Delisha Milton no responde al prototipo de jugadora de la WBA que se aísla del grupo. Que va a la suya. Es una gran líder del vestuario. Sabe cómo animar, cómo tranquilizar a sus compañeras, nos comenta un miembro del club. Lo ha ganado todo, tanto en Europa, como en Estados Unidos y con su selección. Siempre ha jugado en las mejores plantillas. La del Ros no desmerece a su trayectoria.
“Tengo la responsabilidad de hacer campeón a este equipo”, asume en un hotel prestigioso de Barcelona. Horas antes de jugar el segundo partido de semifinales ante el UB Barça (80-72). Hoy domingo, a las 18.30 horas en la Fonteta, disputará el decisivo. Y Delisha quiere cumplir su misión: llevar al Ros a la final contra el Perfumerías Avenida. Y, por supuesto, ganarla.
Ganar al UB Barça es el último paso para llegar a la gran final de la Liga Femenina.
Cuando vi por primera vez la plantilla azulgrana, realmente aluciné. Realmente tendremos que dar lo mejor de nosotras mismas para ganarles. Al UB Barça le gusta jugar rápido, siempre corre, nunca descansa. Tenemos que respetarlas y no dejarles hacer lo que mejor saben. El año que viene, cuando ese grupo lleve más de una temporada junto, veremos su verdadero potencial.
Marta Fernández, Miljana Musovic, Kelly Schumacher
Son jugadoras muy buenas. Por ejemplo, Marta Fernández ha dado este año un salto de calidad muy grande. Antes era la típica jugadora para cerrar las transiciones rápidas, a quien pasarle la pelota en este tipo de jugadas. Ahora tiene más recursos y ha mejorado su lanzamiento exterior. Es muy peligrosa. Cuesta defenderla. Marta es joven, pero tiene un mucho talento. Le auguro un gran futuro en Europa y en la WNBA. Si continúa progresando así cada año, puede convertirse en una de las mejores jugadoras del mundo.
¿Qué necesita el Ros para vencer al UB Barça?
Sacar nuestro corazón desde el principio, distanciarnos rápido. Si no lo hacemos, el UB Barça es muy peligroso. Si el partido se mueve entre tres y cuatro puntos, será una mala situación para nosotras. Tenemos que imponerse nada más salir a la pista y decirles: Vuestro corazón, hoy, es nuestro (hace el gesto y sonríe). Tenemos que resolver esta serie ahora. Jugar un tercer partido no sería bueno (finalmente se jugará hoy).
Tenéis que repetir la exhibición del primer partido de la serie en Valencia.
Exacto. Necesitamos concentración, que cada una sepa cuál es su rol y que todas lo hagamos bien.
Porque si el Ros no gana la Liga Femenina, será un gran desastre
(Se ríe). Ya lo creo
Lo sería, lo sería
Porque juntas hemos sabido competir como un equipo número uno en la Euroliga. Así que tenemos que ganar en España. Si perdemos, habría crisis en Valencia. Hay que jugar siempre la máxima competición continental.
Es posible. Pero tenemos que pensar en ser campeonas de Liga. Porque sería incoherente acabar segundas en Europa y no ganar en España. Con la inversión que hecho el Ros Casares, por respeto, por honestidad, por tradición del equipo.
Sólo has perdido dos finales en tu carrera, la de la Euroliga con el Ros y una de la Lega italiana con el Parma. ¿Cuál es tu secreto?
(Vuelve a reírse). No es ningún secreto. Simplemente he tenido la suerte de jugar en grandes equipos. Plantillas en las que me he sentido a gusto. He convivido con compañeras que me han entendido tanto personal como deportivamente, que han trabajado muy duro en la defensa, en los rebotes, anotando. No tengo una receta para ganar. Hago mi juego, pero siempre pensando en la unidad del grupo. No puedo ir a la mía
Una de las imágenes de la final de la Euroliga en Moscú ante el Spartak fue el momento en el que consolabas a Laia Palau tras la derrota. Ella estaba a punto de llorar y tú le decías algo. ¿Qué querías trasmitirle en aquellos duros momentos?
Pasó todo muy rápido. Estábamos exhaustas. Le dije que tenemos que vivir el momento. Que perdimos la oportunidad de ganar, pero que aquel tan sólo era el principio. El comienzo para la temporada que viene. Entonces tendremos más preparación y experiencia, y seremos un equipo más completo.
Hiciste de madre.
