Panathinaikos venció en el Nokia Arena, merced a un parcial final de 0-10, con el que recupera el factor cancha. Los griegos dominaron todo el partido, incluyendo ventajas de hasta 11 puntos, pero los macabeos volvieron al partido en el último cuarto intentando cerrar la serie en su pista. Ahora estos dos clásicos se jugarán el billete para Estambul a cara o cruz, en un duelo épico en el templo ateniense que promete ser de infarto.

El partido comenzó de una forma muy distinta al del pasado martes, con un Panathinaikos mucho más concentrado, jugándosela a una carta, empezando con un 0-4. Rápidamente el choque se igualó, con dos estilos muy distintos claramente marcados en la primera parte, un Maccabi que buscaba constantemente situaciones al poste o juego hacia la pintura, cargando muchas veces en exceso esa zona y sobre todo fallando muchas opciones sencillas de canasta. Los amarillos no anotaban en jugadas colectivas ni sencillas, algo que los verdes lo estaban haciendo a la perfección.

Por otra parte los de Obradovic leían mucho mejor la defensa combinada con cambios continuos, ayudas en el poste y defensa match up, sacando infinitas ventajas desde su juego exterior. Juego de creación en uno contra uno y bloqueo directo para jugar hacia dentro, buscar tiros exteriores o encontrar a sus hombres altos. Así un 2-8 en el segundo cuarto les ponía por encima con una ventaja que oscilaba continuamente en torno a los cinco puntos. Calathes estaba imparable en todos los sentidos, penetrando, tirando y pasando, y Vougioukas destrozaba en el segundo acto al juego interior de Maccabi, tanto anotando como cargando a los interiores israelís. Así, la brecha podría haber sido bastante mayor si no hubieran perdonado desde la línea de personal, aunque la ventaja al descanso era de cinco, con un 36-41.

Calathes seguía con su show particular tras el descanso, en un visto y no vista firmaba 5 puntos, 1 asistencia y 2 robos para liderar a Panathinaikos en dos minutos a un parcial de 2-8 y colocarse con 11 puntos de ventaja.

Maccabi no se vendría abajo y tras tiempo muerto tendría su momento, con más movimiento de balón y más espacios, replicando con un 9-0, Eliyahu estaba on fire y Ohayon lideraba a un Maccabi más agresivo en ambas partes de la cancha. El choque llegaría cerrado al último cuarto con un 50-54 a favor de los griegos.

Panathinaikos volvía a salir fuerte poniéndose con 8 puntos de ventaja, hasta que apareció un gran Langford, yendo al aro con tremenda potencia para poner a 2 puntos a los suyos. Saras Jasikevicius desplegaba toda su magia y leyendo extraordinariamente la defensa ya más abierta de Maccabi, que ahora sí que cubría tiros, daba aire al equipo ateniense.

Mallet aparecía por primera vez en pista para anotar un triple y tras una gran defensa y jugando el Pick and Roll, Eliyahu ejecutaba uno de esos ganchos imposibles suyos para poner un punto arriba a Maccabi. El partido se ponía precioso, intercambiando tiros libres, punto arriba, punto abajo.

Ahí fue cuando el partido tuvo su punto de inflexión, a falta de 2 minutos PAO, Kaimakoglou en dos acciones, incluyendo un soberano rebote ofensivo con canasta daba 5 puntos de ventaja al equipo dirigido por el maestro Obradovic. Maccabi necesitaba anotar, no lo lograba, tiros librados, penetraciones suicidas, dos tiros libres fallados por Hendrix tras colosal rebote ofensivo que metía a los macabeos en el choque… No hubo manera, parcial 0-10 y la serie tendrá otro thriller más en el OAKA.