katie Douglas, justa MVP del torneo, resolvió el encuentro para las suyas en un final de infarto.

Ante un partido tan complicado, donde tenían mucho que ganar y poco que perder, Miguel Ángel Estrada se adaptó a la situación y planteó una muy buena defensa desde el inicio, presionando a una Douglas que sería la referencia ofensiva de las valencianas. En este tipo de partidos es donde se demuestra que la veteranía es un grado, y quien mejor para hacerlo que la “zarina” Tornikidou: fue la hispano-rusa quien consiguió romper, poco a poco, la defensa de las leonesas para contrarrestar el acierto exterior de Feaster y de Maria Revuelto, una jugadora que durante esta Copa se ha reivindicado tras varias temporadas en un segundo plano. Las variaciones tácticas fueron claves en un segundo cuarto medido al milímetro por ambos entrenadores: Cohen era imparable incluso para Noemí Jordana, otra jugadora que siempre aporta desde el banquillo en un equipo plagado de estrellas. Su defensa sobre la base israelí y el trabajo de Elisa Aguilar desde la linea de tres permitía a las valencianas mientras que bajo los aros se libraba una auténtica batalla, con las leonesas saliendo mal paradas debido a los problemas de faltas de Pascua y Page; pero allí aparecieron Cindy Lima y Paula Seguí, que aportaron lo suyo y, sobretodo, ofrecieron algo de resistencia a una Delisha Milton que no encontraba rival en la pintura. Era tanta la tensión de esos momentos que incluso se llegó a un conato de tangana que no pasó de eso. Las finales son así, cuarenta minutos de pura actividad, sin un segundo de tregua, que acaban por cargar los animos de todos.

La segunda parte supondría un cambio clave en el partido, en el que aparecería una de las jugadoras claves para la eclosión del Ros. Katie Douglas pilló desprevenidas a las del San José en el inicio del tercer cuarto y, con su primer triple en el partido, marcó las primeras diferencias, consiguiendo la máxima diferencia en el partido para su equipo hasta ese momento, seis puntos. Que estemos hablando de que la máxima renta del Ciudad Ros Casares en un partido haya sido,en dos períodos, de seis puntos demuestra el nivel que ha tenido esta final: esa renta no fue a mas gracias a la aportación de la otra mujer del torneo, Linor Cohen. La base israelí ya está en los puestos mas altos de los rankings de la Liga y, tras esta Copa, no hacen mas que salirle nuevas “novias” de cara a un verano movido: sea donde sea, su juego anotador pero sin descuidar su papel como directora de juego será bien recibido. Douglas y Cohen eran los referentes por fuera mientras que por dentro seguía la pugna, pero la aparición, una vez mas, de una espectacular Tornikidou, que desde la defensa trabajaría para que las suyas pusieran la directa y, jugando al contraataque, marcaran alguna que otra diferencia. Ahí se encuentra la diferencia entre un San José excelente y un Ciudad Ros Casares pletórico: en la pauta que marca la experiencia de haberse visto en situaciones similares, en el llegar al último período con la confianza que no tenían, a pesar de su buen juego, las leonesas. Seis posesiones desperdiciaron al principio del último cuarto para dar una cierta ventaja al Ciudad Ros Casares, que una vez mas con Tornikidou en plan estrella (desde hace varias temporadas pide a gritos el título de mejor jugadora del torneo) para llevar la diferencia, a pocos minutos para el final, a los ocho puntos. Decíamos que muchas veces la experiencia en situaciones similares ayuda a encaminar una final, pero no hay que darse por vencido nunca: así lo hizo el San José, con una Lucila Pascua sacando fuerzas de flaqueza y uniendose a Cohen para devolver a la tierra a las taronjas a falta de 37 segundos, poniendo el partido en un suspiro. La responsabilidad llegaba primero para las de Real, que atacaron bien pero no supieron romper una defensa que tuvo mas de casta que de táctica. La responsabilidad iba a ser para Linor Cohen de jugarse la última pelota, de buscar una prorroga soñada o un triple para hacer que el gigante se hincara de rodillas: dejó una bandeja de las que tantas veces habrá hecho, pero que pocas habrá fallado. La bocina decretaba el final del reglamentario y el balón se perdía fuera del aro. Se acababa el sueño tan real de las leonesas, un equipo que a base de casta y buen juego se ha ganado ya la admiración de todo el mundo del basket femenino. Quinto título consecutivo en España para el Ciudad Ros Casares, que encadena dos supercopas, dos Copas de la Reina y la última Liga. Dos de dos este año, quedan dos finales mas. Enhorabuena a las campeonas, a las dignas subcampeonas y a todos aquellos que han hecho de estos tres días una fiesta.