Sí, más o menos. Aunque también como amiga. Sabía que Laia Palau trabajó duro el año pasado para llegar a la Final Four. Con el Gambrinus eliminamos a su Bourges en cuartos. Y, claro, para ella ésta era una gran oportunidad. Fue una tremenda decepción para Laia y para todas. Pero en esos momentos, en los que estábamos tremendamente cansadas, teníamos que recordar el gran partido en Turquía, cómo reaccionamos, el dominio ante el Bourges. El camino hacia la final no había sido fácil, sino muy meritorio (Ros tenía tan sólo tenía el 11º presupuesto de la Euroliga). Es mi responsabilidad hacer campeón a este equipo, dejar mi corazón en el pabellón.
Ese partido ante el Fenerbahçe realmente nos preparó para la Final Four. Tuvimos que disputar tres encuentros ante ellas y aprendimos a sufrir. A saber ganar casi en la bocina. Fue horrible, pero valió la pena.
Una derrota allí, hubiese sido un gran fracaso para este equipo, que este año ha invertido mucho.
Por supuesto. ¿Qué hubiera pasado si no hubiéramos llegado a la Final Four? Probablemente tendría que buscarme otro equipo (se ríe). Porque Carme Lluveras, la general manager, nos hubiera echado a todas. ¡A buscar otros clubs! (sonríe).
Carme dice de ti que eres la mejor 4 del mundo…
La primera vez que me lo comentó, me horroricé. Le pedí que no lo dijera. Porque entonces quizás las rivales jugarían contra mí de otra forma, más agresivas, más enfadadas. Ahora sus palabras me hacen sentir orgullosa. Es bonito que alguien valore tu talento. Pero no me siento una estrella. En América hay grandes jugadoras, como en Europa. Tina Thomspon, Lisa Leslie, Lauren Jackson
Que me comparen con ellas me halaga, pero me sorprende. Cuando Carme dijo eso sobre mí al principio de la temporada comprendí que tenía una responsabilidad: demostrar que realmente soy la mejor 4 del continente.
Acabaste la Euroliga con los mejores números: segunda anotadora y primera reboteadora.
Este año, probablemente, ha sido el mejor en Europa para mí. He tenido una progresión lenta, pero eficaz. He logrado anotar de 21 puntos y capturar 11 rebotes de media en la gran competición. Pero mi equipo, que es tan bueno, me ha facilitado las cosas. Ha sabido reaccionar en situaciones difíciles, generarme jugadas. No he tenido que crear por mi cuenta.
Has participado en esta competición cuatro años y la has ganado dos veces
No tengo una receta. Es lo que te he dicho antes: es estar en el sitio y en el equipo adecuado. Formar parte de una gran plantilla. Como en Rusia, República Checa, Valencia
Sólo tienes que leer los nombres de este grupo: Allison Feaster, Margot Dydek, Laia Palau, Elisa Aguilar
Son jugadoras increíbles. Delisha no juega sola
He sido tremendamente afortunada.
¿Qué aspectos de tu juego crees que debes mejorar?
No creo que ni yo ni ninguna jugadora necesite anotar 30 puntos cada día. Si es necesario para que gane, perfecto. Pero no me importa meter 10 y coger 12 rebotes. No me obsesionan las cifras, los récords. Tengo que intentar hacer mi juego lo mejor posible: los pases, el tiro con la derecha, con la izquierda
Tengo que realizar cosas que me faciliten el trabajo y que beneficien al equipo. Mis buenas estadísticas tienen que hacer mejor al grupo. Ésa es mi mentalidad. Nunca he tenido la obsesión de anotar todo el rato.
Supongo que no te gustarán las jugadoras que tiran y tiran
Cuando este tipo de jugadoras anotan 42 puntos es impresionante, pero si su equipo pierde
Algo falla. Los números individuales tienen que ser buenos para la plantilla.
Sí, sí. Soy agresiva en el parquet. Mucho. Hace años, cuando estaba en la universidad, mi entrenador me recriminó mi actitud. Porque antes siempre le pedía perdón a las demás en un forcejeo. Perdóname, perdóname. ¿Estás bien?, decía. Pero mi entrenador me expuso: ¿Estás loca? No tienes que hacer estas cosas cuando juegues a baloncesto. Éste es un deporte físico
¿Quieres dar tú primero o que te den antes? ¿Qué es lo que quieres?. Y claro le dije que no. Desde ese día, soy más luchadora. Me animo. ¡Vamos allá! Me empleo a fondo, pero no juego sucio. No es necesario. Creo que la gente que me acusa de ser tramposa realmente no me conoce.
