RESULTADO: MELILLA 92 CAI ZARAGOZA 77

MELILLA: Schutte (22), Narros (0), Coleman (19), López (0), Humanes (7), Wilson (22), Sangare (8), Rodríguez (14), Vilas (0).

CAI ZARAGOZA: Hill (12), Murcia (11), Gilmore (21), Martínez (0), Ereña (2), Uriz (0), García (5), Cargol (11), Panadero (13), Rodríguez (2).

CRÓNICA

Se ganó la primera batalla (92-77)y se hizo a lo grande, venciendo también en el básket average ante un equipo, el Cai de Zaragoza que apretó de lo lindo pero que se rindió a la evidencia del, posiblemente, mejor partido del Melilla Baloncesto esta temporada.
El Cai Zaragoza llegaba a Melilla con el pensamiento de que se iban a encontrar un "infierno griego" en las gradas del Ciudad de Melilla, pero, la verdad, es que se lo encontró en la pista, con cinco guerreros que hicieron buena la famosa frase de Stallone en Rambo: "Esto es un infierno". Frase que entonaron, sobre todo, Fran Murcia y Otis Hill, sus dos baluartes interiores, que fueron secados literalmente.
Cuando un equipo defiende como de la manera que lo hizo el Melilla Baloncesto y, además, se permite el lujo de anotar 92 puntos con tres jugadores en más de 20 puntos, es imposible perder. Y eso que el Cai apretó de lo lindo. Llegó a ponerse por delante, y en el último cuarto, a sólo un punto de diferencia, pero se toparon con un equipo decidido a la victoria a cualquier precio.

MUESTRA SUS CREDENCIALES

Fue su "obra maestra", la mejor de la temporada. En un primer acto enseñando las cartas que no iban a variar más que en la incertidumbre del resultado al final del choque.
Gran defensa. Mucha concentración. Mejor ataque y, sobre todo, viendo como lo ensayado daba sus frutos.
Un sistema defensivo digno del mejor estratega: Defensa individual, presión al saque después de tiro libre y zona 2-3 para asegurar el rebote y correr. Con esa simpleza, Pepe Rodríguez hizo creer a sus jugadores que podían y al final, lo consiguió, porque el primer tenor, Anderson Schutte, cumplió a las mil maravillas con su papel y al descanso ya llevaba 9 puntos con 7 de 7 en tiros libres.
No se quedó a la zaga Michael Wilson, que no contento con parar a Otis Hill, se entretuvo en hacer 12 puntos y sacarle tres faltas al "yankee" más grande de los de Julbe.
Pero no todo fue un camino de rosas. Los maños no se arrugaron y lograron llegar a un apretado marcador al final del primer cuarto (25-22), merced a dos triples consecutivos del sempiterno Panadero.

EL MEJOR BALONCESTO POSIBLE

En el segundo acto de esta ópera llegó el delirio, aunque no el cénit -este estaba por llegar en el último acto-.
Fueron los mejores minutos para ver hasta qué punto puede aguantar un jugador la presión.
Melilla partió con una ventaja de 3 puntos y en un abrir y cerrar de ojos se vieron por detrás en el marcador. Sólo habían transcurrido 3 minutos pero ahí resurgió el pistolero.
Una defensa zonal atascaba el ataque dirigido por Sangare pero Schutte se encargó de despejarle las dudas a los aragoneses: Así no ganáis porque para eso, estoy yo. El parcial fue de 7-0 y las cosas volvieron a su sitio (36-28).
El tiempo muerto de Julbe no se hace esperar, pero sólo le sirvió para presionar más a los suyos que no pudieron parar la excelente lectura e intensidad de los melillenses y recibieron una tarjeta de 8-0 en la reanudación para lograr una máxima diferencia de 14 puntos (44-30).
En este segundo acto, al igual que en el primero, los melillenses contribuyeron en los instantes finales a levantar la expectación, con errores infantiles en las últimas posesiones que rebajaban la diferencia de 14 puntos a la mitad (43-38).

RESURGEN EN EL MOMENTO CRÍTICO

Tras el merecido descanso llegó el siempre temido tercer cuarto de los melillenses. La famosa pájara que se llama, pero esta vez duró poco, y tan poco que, de una merma sustancial de la diferencia hasta quedarse en un punto con el beneplácito de unos árbitros que se tragaron el silbato en los primeros instantes y una defensa muy agresiva de los maños, repusieron, como no, a través de Schutte con un recital exterior de tres triples, las diferencias a los 10 puntos para incrementarla hasta los 14 a 1’39 de que se llegara al último y definitivo cuarto (62-48) y, además, la mejor pareja de baile de la noche, conseguía la cuarta de Hill y del carioca Gastao. Todo un detalle para terminar el tercer cuarto con 62-54.

EL AVERAGE EN EL HORIZONTE

El último y definitivo cuarto duró 8 minutos, hasta que Melilla consiguió una diferencia de 17 puntos (84-67) y los banquillos entendieron que debían jugarse ya la renta del average para terminar 92-77.
Toda una obra maestra con “Tres Tenores: Schutte (22 puntos), Wilson (22 puntos) y Coleman (19 puntos).