Y es que, ya habían sido muchos años de viajes por Europa, viendo torneos de selecciones de categoría junior (y es que, digan lo que digan, marcan. Para el \"turista\" como yo, que va a disfrutar de buen baloncesto, como para los propios jugadores. Nueve años después, algunos jugadores que conocí y con los que conviví en este tipo de citas, me siguen saludando con efusividad. Es una complicidad de aquella experiencia vivida). Y todos aquellos agentes, \"scouters\", representantes de clubes, me martilleaban con el \"¿Y no has estado en Hospitalet?\" Me sentía tan culpable como el de un delito -menor, vale. Pero delito-. Obligaciones siempre se antepusieron. Pero bien que lo recriminaban.
Cuando el rumor empezó a correr como la pólvora en mi redacción de deportes, que íbamos a retransmitir el torneo, al margen de la tremenda sorpresa, la alegría y, por qué no, poder acallar todas aquellas bocas que me sentenciaban, todo fue un estallido. Pero para estallido, el torneo.
Todo lo que tengo que apuntillar sobre él, ya lo hice en los comentarios televisivos. Fue una suerte estar, y un honor hacerlo extensible a todo el país interesado en el evento. Pero a mis amigos de \"Solobasket\", me los encontré en las gradas. El lugar mágico. Cuando ya había agotado los músculos de mi lengua y \"estrujado\" neuronas, siguiendo con atención a los jugadores delante de un micro, tenía el \"honor\" de ceder tal privilegio a mis compañeros David Carnicero y Nikola Loncar, durante las 2 primeras jornadas. Y yo me subía a las gradas, y saludaba a un montón de conocidos, de esos cuyas libretas de apuntes parecen extensiones de sus brazos. Esos que te encuentras en Serbia, en Mannheim, en \"Sebastopol\".
Pero Hospitalet tiene su propio público entendido. Eso que había que investigar en Mannheim, y encontrar un veterano periodista que llevaba 30 años siguiendo el torneo, lo tenías a cada paso en las gradas de Hospitalet. Y fue un gustazo. Y te empapas de ello.
Porque siempre me habláis de la ilusión que pueda transmitir en algunos eventos en los que tenga que aportar comentarios para \"Digital +\". Pero había que ver algunos de éstos, con qué emotividad hablaban de Rudy y Panchi ganando al AEK en la final, o de los robos de Rondo, o de cuando Damir Markota ni se llamaba así (¿?), cosa que desconocía. Un lujazo del que aprenderé, que aún nos quedan 2 años más de torneo, inicialmente, por retransmitir.
Ahora, Carlos, Santi, Chema o Jaime, me tenéis que localizar a alguien que vio a Estudiantes con Alfonso Reyes proclamarse campeón, o quien componía aquel Granollers que gano al CAI en la final (¡sniff! Sólo de pensar esos años, la llantina nostálgica me invade), y ya hilando fino, los Antón Soler, Antonio Martín, Wilson Simón \"Siço\", Rafa Jofresa, Xavi Crespo, Juan Antonio Orenga o Rafael Vecina, que ya participaron, también tuvieron su momento de gloria. Tenéis un año para buscarlos.
Yo, por mi parte, me quedaré con esa sensación maravillosa de 3 intensos días de competición, de Djedovic, del Zeleznik, y de la sensación que, por encima de apadrinamientos Euroliga o retransmisiones televisivas de Canal +, este torneo emana historia, caché y un prestigio que tan sólo oigo, en medio de copiosas cenas en buenos restaurantes, de \"recuerdo que fuimos en coche, y por aquel entonces jugaba Perasovic como junior\". Solera. La de Hospitalet y su torneo. Que sea por muchos años más. Gracias a todos.