Tu marido, Ronald Jones, es también jugador de baloncesto. ¿Está jugando en Valencia?
No. Este año no. Se está recuperando de una lesión. Está entrenándose, quiere volver a jugar. Espero que esté en buenas condiciones para hacerlo la próxima temporada.
¿Por qué decidiste aceptar la propuesta del Ros Casares este verano?
Porque Carme Lluveras me habló del equipo que estaba intentando construir, del proyecto. Me encantó la propuesta. Además, una buena oportunidad para volver a España, un país que me gusta mucho. Tenía buenos recuerdos de mi paso por el UB Barça, en el que jugué un par de meses, en los playoff
La comida es increíble, la gente es muy agradable. España es bonita para los ojos. Todos los sitios son entrañables.
¿Quién contactó contigo? ¿La propia Lluveras?
Sí, fue ella. También hablé con Francisco Ros.
El pasado diciembre renovaste por dos temporadas. Fue una decisión rápida y sorprendente.
¿Para ti? ¿Te sorprendió?
Sí, a mí y a mucha gente.
Es comprensible. Supongo que pensaríais que me iría a Rusia, donde podría cobrar una barbaridad, unos dos millones de dólares. Es cierto, pero a veces debes aparcar el dinero. A veces vivir es más importante. En Rusia el sueldo es muy bueno, pero la vida es monótona. Estar aquí no tiene comparación. Además, no necesito dinero, ya jugué temporada y media en Rusia. Tengo dinero, ahora tengo que vivir.
En Europa, nunca habías jugado dos años en un mismo club.
Siempre me he ido a otro sitio cuando finalizaba mi contrato. Es la primera vez que estaré dos temporadas en un equipo. A veces cambiar es bueno.
Quizás. En el futuro, posiblemente mi marido y yo estableceremos nuestra residencia en una ciudad europea. Quizás en España, en Barcelona o Valencia.
¿Qué te parece Barcelona?
Es una ciudad agradable, incansable, tiene mucha energía.
¿Como la música?
Sería más música con más ritmos.
¿Y Valencia?
Es más música clásica, pequeña. El lugar perfecto para relajarse.
¿Cuál es tu plato preferido en España?
La paella con bogavante.
¿Y tu costumbre predilecta?
Me encantan las fallas. Son espectaculares, son excitantes. Me gusta ver los petardes. Bum, bum
Mascletà. Nunca había visto nada igual. Hago cosas normales: voy al gimnasio con mi marido, tiramos, driblamos. Vamos a comprar, a El Corte Inglés y elegimos las mejores frutas y vegetales.
Durante esta temporada el Ros tan sólo ha fichado una jugadora, Gordana Kovacevic, que tan sólo disputó un par de partidos en Euroliga y otros tantos en Liga. ¿Qué sucedió?
Tuvo que irse por motivos personales. Pasó malos momentos. Fue una situación desafortunada, ya que era una gran jugadora. ¿Qué podíamos hacer?
Kovacevic llegó para sustituir a Anne Breitreiner.
Es una jugadora muy joven y tiene un gran futuro por delante. Si acumula muchos partidos y experiencia, puede llegar a ser una deportista importante.
El Ros necesita buenos registros siempre y ese contexto no es el mejor para jugadoras jóvenes. Necesitan gente experimentada en el parquet, que no tenga dudas, que sepa actuar en los momentos más complicados.
Tania Fonte, Marta Navarro, Yaiza Santonja, Patricia Benet y Carla Benavides: hasta cinco jugadoras han debutado con el equipo en LF, aunque su presencia ha sido testimonial. Han jugado minutos de relleno. Una experiencia más para explicar a la familia y a los amigos.
No es lo mismo. Así es el baloncesto. Este año he jugado mucho en Euroliga (36 minutos de media), pero quizás la temporada siguiente cambie mi rol y sólo dispute 20. Nunca se sabe. El equipo será diferente, no mucho, pero quizás se modifique mi papel. Aunque espero que seguir teniendo la misma importancia.
¿Qué recuerdos tienes de tu infancia en Riceboro?
Adoro Riceboro. Recuerdo que jugaba muchísimas horas en el bosque, fuera de casa. Era una ciudad pequeña en la que no podías hacer muchas cosas. Tiene unos 1.000 habitantes. Jugábamos en el sol, disfrutábamos con la familia. Organizábamos muchas fiestas, todo el pueblo estaba muy unido.
¿Cuáles eran tus sueños entonces?
