Un palmeo de Nogueira entierra al Lagun Aro GBC sobre la bocina (79-77)

Mal partido hoy en el Palacio de los Deportes. Ninguno de los dos conjuntos ha desplegado un buen baloncesto. Pero, a falta de juego, hemos tenido intensidad. Y emoción. Finalmente, ha sido el Estudiantes quien se ha llevado el partido gracias a los inmensos brazos del pívot brasileño Lucas Riva Nogueira, que ha palmeado un balón tras el fallo de Jayson Granger poniendo el 79-77 final y dejando la victoria en Madrid.

Y eso que el conjunto local empezó perdiendo. Los donostiarras salieron mejor de inicio, amparados en el genio de Javi Salgado, cuyo manejo del tempo del partido les daba las primeras ventajas. A los de Vidorreta, por contra, les costaba entrar en el juego, y durante los primeros minutos se dejaron llevar.

Esto se intensificó en el segundo cuarto, cuando los hombres de Sito Alonso subieron líneas en defensa. La intensidad defensiva, que rayaba a veces en lo violento, provocaba más de un quebradero de cabeza a los del Ramiro, que para colmo, seguían fallando los tiros libres y a remolque de su rival. Al menos hasta bien mediado el segundo tiempo. Al menos hasta que la metralleta de Carl English salía a relucir. El canadiense, MVP de la jornada, conseguía 29 puntos y 41 de valoración, liderando la remontada de su equipo y, bien secundado por Kuric, poniendo un colchón para los suyos.

Pero los visitantes no estaban dispuestos a dar el partido por perdido. Dirigidos de forma magistral por Salgado, que hoy ofreció un clínic de como entrar y doblar, y los puntos de Qyntel Woods pusieron el empate en el marcador. Hasta los últimos momentos. Pese a la gran defensa de los vascos en la última jugada, que acabó con Granger entrando a la desesperada, Nogueira palmeaba para sellar el triunfo colegial y poner las cosas un poco más difíciles al GBC.

El partido, en cinco claves:

• Sufriendo sin necesidad: Mucho se habla de lo decisivos que resultan los tiros libres en el baloncesto. Hoy, el Estudiantes ha podido comprobarlo de primera mano, tras ganar con sufrimiento un partido que podría haber tenido mucho más controlado de no haber fallado hasta 10 tiros libres. Un dato. Todos los jugadores colegiales que pasaron por la línea de personal fallaron, por lo menos, un lanzamiento.
• Espartano Salgado: Cundía la alarma en el primer cuarto después de que Javi Salgado saliera a la pata coja de la pista por un problema en el tobillo. El de Bilbao, lejos de dejarse vencer por este amago de lesión, se dedicó a trabajar con el fisio hasta poder salir de nuevo a pista. Cuando volvió a entrar en juego dejo notar su presencia, liderando a los suyos, aunque al final su pundonor no tuvo recompensa.
• Pólvora mojada: Ninguno de los dos equipos encontró fluidez ofensiva, pese a lo que pueda reflejar el resultado final. Ambos conjuntos se vieron en dificultades para anotar tiros de campo y, sobre todo, desde larga distancia, como demuestran los pobres porcentajes de triples finales: 5/22 para el Estu y 6/22 para el GBC.
• Metralleta English: Apareció. Y de que manera. Cuando su equipo parecía hundido, cuando más complicado estaba el partido, cuando más se le necesitaba, Carl English demostró, una vez más, quien es la referencia ofensiva de este equipo anotando 29 puntos. Fue una pesadilla para todos sus defensores a lo largo del encuentro, como demuestran las ¡14 veces! que fue a la línea del 4,60
• Esfuerzo sin recompensa: Así se pueden resumir los últimos cinco minutos de partido para el Lagun Aro GBC. Un parcial de 2-11 hacía soñar con la remontada, o al menos, con la prórroga. Pero el fallo final de David Doblas, que no cerró el rebote, dejó sin premio al conjunto donostiarra.