FRAN HERRERA / LA PALMA

El 4º partido de la serie de play-offs entre el UB La Palma y el CB Granada se preveía igualado tras lo visto el viernes, y la verdad es que las expectativas se vieron desbordadas. El partido vivido hoy en Miraflores ofreció todo lo que un choque de play-offs puede deparar: tensión, lucha, dosis de buen juego mezcladas con imprecisiones, y por encima de todo, ese “dramatismo” propio de los momentos decisivos, esos en los que un equipo se juega el ser o no ser. Y si a esto le añadimos un público volcado con los suyos desde más de una hora antes, entonces el resultado es un espectáculo de los que tardan en olvidarse aún no habiendo ganado…

El inicio del choque fue prometedor para los intereses del UB. Rafa Sanz corrigió los errores del viernes y el Granada no era capaz de ver aro con solvencia ante la aguerrida defensa local. Por contra, La Palma salió lanzada en ataque, con un Edwards inspirado en el tiro (anotó dos triples) y un Javi Simón que superaba una y otra vez la marca de Ordín. Tras el 7:0 inicial, los locales mantuvieron diferencias hasta el final del primer cuarto, al que se llegó con un 24:18. La Palma lo había hecho muy bien pero sólo tenía 6 puntos de renta…

Granada había sabido “capear el temporal” y poco a poco fue entrando en el partido. Para ello bastó con que aparecieran McGhee y Ordín, autores de 8 y 11 puntos respectivamente, este segundo autor de tres triples, para que los andaluces recortaran la ventaja en el marcador. La Palma ya no defendía con la misma efectividad que en el cuarto anterior, pero gracias a Edwards y Urtasun (dos triples) siguió manteniendo la ventaja en el marcador, la cual sólo cedió en las postrimerías del descanso, al que se llegó con un ajustado 46:47. La Palma había jugado al límite casi de sus posibilidades, apoyada por una hinchada incansable, y aún así perdía, lo cual corrobora el potencial de los granadinos.

Tras el descanso, la defensa de los de Valdeolmillos ahogó la inspiración ofensiva de los locales, a los que costaba Dios y ayuda sumar puntos. Y es que Edwards y Urtasun ya no anotaban, y eso su equipo lo necesita como el comer. Sin hacer nada del otro mundo, como suelen hacer los equipos grandes, los visitantes abrieron brecha y cerraron el cuarto ganando por 55:63.

De nuevo tocaba apelar a “la heroica”. Y de nuevo se logró. Con el entusiasta apoyo de la grada, La Palma recuperó frescura ofensiva y volvió a defender como al principio. Tras un parcial de 13:4, los de Rafa Sanz culminaron la remontada y pasaron a ganar por 68:67. El primero paso ya estaba dado. El siguiente era mantener la serenidad y el acierto necesarios para decantar el partido de su parte. Con 70:67 se produjo una jugada clave: Triguero quiso forzar una falta de ataque y terminó por recibir una falta flagrante (además era la 5ª) que permitió a los roji-verdes ponerse por delante (70:71).

Los últimos instantes del partido fueron de infarto. Con empate a 74 y 19’’ por jugar los locales tuvieron su primera opción de victoria. Javi Simón agotó casi toda la posesión, asistió a Gómez y éste, al estar cerrado, hizo llegar el balón a Balmón quien, desde 5 metros lanzó con comodidad pero el balón se salió materialmente de la canasta. Había que jugar una prórroga, circunstancia que, al menos nosotros, no recordamos que se haya producido en Miraflores en muchos años.

En la prórroga se vieron poquitos aciertos y muchos errores, fruto de la tensión que había en ambos equipos. La Palma, sin Irazábal ni Triguero, pronto perdió también a Balmón, por lo que se quedó únicamente con Alex Gómez como referencia interior. Aún así, la garra de los de Rafa Sanz les permitió contener en defensa a Doblas y McGhee y, con 79:80, volvieron a disponer de la última posesión. Javi Simón consumió segundos y a falta de 6’’ buscó la penetración y sacó dos tiros libres. Falló el primero y convirtió el segundo, poniendo el 80:80. El postrero lanzamiento de McGhee no entró y hubo que irse a una nueva prórroga.

Ya se veía que ahora La Palma lo iba a tener muy complicado. Sin pívots natos, Rafa Sanz tuvo que recurrir a un quinteto en el que Edwards jugaba de “4” y Gómez de “5”. Y claro, ahí Granada, que todavía disponía de Doblas, hizo valer su ley. Y eso que Urtasun, tras un canastón, le sacó la 5ª a McGhee. Los nuestros estaban fundidos por el esfuerzo. Edwards, que jugó más de 46’, perdió un par de balones fruto del agotamiento mental y físico, y poco a poco el Granada, de la mano de Doblas y Rueda, fue abriendo brecha. Quede para el recuerdo la presión del UB hasta el pitido final, derramando hasta la última gota de sudor… Al final, 84:94. Demasiada diferencia para un choque tan igualado. Granada demostró su potencial como equipo, mientras que La Palma mostró una intensidad digna de encomio. Perder siempre duele, pero la palmera fue la más digna de las derrotas…

LA CLAVE: La Palma se quedó sin pívots para afrontar la prórroga decisiva y terminó cediendo ante la mayor eficacia de los granadinos.

LA FIGURA: Nuevamente Aaron McGhee volvió a rayar a un gran nivel: 22 puntos, 9 rebotes y 11 faltas recibidas para una valoración total de 33.

UB La Palma: Javi Simón (15), Paco García (4), Steven Edwards (16), Juanjo Triguero (10) y Ludwing Irazábal (2) -equipo inicial-, Txemi Urtasun (16), Marcus Hatten (3), José María Balmón (9), Rubén Ibeas (5) y Alex Gómez (4).

CB Granada: Nacho Ordín (14), Dani Romero (10), Silas Mills (8), David Doblas (10) y Aaron McGhee (22) -equipo inicial-, Andrea Pecile (11), Fran Rueda (8) Jesús Fernández (9), y Jesús Castro (2).

Parciales: 24-18, 22-29, 9-16, 19-11, 6-6 (1ª P.) y 10:20 (2ª P.).

Árbitros: Garmendia Zorita y Soto Latorre.

Incidencias: Pabellón Insular de Miraflores, ante más de 2.000 espectadores que ya casi llenaban el pabellón desde casi una hora antes de iniciarse el choque.