Quería ser velocista. Quería ser una gran atleta como Marion Jones. Mi padre era jugador de básket y mi madre jugaba a béisbol. Todo el mundo me decía que tenía que jugar a baloncesto. Porque era alta. Empecé a jugar y me encantó. Y cumplí mi sueño de jugar en el equipo de la universidad.
Marion Jones nunca ha dado positivo, pero hace años que muchos le acusan de doparse. ¿Qué valoración haces?
No sé qué decirte
El control es muy ambiguo: por una pizca cualquiera puede dar positivo. El límite es muy pequeño. Me da igual lo que diga la gente, para mí continuará siendo la mejor del mundo.
Conseguiste hacer dobles figuras en 100 de los 125 partidos con la Universidad de Florida
¡Muy suerte!. Fui muy afortunada de jugar con grandes deportistas.
¿Quién te bautizó como Sunshine (sonrisa del sol)?
El seleccionador Nell Fortner en los Juegos Olímpicos. Un día me preguntó: ¿Por qué sonríes siempre?. Y le respondí: No lo sé. Porque soy feliz. ¿Pero estás triste alguna vez?, me preguntó. No, no, le dije. OK. Pues te llamaré Sunshine. Desde 1998 todo el mundo me llama así.
Cuando tenía 11 años tuve un accidente en la piscina y casi me muero. Después de aquel día miro la vida de manera diferente. Porque cada día es muy importante, es precioso. No sabes cuándo te morirás. Quizás hoy sea el último. Por eso cada día me levanto con la alegría de poder vivir otra jornada más.
¿Cómo sucedió todo?
Estaba en la piscina con otros chicos y me tiré de cabeza. Me quedé inconsciente, me reanimaron y desperté. Volví a vivir.
Tu compañera Érika De Souza está en su mejor momento. Ha tenido que luchar mucho para encontrar su mejor juego. ¿Por qué crees que le ha costado tanto?
Es una jugadora joven. Sólo lleva ocho años jugando. No es demasiado. Porque hay otras que tienen15 años de experiencia, como yo. Tiene mucho que aprender sobre este deporte. Mentalizarse, ser consistente, progresar. Al principio combinó partidos muy buenos con otros malos. Malo y bueno, malo y bueno. Es una situación normal para las jóvenes. Creo que puede llegar a ser una gran jugadora en el futuro, pero tiene que continuar estudiando el juego. No sólo tiene que jugar, sino observar también. Cuando estamos en casa mi marido y yo miramos partidos de ULEB, Euroliga, NBA. Vemos mucho baloncesto para progresar como jugadores. Érika tiene que hacer lo mismo.
¿Te sientes a veces como entrenadora?
Sí. De hecho, algunas veces he entrenado. Quizás en el futuro me lo plantee. Un año dirigí un equipo de hombres semiprofesional y fue una gran experiencia. Es interesante saber cómo comunicarte con el grupo, hacerles entender tu filosofía.
Una de tus grandes ambiciones es fundar una escuela de baloncesto.
Sí, quiero crear una academia de este deporte para enseñar a los jugadores los conceptos básicos, los fundamentos. Porque muchos jugadores no los tienen, no saben cómo dar un pase, cómo tirar con el ángulo correcto. El baloncesto femenino está creciendo y teniendo conocimiento de tipo de cosas aún lo hará más. Fundar una academia es mi propuesta para solucionar este problema.
Es un espectáculo ver lanzar tiros libres a algunos jugadores y jugadoras.
¡Es terrible! En mi academia los chavales tendrían que jugar contra ellos, sentir los movimientos. Saber más. Así les sería más fácil practicar el baloncesto.
¿Has organizado algún campus?
De momento, no. No tengo tiempo, pero lo haré. Pero no sé cuándo.
¿Qué recuerdos tienes de tu etapa en el UB Barça?
Fue increíble. Mi apartamento estaba al lado de La Rambla. Siempre había mucha gente, mucha gente. Nunca dormía. Siempre estaba en fiestas, en restaurantes, comiendo calamares, bebiendo cerveza, sangría (se ríe). La plantilla era sensacional. Jugué con Betty Cebrián, una gran persona. Una buena jugadora y mejor persona.
Todo el mundo decía que el Ros sería el campeón, que el UB perdería. Y salimos a luchar, con ganas de hacerlo bien y ganamos. Impresionante.
Ahora el gran favorito continúa siendo el Ros. Si pasáis ante el UB, tendréis que jugar la final ante Perfumerías Avenida o Burgos (el primero ya es finalista).
