Si había algo que me apetecía ver en el primer partido del Torneo de la Comunidad de Madrid era la evolución de Peter John Ramos, el gigante puertorriqueño del Alta Gestión Fuenlabrada.

Recuerdo que, hace justo un año, en la misma competición celebrada también en Alcobendas, Ramos se presentó en sociedad como un jugador con cierta alergia a la pintura, porque rara vez se pegaba dentro con los pívots de los equipos contrarios. El center del Fuenlabrada prefería buscarse un tiro cómodo a tres o cuatro metros del aro y casi siempre evitaba jugar de espaldas a canasta.

Una vez iniciada la Liga 07-08, Luis Casimiro, entrenador por entonces del Alta Gestión, fue decantándose poco a poco por la sobriedad que le ofrecía el gran rival de Ramos en la posición de “cinco”, Tom Wideman. De tal forma, que al jugador puertorriqueño no le quedó otra opción que volver a su país para jugar cedido en el Criollos de Caguas, donde promedió 18 puntos y 10 rebotes por encuentro.

Con Luis Guil en el banquillo del Fuenlabrada, el equipo madrileño ha vuelto a confiar en los centímetros de P.J. Ramos y, he de confesar, que la evolución de este joven de 23 años está siendo notable.

En el primer partido del Torneo de la Comunidad de Madrid 2008, el pívot del Alta Gestión demostró que ya no tiene reparos en pedir la pelota una y otra vez de espaldas al aro para jugársela ante rivales corpulentos como su antiguo compañero Tom Wideman, ahora en las filas del MMT Estudiantes. También parece haber aprendido a no bajar el brazo cuando el jugador al que defiende se atreve a lanzar a canasta. Así evita faltas innecesarias para un hombre capaz de intimidar plantándose simplemente con sus extremidades elevadas.

De momento, Ramos promedia diez puntos y otros tantos rebotes en los cuatro partidos de pretemporada que ha disputado su equipo, lo que permite ser optimistas a los técnicos del Fuenlabrada de cara a la competición liguera.

Sin embargo, para ser un pívot determinante en la ACB tendrá que mejorar varios aspectos de su juego:

-Ayer perdió siete balones, sobre todo, porque tiene grandes dificultades cuando su defensor recibe una ayuda. Al sentirse presionado suele cometer errores y toma malas decisiones ofensivas.

-También fue eliminado por cinco personales y, ahora mismo, su equipo no tiene un recambio de sus características. Ramos cometió varias faltas por moverse en los bloqueos en el momento más inoportuno, otro detalle mejorable en el futuro.

-Y, para terminar, al puertorriqueño le falta afinar el tiro tras reverso, una jugada que repitió con asiduidad, pero que no le ofreció buenos resultados.

Cuando perfeccione todas esas cosas…
…se marchará a la NBA.