Italia es el “país de las medias verdades”, tal como sentencia el artista de hip hop Fabri Fibra. En estas fechas en las que vemos al Montepaschi Siena luchar por un puesto en la Final Four de la Euroliga dejamos de pensar en las numerosas dificultades que encuentran algunas sociedades para subsistir. La particular idiosincrasia del baloncesto italiano permite que convivan en una misma competición equipo como el mencionado Mens Sana y otros en condiciones mas complicadas: conjuntos como el Fabi Shoes Montegranaro llevan celebrando “días del socio” desde bien iniciada la temporada por no poder atender a los pagos (esta situación provocó la salida de Tariq Kirksay, recalando el francés en el Asefa Estudiantes).
El “pallacanestro” se ha plantado contra si mismo, y ante el inmovilismo de algunos clubes, ha empezado a buscar respuesta. De la mano del compañero de Sportitalia Michele Gazzetti, analizamos la reunión celebrada para “salvar” al basket transalpino:
"El lunes por la noche en Casale Monferrato, una de las 17 ciudades italianas que pueden presumir de tener un equipo en la “Serie A”, se ha celebrado una mesa redonda sobre el tema "Crisis económica: ¿Es una oportunidad o una amenaza para el baloncesto?". El tema es muy actual: en los últimos días inevitablemente se ha cruzado con la reforma de los campeonatos, que se elaborará a lo largo de los próximos meses.
El debate, que ha sido moderado por parte de uno de los periodistas más conocidos en Italia (Flavio Tranquillo de SkySport), ha contado con la participación de de los representantes de todos los tendrán que tomar la decisión final. Han participado Gaetano Laguardia (Vice Presidente Federazione Italiana Pallacanestro),Valentino Renzi (Presidente Serie A), Marco Bonamico (Presidente “Legadue”, el segundo campeonato italiano), Giancarlo Cerutti (Presidente Casale Monferrato basket), Marco Atripaldi (DG Pallacanestro Biella) y Marco Bellinazzo (periodista económico de “il Sole 24 Ore”).
El sistema económico en el que se basa el baloncesto puede demostrarse insostenible en el corto plazo: la crisis ha hecho disminuir de forma inevitable las ganancias al mismo tiempo que los costes son cada vez más incontrolables (el factor más contundente siguen siendo los sueldos). Es una situación que lógicamente afecta a toda Europa, pero en Italia es aún más grave ya que es justo ahora cuando se intenta dar nuevas pautas hacia el futuro para crear un nuevo modelo económico que pueda arrojar algo de luz al final del túnel en un deporte que en la república transalpina vive una dinámica negativa desde hace unos años.
A lo largo de las dos horas de debate surgieron puntos de vistas totalmente diferentes y no es tarea sencilla encontrar un mínimo común denominador por el que empezar. A todo el mundo parece evidente que el objetivo de la reforma es el de poner a cada equipo en su sitio. “Nessuno deve fare il passo più lungo della propria gamba” ("Nadie tiene que tirarse a la piscina") ha comentado Cerutti, el presidente de Casale Monferrato, que también ha solicitado "controles más exhaustivos y tempestivos sobre las cuentas de los equipos".
Renzi, el presidente de la Lega, ha contestado alegando que los controles son eficientes y que en un cierto sentido estos, en el baloncesto, son más estrictos que en el fútbol. El modelo italiano, puesto como ejemplo en algunas ocasiones como alternativa a lo visto en el baloncesto español de los últimos años, apuesta por el descenso administrativo ante situaciones económicas adversas.
Laguardia, representante de la Federación, ha subrayado la importancia de la Selección como vehículo de recuperación, y ha garantizado que parte de la reforma se centrará en dar más libertad a las sociedades debido a la crisis económica. Bonamico, en cambio, se ha centrado en los pilares según él más importantes para la recuperación y en concreto ha hablado sobre la necesidad de dar mas presencia mediática a los campeonatos gracias a fórmulas estables. Bonamico piensa que hay que hay que invertir más en el marketing y en la comunicación, siendo el italiano un mercado copado por el balompié.
Atripaldi, al final de la tarde, ha resumido todo esto con una frase emblemática: "El baloncesto italiano hoy en día es un producto sin rasgos reconocibles. Tenemos que recuperar el carácter italiano y ponerlo en el centro del sistema del baloncesto, empezando desde las bases".
A lo largo del debate también se ha hablado de derecho de transmisión para las televisiones, de las limitaciones de la Ley sobre el juego profesional y de las posibles estrategias de marketing a nivel local. Era imposible pensar que algún tipo de solución surgiera, pero aún así – gracias a la puesta en común de ideas – algún pequeño avance en la dirección correcta siempre se produce. La esperanza es que el debate de Casale Monferrato haya sido el primer grano de arena de una nueva era que cambie las dinámicas que en este momento están dinamitando el futuro del baloncesto italiano".