MELILLA BALONCESTO 79 LEÓN CAJA ESPAÑA 77

Pablito Rodríguez no pudo aguantar más y decidió ver la luz el día que su padre se proponía salvar al Melilla Baloncesto de jugar los play-off de descenso. Así fue, Sabela, su madre, pudo susurrarle al oído que papa había cumplido con su cometido y había dado una alegría a mucha gente en su trabajo. Sin duda, Pablo Rodríguez ha llegado con un pan debajo del brazo, como se suele decir, y desde este medio queremos desearle las mejores venturas al nuevo retoño.

EXPLOSIÓN DE ALEGRÍA

Entrando ya de lleno, más que en el encuentro, en la jornada, sólo hay un calificativo para definirla: “de vértigo”. No dejó a nadie indiferente y, como en aquellas ligas que ganaba el Braça en fútbol, los jugadores se quedaron en el campo a esperar confirmación de salvación. Un pabellón vacío y un parqué que había sufrido lo indecible en 40 minutos. Jugadores danzando para un lado y para otro preguntando hasta que, al final, Emilio Guerra decía: "Tarragona va perdiendo de 19, estamos salvados". Llegaron la alegría incontenida y los abrazos. Se había cubierto con creces el objetivo de evitar unos play-off que al final va a jugar el millonario Zaragoza y el Drac Inca.

NADIE DABA PIE CON BOLA

Fue un encuentro con dos equipos muy diferentes, pero tan diferentes que, el cúmulo de circunstancias hizo que fueran contraproducentes para los intereses de ambos conjuntos. Melilla necesitaba la victoria, por lo que salió muy presionado, y León la derrota, por lo que salió muy relajado. La relajación les hizo jugar más fluidos y, hasta Brown, metía los tiros libres ¡4 de 4! En un jugador que ha llegado a tener 1 de 20. Por parte melillense, la presión les hacía perder balón tras balón.

León no preparó mucho el encuentro ante Melilla, pero dejó claro que no se iba a dejar perder y prueba de ello es que Quino Salvo plantea una defensa "uno y caja" sobre Dani López que da sus resultados.
Los castellanos mandan en el encuentro y tras los diez primeros minutos terminaron con 22-24.

DEMASIADA PRESIÓN

Los de Rodríguez seguían agarrotados y Pepe Rodríguez intenta cambiar el rumbo en vano con la sustitución de Dani López por Sangare, pero el problema no radicaba ahí. El problema era el congoje de los jugadores que defendían mal y atacaban peor. La suerte es que León se fue al perímetro para atacar y llegó al descanso con 1 de 10 en triples aunque anteriormente habían conseguido una máxima diferencia de 8 puntos (26-34), para llegar al descanso con empate a 38.
La incertidumbre era plena porque en Ourense tampoco terminaba de decantarse el encuentro -al descanso iban 42-45, con una victoria estábamos salvados-.
La reanudación fue mejor, los melillenses salieron con las pilas puestas y Dani López con otro talante. La arenga en el vestuario sirvió para que Melilla viera aro más fácil hasta llegar a una máxima diferencia de 11 puntos (60-49) donde Humanes hizo de aniquilador desde el perímetro y Dani López de salvador a cuatro metros.
A los últimos diez minutos se llegaba con 64-57 y la incógnita de Zaragoza que perdía de 2 (60-62), pero llegaba una buena noticia: Inca perdía de 10 con el líder y si terminaba la cosa así, estábamos salvados por el marcador de Los Barrios también se había disparado a favor de los locales.

FINAL FELIZ PERO DE INFARTO

Las cosas llegaron a ponerse muy feas porque a falta de 58 segundos, el joven Aparicio consiguió un triple que empataba el encuentro a 77 pero ahí, el ansia por ganar de los melillenses pudo con la desidia de los leoneses que tuvieron incluso posesión para empatar a tres segundos del final pero se jugaron un triple que no tocó ni aro.
Al final, todos felices y los melillenses salvados. Bueno, todos no porque León se colocó donde no quería, quinto a pesar de la derrota.