Avenida es un gran equipo. Sería muy complicado vencerles. Burgos me gusta, tiene una gran química, un gran corazón, nunca deja de luchar. Si quieres vencer a equipos como Avenida o Burgos, tienes que realizar un partido perfecto. Tienes que hacerlo todo bien, porque si no te matarán. Me gusta competir contra los mejores. Me encanta.
Hablando de las mejores. ¿Qué te parece Lisa Leslie?
Una gran atleta. La mejor jugadora de baloncesto del mundo. Es tan buena
Ahora está embarazada, pero creo que volverá y seguirá siendo la mejor. Tanto en las estadísticas, como en su versatilidad: en el tiro, en penetraciones, en suspensión. Puede hacer cualquier cosa muy bien.
¿Qué sientes cuando escuchas el himno estadounidense?
¡Guau! Mi corazón empieza a latir y latir
Late muy rápido. Es casi como si hubiese logrado una victoria. En esos momentos me siento orgullosa, siento buenas sensaciones.
En unos días volverás a jugar en la WNBA con la Washington Mystics. ¿Crees que tenéis posibilidades de ser campeonas?
Tenemos un gran equipo, pero no creo que estemos capacitadas todavía para ganar un campeonato. Necesitamos una 5, una jugadora muy alta en esta posición.
Es muy extraño que juegues en un equipo normalito, ¿no?
(Se ríe). Sí
La verdad es que sí, siempre he formado parte de grandes clubs como los Sparks, Ekaterinburgo
Equipos que siempre ganan. Pero para mí jugar en Washington es un desafío: quiero ser mejor jugadora.
Estudiaste medios de comunicación. ¿Te gustaría trabajar de periodista?
No, de periodista, no. Me gustaría ser comentarista de televisión, analizar los partidos.
¿En español?
Me queda mucho por aprender (se ríe). Tendría que hablarlo perfectamente.
PREPARADOS LISTOS YA
En mi tiempo libre Me gusta estar con mi marido, analizar partidos de baloncesto, comer en restaurantes diferentes paella con bogavante, mariscos y beber sangría. Me encanta relajarme en la playa.
Me gustan que me digan Cosas buenas sobre mi carácter. Me siento una buena persona. En todos los sitios tengo un amigo, y eso es muy bueno. Me gusta que me hablen de mi forma de jugar al baloncesto, que siempre trabajo todo el rato, que nunca me rindo, que lo doy todo en defensa. Que soy una gran jugadora.
Confieso que Me gusta que la gente hable bien sobre mí.
Odio que Según qué personas opinen sobre mi carácter si ni tan sólo me conocen. Si no me conoces, no puedes analizar mi forma de ser. Es absurdo.
Mi lema “Vivir cada día como si fuese el último. Disfruta la vida”.
La música me Encanta. Me gusta el hip hop, la música religiosa La música me da vida, me proporciona energía. Me encanta cantar cuando estoy sola, en la ducha. Por supuesto (se ríe).
Mi quinteto de la LF Me gustan muchas jugadoras Elisa Aguilar, Noemí Jordana, Laia Palau, Marina Ferragut y yo.
Mi ritual antes de un partido
Me gusta relajar la mente, pensar en el partido, en el rival. Necesito prepararme, mentalizarme. Y cuando lo hago, ya estoy lista para jugar. No necesito estar sola. Puedo estar rodeada de mis compañeras: no perderé la concentración.
Mi anécdota más graciosa Este año el fisioterapeuta no sabía que yo estaba en el vestuario y cerró la puerta. Y, claro, cuando quise salir, no pude. “¡Que alguien abra la puerta, por favor!”, grité. Y el partido continuó sin mí. Se ve que alguien preguntó dónde estaba. Y entonces me abrieron la puerta y pude seguir jugando el partido. Era un encuentro oficial, pero no recuerdo contra qué equipo era (se ríe).
Mi mejor momento Tengo varios: ganar la medalla de oro en las Olimpíadas de Sydney, las dos WBA, las dos Euroligas, cuando me pusieron en el Hall of Fame en la universidad.
Mi peor momento En 2004 me rompí la rodilla un mes antes de las Olimpíadas de Atenas. Fue duro porque me preparé fuerte durante cuatro años para ese momento. Fue horrible. Me hundí.
Mi lugar En mi casa, en mi cama Con mi PSP (se ríe).
Mi ciudad España, probablemente Barcelona.
Mi deseo eterno Vivir la vida con felicidad, con amor.
Mi gran sueño Cuando me retire quiero hacerlo en lo más alto. Quiero que la gente me recuerde como una de las mejores jugadoras.
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